너없이; Neoeobs-i

748 145 22
                                    

Sin ti.

Dos días, se resumieron a...
Cero días con sólo un par de horas contadas para desatar la peor catástrofe en todo Seúl.
No estaba listo, no, no quería verle partir. Y mucho menos quería quedarme sentado esperando a que regresará.

YoonGi tenía un máximo de noventa y nueve punto nueve por cierto de no volver.

—¡Suga!, todas las armas están cargadas y cuidadosamente acomodadas en la camioneta —anunció Zico, cargando una maleta con cartuchos y granadas.

Me estaba muriendo, todos iban de un lado a otro, casi ignorando mi existencia... No, ellos sí estaban ignorado mi exigencia y era lógico.

—¿Zelo, qué hay de JongUp?, ¿logro infiltrarse en la prisión? —indagó YoonGi, tomado su desert eagle dorada, colocándola detrás de su jean.

Un nuevo nombre, no tenía ni la más mínima idea de quién era él.
Viré los ojos hasta el pelirosado y observe su expresión facial.

—No como teníamos planeado, pero sí, él ya se encuentra ahí —habló de prisa, colocándose una cadena de plata y guardando detrás de su espalda a su bebé Sig Sauer Mosquito. Una pistola de calibre veintidós.

—Menos plática y más movimiento —recordó Zico, saliendo de la cabaña.

Traté de que YoonGi me viese una vez más antes de que cruzara la puerta de la cabaña, pero no lo conseguí.
Trague en seco, sintiendo un nudo en el estomago. Algo no iba bien. En lo absoluto.

—HoSeok.

Volteé rápidamente a quien me llamaba, siendo Zelo el individuo, traté de disimular mi preocupación.

—Hombre, que voy a cuidar bien de YoonGi.

Negué.

—¡Esté no era el plan! —chillé a lo bajo, apretando los puños.

—No lo sé, no depende de mi HoSeok —murmuró Zelo, caminando hasta mi lugar en la cocina—. Hagas lo que hagas no podrás hacerlo cambiar de opinión, él no te quiere ahí.

—Mierda —golpeé la barra que mantenía algunas provisiones de comida chatarra—. No puedo simplemente quedarme sin hacer nada, necesito ir con él, con ustedes...

—No estas listo, te falta mucho por aprender.

—Puedo hacerlo, no me importa, ayudame JunHong... —supliqué, frotando mis manos y mirándole como mi única salvación.

—Él no va a escucharme, pero lo haré.

Dicho eso, le vi retirarse y salir de la cabaña. DaeHyun me lanzo una mirada llena de pena y volvió a lo suyo, tomado una mochila llena cegadores.

—¡QUE NO, NO VA! —aquellos gritos provenían del exterior, y ya sabía quien era el dueño—. ¡Jung Ho Seok!

Apreté la mandíbula con notoria molestia, es que acaso era muy difícil de entender que si le sucedía algo y yo no estaba ahí no me lo perdonaría jamás.
Con aún más enfado del que sentía, saqué la vuelta a la cocina y salí a enfrentarme con YoonGi.

—Por qué vienés y metes a éste niño, ya teníamos un pla...

Le corte rápidamente.

—¡EL PLAN ME INCLUÍA! —vocifere—. Pero lo que has hecho es echarme y excluirme.

—¿Y qué esperabas?

Rechine mis molares, apretando fuertemente la mandíbula.
Por primera vez en la vida, deseé golpearle e iba a hacerlo, pero Zelo se interpuso.

—No no no, así no se hace esto —negó de un lado a otro con la cabeza—. Deja que venga, cuidare de él, además tengo a HimChan, y Zico tiene a Kyung junto a JongUp.

Volví a molestarme, no tenía idea de quiénes eran aquellos individuos y tal parece que YoonGi había decidido no contarme a fondo el plan que había ingeniado junto al resto.

—Vives dificultándome la vida —escupió tanto o igual de enfadado que yo.

Trate de ignorar esas palabras. Porque mierda, en el fondo dolían peor que dagas encajándose en el pecho.

—Y moriré dificultándote la puta existencia, y sabes, voy por mi maldita pistola. Iré de todos modos —sentencié, dando la vuelta e ingresando de nuevo a la cabaña.

Zelo me siguió, tome mi glock de una pequeña estantería de libros y revistas que se encontraba a un lado de la puerta principal.

—No lo trates así, te esta protegiendo HoSeok.

—¿Estás de su lado?

La mirada de mi menor por edad y no altura, me estremeció.

—No estoy de ningún puto lado, deberías de saber que somos hombres de negocios, en mi mundo no hay amistad y para renegados como yo tampoco existe el amor, ni la hermandad.

Quise caerme de culo al piso de madera. Entonces por qué intentaban ayudar a YoonGi...

—Supongo que Suga se negó a abandonar ésos sentimientos, y lo sé, porque por alguien como tú, cualquiera dudaría en enterrar cualquier tipo de sentimiento.

—JunHong, qué...

—Todos nosotros estamos aquí por una razón, y esa razón es porque le debemos nuestras vidas a ese enano pálido, somos gente de negocios y sabemos saldar deudas, ¿te va quedando claro?

Trague en seco.

Zelo me estaba dando a entender que, no era por amistad que estaban ayudando a YoonGi, era por saldar deudas con él.

—El cabezota de YoonGi no pensó muy bien al tenerte de vuelta y por Dios, no la cagues, tomaste tu decisión, haste cargo de lo que se venga.

Y eso fue todo, JunHong dio media vuelta esfumándose de mi vista.
Me dieron unas ganas tremendas de hacerme un ovillo en el piso, porque no estaba listo para hacerme cargo de ninguna mierda, pero mi corazón nunca dejaría a YoonGi solo.

Miré el reloj digital que estaba sobre la barra de la cocina, marcaba las 22:59. Todo daría comienzo a las 00:00 en punto.



©セシア

Voy a extrañarlas tantísimo...
No me odien, ya saben lo que se viene.

11/07/17.

사랑을 위해 살인 Temporada 1 || YoonSeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora