Código C.R.U.E.L 25 (Capítulo 52 completo)

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Fecha 231.06.07 | Hora 12.45 p.m.


En el mundo terrible que vivía Thomas. Enfermedad, muerte,  traición. Sus amigos sometidos a pruebas crueles que tal vez no tuvieran ningún sentido. Un mundo demente, en ruinas. Un mes atrás, había ayudado a asesinar a una docena de seres humanos en cuestión de horas. Y desde ese día, había vivido en un pozo de culpa u odio a sí mismo, evitando a sus amigos a toda costa. Aun viviendo en un complejo abarrotado de supuestos psicólogos, toda la terapia del mundo no lo había ayudado a enfrentar los horrores de la Purga. Y nunca lo haría.
Estaba cambiando. Al menos, eso sí lo comprendía.
Últimamente, hasta se había mantenido lejos de la sala de observación, demasiado deprimido como para observar el laberinto. Pero hoy, se había obligado a ir y ponerse al día. Lo primero que vio fue una pantalla que mostraba a Alby y a Newt caminando junto a uno de los gigantescos muros del Área. Pero había algo eztraño: Newt se apoyaba contra Alby, que le había extendido un brazo por la espalda para ayudarlo a mantenerse de pie. Newt sólo podía poner todo el peso de su cuerpo sobre una pierna. Se tambaleaba a cada paso, una mueca de dolor en el rostro.
Thomas se sentó en los controles y se tomó unos minutos para concentrarse en la forma de llevar a cabo lo que quería hacer. Luego, comenzó el meticuloso proceso de encontrar los ángulos correctos de la cámara que necesitaría para armar una historia.
¿Qué diablos le había sucedido a Newt?

Menos de dos horas después, había empalmado una serie de segmentos de la cámara de varios escarabajos, lo más cercano a una transmisión continua que pudo lograr. Mostraba un relato que casi le rompió el corazón. En la gran pantalla principal, en el centro de la pared,  comenzó la transmisión desde el principio.
Temprano en la mañana del día anterior, Newt se encontraba completamente bien. Se despidió de Minho y los demás Corredores; al parecer, era su día libre como Corredor. Cuando los distintos grupos desaparecieron en ss respectivas esquinas, Newt se dedicó a caminar alrededor del Área controlando los diferentes sectores, como si todo estuviera funcionando bien, tan bien como puede funcionar viviendo en el interior de un gigantesco laberinto. Habló con Winston en el Matadero, luego charló con Zart en los jardines, junto al campito de maíz.  Hasta rio un poco y le dio una palmada en la espalda, como si acabara de contar un chiste genial.
A continuación, deambuló por las Lápidas, el bosquecillo situado en el rincón sudoeste delineado por esqueletos de árboles moribundos que, para Thomas, siempre parecían una premonición de las cosas malas que estaban por venir. Allí, Newt se dejó caer en una banca y permaneció sentado durante por lo menos treinta minutos. Thomas adelantó la transmisión hasta el momento en que Newt finalmente se levantó y se adentró en el bosque minúsculo. La transmisión cambió a la perspectiva a nivel el suelo de un escarabajo, que se deslizaba a poco más de un metro detrás de su amigo. Newt enfiló directamente hacia el cementerio, donde había postes de madera que marcaban los lugares en donde habían enterrado a los Habitantes que habían encontrado en su fin desde la llegada al laberinto.
Se arrodilló en el suelo y se quedó mirando aturdido hacia adelante con los ojos vidriosos mientras su rostro se hundía cada vez más profundamente en la desesperanza. Permaneció así durante largo tiempo y Thomas pensó que podía adivinar qué estaba sucediendo dentro de la cabeza de su amigo: debía sentir una culpa extenuante por todos aquellos que habían muerto. Pensaba que, tal vez, podría haberlos salvado de alguna manera. Era probable que experimentara tristeza por toda esa situación: el peligro, el aburrimiento, la frustración de no saber por qué estaban ahí. Frustración ante la pérdida de los recuerdos. Y, quizás, en un nivel más profundo, estaba recordando a la hermana que ellos habían borrado de su mente.
Se puso de pie. Se marchó de las Lápidas caminando tan velozmente que el escarabajo que llevaba la cámara rebotaba al tratar de apurarse para no quedar rezagado. Sin reducir la velocidad, Newt abandonó el bosque y se dirigió directamente hacia la puerta del oeste, la más cercana. Varios Habitantes agitaron la mano al verlo o le gritaron un saludo, pero él los ignoró y continuó mirando hacia adelante con absoluta determinación. Conociendo de antemano el resultado final, Thomas se irguió en el sillón sintiendo una desesperante curiosidad de cómo habían sucedido los hechos.
Newt dejó atrás el Área propiamente dicha y entró en los callejones del laberinto. Su paso no aminoró, mantuvo un ritmo rápido y constante. Dobló hacia la izquierda,   luego hacia la derecha y otra vez hacia la izquierda. Después de doblar varias veces más, arribó a un largo trecho rodeado a ambos lados por paredes cubiertas de una tupida enredadera. Se detuvo junto a la del lado izquierdo, se colocó frente a ella y se inclinó hacia adelante sobre las manos, de desaparecieron entre el follaje. Bajó la cabeza durante un rato y luego miró hacia arriba estirando el cuello, como si quisiera ver el extremo de la pared.
Se estiró y comenzó a trepar por la enredadera.
Sus brazos musculosos hacían creer que le resultaba fácil. Aferraba una liana y se impulsaba hacia arriba lo suficiente como para encontrar algún lugar en la piedra en donde apoyar los pies. Luego sujetaba otra liana, y otra y otra, utilizando las dos manos y los dos pies, y toda su fuerza. Escalando la piedra y la enredadera, llegó en pocos minutos hasta el punto medio entre el suelo y el falso cielo. Thomas sabía que ahí era donde pensaría que no podía ir mucho más arriba. Una combinación de ilusiones ópticas agregadas y represores pre-programados dentro del implante garantizaban que nunca llegaría a la cima. Si trepó un par de metros más, pero luego se detuvo y miró hacia el cielo, derrotado.
Thomas observó y esperó.
Newt permaneció aferrado a la enredadera,  casi todo su cuerpo desaparecía detrás del follaje.  Un escarabajo que había estado escalando la pared junto a él se acercó y frenó a pocos centímetros del rostro del muchacho. No por primera vez, Thomas se puso a pensar en el software que hacía funcionar a esas criaturas mecánicas. ¿Cómo sabía qué hacer cuando no había nadie cerca que le cargara instrucciones?
Newt miró directamente hacia la cámara y, por primera vez en esa transmisión reconstruida,  habló,  de modo que Thomas pudo escuchar sus palabras.
"No sé quiénes son ustedes, pero espero que estén contentos. Espero que les cause un placer descojonante vernos sufrir. Y después,  pueden morirse e irse al infierno. Esto es culpa de ustedes".
Newt soltó las lianas, con una patada se alejó de la pared y cayó fuera de la visión de la cámara. El escarabajo se reubicó deprisa y lo único que Thomas oyó fue el crujido de sus movimientos y luego un golpe seco y duro a lo lejos. Rebotando, la vista regresó al suelo y luego se posó en Newt, que estaba tumbado de costado con una pierna levantada y los brazos alrededor de ella. Se merecía de un lado a otro mientras gemía. Los gemidos se transformaron en sollozos. Era un lamento tan profundo y lastimoso que a Thomas le produjo un dolor en el pecho.
Súbitamente, Newt emitió un aullido de angustia y luego lanzó un grito al aire.
"¡Los odio! ¡Los odio!".
Thomas apagó la transmisión. No podía soportar más. Ya sabía que alguien lo había salvado, lo había sacado del laberinto y llevado a la seguridad del Área. No podía observar un segundo más.
New, Newt, Newt, pensó mientras le parecía que el aire que lo rodeaba se estaba volviendo negro. Ni siquiera eres inmune, viejo. Ni siquiera eres inmune.

Tenía que poner todo el capítulo completo, no podía sacar ni una sola palabra. Y de paso es para pedirles perdón por no actualizar hace más de un mes así que espero que el plan funcione y el capítulo logre que no me maten :)

Momentos Newtmas Where stories live. Discover now