Capítulo 4: Convencerle.

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Silver miraba a su hijo disfrutando de la segunda parte de aquel deporte que ambos amaban, sin embargo, una gran duda le asaltaba. Había organizado aquella cita y su hijo... ni siquiera lo había mencionado ni una vez.

- Oye Gray... ¿Qué tal fue la cita?

- No estuvo mal – dijo Gray sin hacerle mayor énfasis.

- ¿No estuvo mal? Vamos... la chica venía de una buena familia. Jellal ya me ha dado una nieta preciosa y tú sigues soltero.

- ¿Qué quieres que te diga? No era mi tipo – sonrió Gray.

- Rubia, alta, guapa – dijo su padre – de buena familia y educada.

- Con serios problemas emocionales por la ruptura de su ex – comentó Gray – no dejó de hablarme de él en toda la cita. Hasta una canción le recordaba a él y se ponía a llorar. Además tenía una peca aquí en el cuello que no sé... - dijo Gray sin más sacando alguna excusa.

Su padre sonrió y asintió. En parte tenía esa cierta complicidad con su hijo, siempre habían hablado de cualquier cosa y se entendían perfectamente. Aún así, sabía que había algo que su hijo no le contaba, algo que ya le ocurrió de adolescente y por lo que se había cerrado al amor. Había intentado todo tipo de soluciones para que saliera con chicas, pero nunca había conseguido éxito con él.

- Todas las chicas tienen algo – dijo su padre – la última los dientes de conejo.

- Era terrible –sonrió Gray.

- Sí, tienes razón, era horrible cuando abría la boca – sonrió su padre también – la anterior odiabas su pelo.

- No me gusta rizado, se me enredó la pulsera en su pelo y nos pegamos media hora intentando desenredarla – sonrió de nuevo Gray satisfecho con la excusa.

- ¿Y las otras veinte?

- Tenían algo todas – dijo Gray.

- Hablemos enserio Gray... ¿Por qué no sales con ninguna chica enserio?

- Papá... puede que no me interesen mucho las chicas.

- ¿Prefieres chicos? Tengo amigos que tienen hijos homosexuales, está de moda al parecer, ahora todos salen del armario – dijo su padre sacando una gran sonrisa por parte de su hijo.

- Sí papá... soy homosexual, pero no me interesan las citas y lo sabes. Sólo voy por ti.

- Gray... eres un gran chico y un mejor hijo, enserio, pero tienes que empezar a pensar un poco en ti y en disfrutar.

- Oh, disfruto – dijo Gray con una sonrisa - ¿Ves a ese rubio de ahí? – señaló a Sting que estaba tras la ventana custodiando la casa.

- ¿Tu guardaespaldas?

- Tiene un polvazo genial – dijo Gray refiriéndose al sexo.

- Gray... hablo de amor, de compartir tu vida con alguien de estar con esa persona que te llena por completo como tú madre me llenó a mí, no de sexo ocasional. Ya sé que puedes acostarte con quien quieras, pero quiero que encuentres a tu pareja ideal, esa por la que suspires todas las mañanas, por la que merezca la pena levantarte todos los días, con la que quieras estar para siempre. Esa clase de sentimientos.

- Lo encontré una vez – dijo Gray sonriendo.

- Ya... nunca me dijiste quién fue.

El precio de la fama (Fairy Tail: Natsu-Gray-Natsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora