Capítulo 2 Castigo en el colegio

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Para esta nueva historia juan me llamo y me cito en una cafetería cerca de un colegio donde los dos asistimos en la primaria.

Cuando juan llego note que tenía una sonrisa en su rostro una risa que declaraba que algo muy pícaro traía en su mente.

Me dice - estas a punto de escuchar una de mis 5 locuras sexuales que jamás olvidare-, le respondí - si me citaste en un colegio es porque vale la pena escucharlo-, a lo que llego la mesera y nos tomó la orden, dos tintos y un croissant, mientras llega la orden saque mi agenda y estoy listo para escuchar el segundo capítulo.

A lo que juan me dice -prepárate para escuchar un fuerte secreto mío-.

Era un día como cualquiera la profesora dictando clases y los demás estábamos distraídos o no lo prestábamos atención, nos dejó un trabajo en grupo a lo que unimos nuestros pupitres entre nuestros compañeros, quede frente a una compañera la cual llamaremos ingrid, estábamos desarrollando el taller con total normalidad pero un pequeño papel llego a mi libreta cuando lo desenrolle era de ingrid que decía - "mira bajo la mesa"-, yo sin dudarlo la curiosidad me gano moví mi silla y baje la cabeza para ver bajo la mesa, a lo que con algo de asombro me di cuenta que ella había subido su falta y movido su ropa interior me estaba mostrando sus partes íntimas, yo quede anonadado no supe que decir o que hacer, pero luego recibí otro pequeño papel que decía -"tu turno"-, pasaron unos minutos pero por fin me anime y con un giño le di a entender que era turno de ella mirar bajo la mesa, tome mis pantalones y los baje junto con mi ropa interior y le mostré mis genitales, ella subió la mirada y un poco de rubor llego a sus mejillas tornándolas rojas, fuera de papelitos seguimos intercambiando miradas bajo la mesa una tras otra creyendo que nadie nos estaba mirando pero nos equivocamos pues cuando menos lo esperamos llego la maestra quien hace rato se había dado cuenta de lo que pasaba.

No paso mucho tiempo para que nos llevara a rectoría con la intención de hacernos un llamado de atención.

¡Eso no se hace! - Exclamo de manera fuerte-.

Cuando llegamos, el rector del colegio no creía lo que estaba pasando nos hizo firmar un llamado de atención y lo que hizo fue encerrarnos en un salón donde teníamos que hacer planas que decían -"no debo mostrar mi intimidad a nadie"-, pero ahora que lo pienso no fue buena idea dejar a dos personas que se estaban mostrando sus partes íntimas en un salón solos y encerrados.

¡Para que hacemos esto! - dijo ingrid enfadada-.

Entonces que hacemos - le dije riéndome

No quiero hacer planas eso es aburrido- respondió ingrid

Ya se siéntate en mis piernas - le dije en broma - pero no sabía que ella lo iba a hacer sin pensarlo, cuando ella se sentó en mis piernas yo empecé a moverme suave de arriba hasta abajo haciendo que ella rebotara en mis piernas, luego cuando ya estábamos excitados dijimos -adiós ropa interior-, y de manera suave empezamos a tener sexo en el salón de castigo.

Ella quedo solo cubierta por la falda y yo solo baje la cremallera de mi pantalón, volviéndose a sentar en mis piernas pero esta vez nuestros genitales tendrían contacto directo, entre en ella y se sentía delicioso suave estrecho húmedo no quería parar se sentía delicioso y ella tampoco pues saltaba suave disfrutando el momento pero sin descuidar la puerta teníamos el miedo de que algún profesor entrara, pero a pesar del miedo no nos deteníamos estábamos llenos de placer cada vez ella se movía más y más rápido y yo estaba a punto de llegar a mi clímax cuando de pronto escuchamos la puerta y rápido ella se sentó en el pupitre y seguimos con las planas.

¡Qué mal ¡ - grite en mi mente.

No logre llegar a mi clímax y justo cuando ya estaba a punto de lograrlo.

Entro el rector del colegio y nos dijo que no lo volviéramos a hacer y retiro el castigo...

Salimos riendo de ese salón que fue el fiel testigo de nuestra locura jamás había sentido tanta adrenalina...

Yo quede anonadado escuchando lo que me decía juan, le dije -jamás había escuchado cosa igual-, el sonrió y dijo que fue una de las 5 mejores locuras sexuales que ha hecho.

Terminamos nuestro tinto y el comió todo su croissant y nos levantamos de la mesa sin decir palabra alguna yo guarde mis apuntes y con un fuerte apretón de manos nos despedimos y tomamos caminos diferentes.

Yo en mi mente procesaba todo lo que este loco de juan me había dicho y me hacía pensar que en mi vida no he tenido tales experiencias me sentí como si no hubiera vivido nada a comparación de él, pero estaba feliz porque era su segunda historia una de las tantas que llegaran a este libro y no quiero detenerme así como así, a los minutos recibí un mensaje en el celular era juan que me decía -mañana nos vemos en la estación de buces hay empezara la siguiente historia-...

Los Recuerdos De JuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora