[EDITANDO]
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𝐹𝑒𝒷𝓇𝑒𝓇𝑜
Virgo, la chica que amaba estar a solas en su habitación para leer durante horas. Ahora se sumerge en un nuevo mundo, junto con Capricornio, quién le dará esa parte que tanto necesita; apoyo para conseguir su meta y ade...
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Un nuevo día se abre paso con el sonido de una radio a medio volumen y con una brisa de principios de primavera.
Alejados por más de 200 kilómetros, la noche se lleva sus sueños lentamente, devolviéndolos a la realidad.
Virgo aún soñaba con su última llamada. La etérea sensación de confusión y ansiedad se entremezclaban con la curiosidad y la incomodidad al querer conocer la opinión del otro.
En otra posición, Capricornio intentaba no darle más importancia de la que realmente tenía. No era la primera vez que alguien le confesaba su amor, pero sí era la primera en afectarle severamente.
Los días posteriores a la llamada fueron un infierno.
No sabían qué decir, ni sabían cómo afrontar la idea de que uno de ellos estaba enamorado del otro. Sin embargo, eso también desencadenó un torbellino de emociones para Capricornio. Había enterrado sus sentimientos por Virgo al decir que se iría, pero esa confesión había empezado a resquebrajar el candado.
¿Aquello era suficiente para poner la guinda al pastel? ¿Ahora sería capaz de afrontar de nuevo sus sentimientos, o decidirá enterrarlos aún más hondo?
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~ 𝓈𝒶𝒷𝒶𝒹𝑜, 𝟢𝟫:𝟥𝟦 ~
La habitación de Virgo apenas está iluminada.
El silencio reina y la única luz que se percibe es por debajo de la puerta, en ese punto exacto en dónde los tablones de contrachapado están mal unidos y hay un hueco lo suficientemente visible para que pueda pasar la luz. Mientras que ella está a punto de poner fin a su sueño, la luz accede a su habitación queriendo tranquilizarla.
Abre los ojos de sopetón, como sí hubiese visto un fantasma. Parpadea numerosas veces, intentando descifrar si está en su habitación o si sigue dentro de su mente.
"Joder, que sueño más extraño." piensa frotando sus ojos con lentitud. "¿Por qué demonios tengo que soñar siempre con él? " suspira cayendo rendida de nuevo en la cama. "Desde aquella maldita confesión no consigo dormir bien. ¡Y llevo así dos semanas!" reflexiona frunciendo los labios.
