Sentimiento de culpa

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- ¡Charlotte! – Exclamó Eileen aterrada al ver a su pequeña hija tan alterada - ¿Por qué vienes corriendo? Podrías haberte caído ¿Qué ocurrió?

- Re... Regulus, mami, es Regulus – Respondió aún jadeando por la carrera.

- ¿Qué sucedió con Regulus? – Inquirió Severus colocándole una mano a su hermanita en el hombro.

- Está herido – Respondió la niña mientras su madre ahogaba un grito – Sus piernas quedaron sin huesos o algo así.

- ¿Pero cómo pudo pasar eso? – Inquirió Eileen sorprendida - ¿Dónde está?

- Rose dice que fue Ryddle, Lily está llevando a Reg a la enfermería en estos momentos.

- ¿Y Rose dónde está? – Preguntó Severus con el corazón el vilo.

- Está con Lily – Respondió la chiquilla – Con ella, Peter y Albus

- Lo sabía – Respondió Severus con rabia haciendo un gesto de impotencia con el puño - Sabía que ese chico podría atacar en cualquier momento.

Al llegar a la enfermería, Regulus fue acostado sobre una de las camas mientras la señora Pomfrey lo examinaba.

- Severus – Dijo Lily al verlo entrar a la enfermería – La señora Pomfrey dice que Reg se pondrá bien pero...

- Fue un encantamiento de magia oscura, eso es obvio – La interrumpió la señora Pomfrey.

- Tendremos que usar crece huesos, supongo – Añadió Eileen mientras se colocaba un delantal sobre su túnica vinotinto– Y ya sabemos lo incómodo que es, tranquilo mi cielo, vas a estar bien – Le dijo después a Regulus en tono tranquilizador y maternal.

- Si, yo confío en ustedes – Le respondió el muchacho.

- ¡Válgame el cielo! – Expresó la señora Pomfrey al tocarle las piernas – Me temo que tendrás que pasar un tiempo aquí muchacho.

- ¿Dónde está ese...? ¿Dónde está? – Indagó Severus.

- Supongo que ha de estar en la sala común – Respondió Rose con voz trémula.

- Lotti cariño, será mejor que salgas de aquí, ve a tus clases, ustedes también chicos – Les dijo la señora Pomfrey a Peter, Albus Severus y Charlotte que abandonaron la enfermería enseguida, pero antes de salir, Peter dejó la capa de invisibilidad doblada sobre la mesita de noche junto a la cama de Regulus.

- Nosotros también saldremos – Anunció Lily con presteza pero antes le envió una mirada a Regulus – No te preocupes Reg, vas a sanar.

Los tres salieron también de la enfermería, Rose estaba callada, tratando de evadir la mirada de su padre, pero él se dirigió hacia donde estaba ella y la tomó por los hombros zarandeándola ligeramente.

- Supongo que ahora estás consciente de lo peligroso que es Ryddle ¿no es así?

- Papi él...

- ¡No! No intentes justificarlo Rose ¿Hasta cuándo vas a ser tan ciega?

- Rose, mi amor – Añadió Lily – Prométenos a tu padre y a mí que te vas a mantener lo más alejada posible de él.

Rose estaba inmensamente confundida desde el mismo momento en que Ryddle la había conducido hacia aquel estrecho pasillo en las mazmorras, antes había sido tan amable, educado y solícito, sus modales eran incluso un tanto exagerados para alguien de su edad y parecían de principios del siglo pasado, lucía preocupado incluso ante las posibilidades de representar un problema para ella con sus padres, pero desde hacía había cambiando paulatinamente de actitud, le proponía encontrarse a solas en lugares apartados y en cuanto ella llegaba a su encuentro, él parecía perder todo recato e insistía en besarla de manera apasionada o le proponía dar un paso más en la relación, en esos momentos la enseñanza de sus padres le llegaba como un rayo y eso le permitía apartarlo negándose rotundamente, no era tonta y pese a la aparente comprensión por parte de él, ella notaba cierta frustración, al final había terminado desconociéndolo por completo cuando alzó su varita contra Regulus Lestrange, ella se había fijado en sus ojos, centelleaban de furia, parecía otra persona y justo en ese momento las palabras de advertencia de su padre así como las de su hermano Harry se agolparon en su cabeza.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónWhere stories live. Discover now