CAPITULO 3

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  Los dos caballeros se dirigían a la salida cuando el conde se encontró con la hija de lamarquesa, apoyada en una columna muy alejada del resto de los invitados, lo que llamó suatención. 

—¿Qué hará tan alejada de todos? —susurró Roger, Frederick siguió su mirada y seencogió de hombros. 

—No lo sé, debe estar descansando tal vez. —Roger negó con la cabeza. 

—No, no puede ser posible, disfruté de su primer baile y me dio a entender queestaba muy emocionada. —En ese momento la joven elevó su mano hacia su rostro comopara limpiar una lágrima, y el conde sintió una presión en el pecho. 

—Iré con ella. ¿Podemos dejar el trago para otro momento? —Y sin esperarrespuesta se acercó a ella. Frederick lo vio alejarse y decidió volver a su lugar, allí dondepodía ver a su misteriosa dama. 

Amberly se dejó caer en la silla mientras refunfuñaba en voz baja, aún no se creíatodo lo que había pasado, pero claro, como se iba a imaginar que perdería un juego que ellamisma había empezado; lo que más le dolía era que aquel caballero había llegado a herir suorgullo, en su compañía aprendió que con él tenía que andar pisando firme, un solomovimiento en falso y todo podría terminar muy mal, principalmente para ella. Igualmentetenía el firme propósito de evitarlo a toda costa en todo momento. 

Estaba furiosa, confundida, dolida y para su mayor mortificación, gratamentesorprendida. Siempre pensó que aquel pomposo duque sería la personificación de loindeseable, engreído y orgulloso, pero después de aquella interesante conversaciónempezaba a dudar de qué tan correctas eran sus primeras impresiones. Siempre, al conoceruna nueva persona, hacía su propia idea basada en su primera impresión, y solo hasta esemomento se dio cuenta del error que cometía. Y aquel guapo duque resultó serextrañamente agradable, cualquier otro hombre se habría escandalizado por su forma dehablar, pero él, en cambio, la animó a seguir  

  Pero lo que aumentaba su rabia era que se suponía que ese día empezaría su plan debuscar al candidato perfecto, hoy mismo iniciaría un suave y sencillo coqueteo, empezandoasí a ubicar sus fichas en un juego del que tenía que salir vencedora. Sin embargo, despuésde lo sucedido ya no tenía ganas de nada, mucho menos de fingir lindas sonrisas a personasestúpidas que no le inspiraban más que aburrimiento y lástima. 

Nunca se imaginó que el famoso y deseado duque de Marlborough terminaríainvitándola a bailar, a ella, y mucho menos que compartirían semejante tipo deconversación tan fuera de lo común, pero era que le habían enseñado a mantener unaconversación superficial, sobre cosas banales y aburridas, y ese no era su fuerte, odiabaesas aburridas conversaciones y precisamente fue él quien siguió incitándola a hablar,incluso no se vio nada sorprendido por su actuar lo que la había dejado aún másconfundida. 

—Vaya, al parecer no disfrutaste tanto ese baile como lo pensé. —Amberly levantóla mirada para encontrarse con su bella amiga y, sin poder evitarlo, sonrió; ella era tanhermosa y sincera, su compañía siempre le traía mucha alegría.

 —Cassi, disculpa, no noté que te acercabas. —Cassandra se sentó a su lado girandoun poco su cuerpo para quedar frente a frente, tomo una de las manos de Amberly entre lassuyas y la miró con tanto cariño que Amberly se vio tentada a abrazarla y contarle todas sustristezas. Sin embargo, no podía hacerlo, por una razón su padre no se lo había dicho a ella,menos podría saberlo alguien ajeno a la familia por más amiga que fuera. 

—Bueno, estabas tan concentrada en refunfuñar que no estabas al pendiente de todolo que te rodea; que no vieras que todo el mundo te observa es válido, nunca te haninteresado las reglas de la sociedad y menos sus habladurías, pero para que no vieras a tumejor amiga, eso es preocupante, más bien cuéntame. ¿Qué fue lo que paso? —Amber miróa su amiga y suspiro, sus ojos eran aún más azules que los de ella y siempre había sido tancariñosa y perfecta que podría llegar a envidiarla si no fuera porque siempre había sido tanexcelente persona con ella, era como la hermana que no tenía, haría lo que fuera por ella. 

Perfectamente Imperfecta (Unidos por el amor #1) CAPÍTULOS DE MUESTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora