Leche con chocolate baja en azucares.

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- Siempre tiene una respuesta para todo.

- Y ¿usted?  No sabía qué hacer las compras están dentro de sus labores de CEO – el muy idiota me sonríe.

- El que sea el dueño de mi empresa, no implica que pueda realizar labores domésticas, señorita Steele. No debe hacer prejuicios apresurados, además soy un hombre de muchas habilidades. Realmente se sorprendería – alzó mis cejas. Este hombre es un arrogante.

- ¿Y sus compras? – observa mi carrito y su semblante cambia a un nerviosismo evidente. Rápidamente toma una caja de la góndola y me la enseña moviéndola animadamente – Usted si que me sorprende señor Grey. Si que sus gustos son... – observó la cajita en sus manos – Peculiares. Leche de chocolate baja en azúcares – asiento con mi cabeza – Para mantener la línea.

Christian mira la caja en sus manos, al ver el de que se trata su ceño se frunce y me observa, buscando una explicación.

- Créame que es una excelente opción para conciliar el sueño.

- Pues llevare una cuántas entonces – tomo un pack de la misma leche y lo pongo en el carrito – Vive cerca?- – pregunto mientras vuelvo a retomar el camino.

- A unas cuadras de aquí – responde. Me sorprendo cuando camina junto a mi. Se ve tan sensual cargando una cajita de leche de niño en sus manos.

- John me comentó que quiere más días a la semana para vernos – comentó desinteresada, mientras echo algunas cosas en el carrito.

- Si. Creo que me hizo bien hablar con usted hoy. Me sentí cómodo – confiesa con una tierna sonrisa.

- Ya se lo dije señor Grey. Para que todo resulte bien ambos debemos ganarnos nuestra confianza.

- ¿Está bien usted con que sean más día? – pregunta ilusionado.

- Si está bien para usted. Lo estará para mi. Recuerde que siempre busco el bienestar en mis pacientes.

- Ya veo – dice mirando hacia el frente.

- Para serle sincera no me veía muy convencida, pero viéndolo ahora me alegra haber aceptado.

Y ahí está. Esa sonrisa de niño ansioso, que recibió una porción de extra de helado para la cena.

- Prometo no volver a ser el idiota de hoy.

Río. Aunque no lo creas, ese idiota me gustó.

- Eso espero señor Grey. ¿Solo llevará eso? – señaló la cajita en su mano.

- Eso creo. No mañana le pediré a mi ama de llaves que consiga más de estás para tener – enarcó mi ceja.

- ¿Porque no hacerlo ahora que ya está acá? Digo. Sería muy ineficiente esperar hasta mañana para hacerlo – me mira expectante – Digo. Usted como un importante empresario sabe que el tiempo es un recurso limitado hoy en día.

- Podría ser una excelente negociadora. Siempre tendrá un argumento para rebatir. ¿No está interesada en una vacante en mi empresa?

Sonrío orgullosa.

- No lo creo. Los negocios no son lo mío – y mucho menos aceptaría trabajar cerca de ti. Eres la tentación hecha hombre.

Doctora Steele Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt