Capítulo 9; Se mansa como una paloma, pero letal como la se

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«Muy poca gente en Roma podía decir: "Ayer cené con los Borgia"»

Castiel estaba mirando fijamente un punto en la pared cuando la voz de alguien le sacó de su trance.

----Jefe, ya nos deshicimos del cadáver ----dijo Meg nada más cerrar la puerta tras ella.

Castiel simplemente asintió y luego de un momento de silencio se dirigio a su asistente:

----Meg, ¿puedo pedirte un favor? ----Castiel preguntó, sin quitar la mirada de la pared frente a él.

----Lo que necesité señor. ----Concedió la mujer.

Castiel entrecerró los ojos y sonrió de una manera tan macabra, que si Meg hubiese sido una recién incorporada a ese mundo, habría retrocedido y salido corriendo por la puerta, pero con los años ya se había acostumbrado a la oscura aura que rodeaba a su jefe.

----Necesito uno de tus venenos, el más fino y poco detectable de los venenos. Quiero que sea confundido con una enfermedad crónica ----ese fue el momento en que la curiosidad de la mujer ganó y abrió su boca para preguntar.

----¿Para que la necesidad de uno de mis venenos, señor?

Sin siquiera mirarla, Castiel tomó una carpeta que estaba encima de su escritorio y la lanzó al aire. Esta cayó al suelo, a los pies de la pelinegra. Los papeles salieron esparcidos a su alrededor y entre ellos, vio la foto de una mujer que entre salía de una de la páginas. Meg se agachó para recoger la foto y sus ojos se ampliaron un poco al ver quien era él rostro impreso en el papel. Oh sí, ella sabía quién era esta persona y la conocía muy bien.

----¿Su ex novia, señor? ----Preguntó en voz baja, tenía que ser precavida, no quería provocar a su jefe. No era inteligente dar un paso en falso.

----Hanna, la linda Hanna resultó ser más astuta de lo que pensé ----Castiel pronunció esas palabras con amargura. ----Debería haber imaginado que esa astucia me traería problemas, su padre es igual... pero no sabía que los celos de una mujer podían llegar a tanto.

----Usted no se lo puede ni imaginar, señor ----susurró ella de manera seria. ----Pero no entiendo por qué está hablando de ella de esta manera y...

Entonces algo en su cabeza hizo click. Meg entendió, entendió que había sido la ex pareja de su jefe quien había mandado aquellos hombres para secuestrar a Dean "Maldita bruja" Entonces, al mirar otra vez el suelo descubrió unos papeles, unos que reconocía muy bien, ya que algún tiempo atrás ella había sido enfermera, una muy buena.

----Un historial médico ----Meg leyó y sonrió luego unas palabras salieron de su boca, y Castiel reconoció cada una de ellas ----tetrodotoxina, mi favorita, para ello debo hablar con uno de mis contactos, pero también están el curare, la cicuta, la belladona o la mandrágora y la ricina...

Castiel sonrió, podía notar que Meg ya estaba emocionada. Estaba hablando consigo misma sobre diferentes tipos de venenos. Esa era la especialidad de su asistente.

----La ricina, apenas deja rastros y produce fallos multiorgánicos... pero también está el veneno de la serpiente áspid que mató a Cleopatra. Produce síntomas neurológicos y cardíacos... aunque esa bruja no se merece muerte de reina.

Castiel río y ese sonido llamó la atención de la mujer que sonrió un poco avergonzada.

----Lo siento, usted sabe cómo me pongo con este tipo de temas ----dijo, mientras pensaba en otras múltiples opciones en su cabeza.

----Lo se, por eso se que eres perfecta para este trabajo. Cuando tengas el indicado yo te diré qué harás con el. Ya tengo un plan, pero primero necesito ese veneno, Meg. ----Dijo Castiel, esta vez mirando directamente a los ojos a su asistente. Llevó un dedo a sus labios para luego bajarlo y decir ----antes que todo, por favor, alista la sala de práctica de tiro. Más tarde iré con Dean, necesito enseñarle algunas cosas. Quiero algunas armas cargadas para esa enseñanza, que sean de goma... más vale prevenir que lamentar.

Bratva And Cocoa (Destiel).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora