Hemophobia | VKook EDITANDO

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  «  ¿Final?  »

Arrastre mis pies a oscuras. Mis ojos habían sido vendados, tapados en el camino al lugar dónde todo terminaría. 

Los guardias guiaban mi camino mientras las cadenas eran arrastradas en cada paso.

A mi lado iba él. 

No podía verlo, ni tocarlo, sólo oír sus pasos por los ruidos del eco rechinante de los eslabones que empujábamos con nuestros pies. 

¿Esto era justo? 

La respuesta era tan obvia.

Caminábamos por los mismos senderos de las calles dónde nos habíamos conocido, y ese simple hecho me llenaba de nostalgia.

Había vivido tantos años, pero realmente había comenzado a vivir cuando le conocí. 

Sonreí, no sé por qué pero lo hice.

A de ser que me sentí satisfecho de la vida que había tenido hasta entonces. No me arrepentía de nada. Había luchado, amado hasta el final de mis días y hasta con las últimas fuerzas de mi cuerpo. Lo había entregado todo.

Cada gota de sangre y sudor. 

No tenía más nada que perder.

Estaba satisfecho.

La venda fue despojada y de un golpe nos arrodillaron en el frío y duro suelo. A nuestras espaldas el público expectante y frente a nosotros el jurado de nuestra muerte.

— ¿Cuál es el veredicto? —escuche una voz conocida. 

Ese maldito anciano decrepito miembro del ministerio religioso.

— Condena de muerte al humano —respondieron. —Por ser descendiente del clan traidor de los reinos y por injurias y perjuicios contra los mandatos reales. 

El bullicio de la gente se oyó reclamando acción.

— Y sacrificio del vampiro mestizo.— volvieron a hablar.— No se permite la vida de seres no humanos, no hijos a imagen y semejanza del señor. 

Era tan absurdo que no podía evitar sonreír.

Mis labios mostraban ante la condena una sonrisa. 

Porque ni matando mi alma doblegarían mi espíritu. 

 El ministro se acerco a nosotros y junto a él un sacerdote.

  — Daros la extremaunción. — ordeno.

El sacerdote se acercó a mi inclinándose, sacando de sus túnicas un pequeño frasco y recitando palabras en voz muy baja.