2.- Segunda Carta: El hada extinta

203 22 7
                                    

Hola cariño mío, mi más grande tesoro, sabes, me había puesto bastante renuente a escribirte, ya que a pesar de que soy bastante supersticioso no encontraba la razón para hacer esto, pero hace muy poco entendí que simplemente de esta manera lograría sacar todo el dolor que llevo dentro de mi corazón. Si mi amor, aunque no sea fácil de creer porque he creado para mí una máscara de seriedad y frialdad, de que nada me interesa y lo más importante, que no me dolió lo que contigo paso, la realidad es que es todo lo contrario.

Pronto llegara el verano, la época cercana al día que te perdí, que te perdimos. Muchos pensarían que después de 10 años las cosas serían más sencillas, que tu partida sería superada, no olvidada, pero sí que podríamos seguir con nuestra vida teniendo solo en la mente los bellos recuerdos de ti...gran error...

Cuando pierdes a alguien a quien quieres la sociedad le da un nombre, si pierdes a un padre te vuelves huérfano, si pierdes a tu pareja te vuelves viudo...pero nadie ha dado un nombre a aquellos que hemos perdido un hijo, porque el ciclo de la vida no es así...los hijos deben enterrar a los padres...nunca al revés, y más aun siendo tan pequeño e indefenso.

Mi amor, a veces me pongo a imaginar cómo sería tu apariencia ahora algunas cosas las tengo sencillas de hecho, tenías los ojitos verdes, similares a los míos, una hermosa nariz respingada, como la de tu mami, o más bien, como tu papi, también habías heredado su precioso cabello negro, y la bella forma de sus ojos, a pesar de lo pequeño que eras podía notar que tus deditos eran más largos que el promedio, probablemente podrías jugar básquet mejor que tu papi y que yo. A veces sueño con que tienes la estruendosa y tintineante risa de tu papi, y que posiblemente te avergonzaras como yo ante sus muestras de afecto, posiblemente tuvieses que usar lentes como yo, porque cariño mío, esa es una herencia que ha pasado por cada Midorima mayor. Imagino que correrías por la casa persiguiendo a tus "primos" e incluso que querrías más a tu papi que a mi...

Tenías toda una hermosa vida por delante mi amor, una larga y hermosa, una donde tu papi y yo trataríamos de darte y enseñarte lo mejor, de ver por tu bienestar, y más que nada, de amarte cada segundo. En más de una ocasión me puse a pensar ¿Por qué tú? ¿Por qué de todas las probabilidades...habías sido tu mi corazón? Todo se desarrollaba normalmente, tu papi y yo preparamos todo para tu llegada, compramos una casa más grande, escogimos los muebles que usarías para dormir, para guardar tu ropa y tus juguetes, la pintamos y decoramos para que tu disfrutaras estar ahí, llenamos el armario de diferentes trajes que te harían ver tan precioso y adorable, incluso te conseguimos un primer gran amigo, una rana de peluche que tu papi se empeñó en colocar en tu cuna que esperaría ansiosa a que llegases y te hiciera compañía cada noche. Te hablábamos todos los días, poníamos música para ti, incluso teníamos largas sesiones de charlas, era tan hermoso colocarme sobre el abultado vientre de tu papi y hablarte, sentir tus pataditas y golpes ante mi voz, o ante la risa de él, incluso ante cada beso que le daba, esperando con ansias que un día pudiese dártelos en persona y no sobre la piel de papi.

Si te soy sincero, ni papi ni yo logramos entender que sucedió, nos dirigíamos a la última revisión, faltaba tan poco para poder tenerte entre nuestros brazos, para llenarte de besos y de nuestro amor...pero todo se complicó, el sonido de tu corazón estaba extraño, muy bajito, en comparación a meses pasados, y fue cuando las cosas comenzaron a caer como bola de nieve sobre papi y sobre mi...dirigirse a urgencias, de ahí directamente a quirófano, y de ahí a los cuneros, pero no como hubiésemos querido...no podías respirar por ti mismo, tu corazoncito estaba muy débil, papi seguía en cirugía y no podía verte, era mi deber estar contigo, las enfermeras me explicaban todo lo que hacían contigo, pero cuando tienes conocimiento sobre medicina sabes que hay cosas que no se pueden hacer, los milagros muchas veces no llegan, y yo te veía ahí, mi pequeños amor, apagándote cada vez más, pareciera que las enfermeras tenían más esperanzas que yo mismo, incluso me llamaron insensible...tal vez eso hubiese sido mejor, no sentir nada, no entender que por más que hicieran...esa seria nuestra primera y última vez juntos.

Lo que murmure al viento~*Where stories live. Discover now