Fue tu culpa Capítulo 1

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(POV. VIOLA)

Termine de cepillar mi cabello suelto dejando que me cayese por la espalda. Las maletas ya estaban hechas y mi temor se hacía cada vez más presente. Deje mi mente en blanco intentando que los recuerdos dejasen  de repetirse, pero no lo conseguía así que me di por vencida recordándolo todo.

*Flashback*

Había acabado de ducharme en las duchas del instituto. Siempre que me duchaba intentaba vestirme lo más deprisa que podía, odiaba mi cuerpo. Era gorda, lo sabía y me odiaba por eso, pero comer era mi debilidad, no podía aguantar mucho tiempo sin comer por culpa de los exámenes.

Me estaba acabando de vestir cuando lo escuche. Era Camilo, Camilo Gotti. Era el chico más rico del instituto, todo el mundo sabía a qué se dedicaba su familia por eso nadie se metería jamás con él. Sonreí sin pensarlo.

Hacía poco menos de dos semanas el y yo… bueno fue bonito. Fue pues eso mi primera vez, la verdad es que Camilo ya llevaba mucho tiempo insistiendo y finalmente caí como una tonta. Agudice más mi oído intentando escuchar la conversación que tenia con otros dos tipos.

-Venga va Camilo y entonces te la tiraste y que ¿No te dio asco? –Hice una mueca.

-A ver tíos es Viola claro que me dio asco me pase todo lo que quedaba de tarde y parte de la noche en la ducha metido. Joder. –Sentí que algo se me rompía por dentro. –Bueno menos mal que luego me fui con Alison y me quito la sensación de las moyas que tiene. –Todos comenzaron a reír.

Me recompuse y salí fuera de las duchas con todo el genio Naccarati que tenia y justo me los encontré a la salida. Sin pensar las consecuencias impacte mi mano abierta contra la mejilla de Camilo. Me costó un poco darle con fuerza ya que era unas tres cabezas más alto que yo. Me fui muy dignamente. Todavía me quedaban cuatro clases más, pero muy fui directa al coche y de allí a mi casa.

Mi madre me recibió sin ninguna pregunta. Sabía que lo pasaba mal en el instituto, que se metían conmigo por mi sobrepeso y es que joder era tan diferente a ella… Ella era alta, delgada. Dios podía pasar pon una modelo de esas de ropa interior, pero yo no.

Después de que le contase todo a mi madre, ella decidió que me iría de Italia a los Estados Unidos con un hermano de mi padre. Me mude a la casa de mis tíos donde cogí una gran depresión provocando que tuviese anorexia, tuve que ir a muchos médicos hasta que dos meses después todo cambio.

*Fin del Flashback*

-Mamá, mamá ¿los abuelos tienen pistolas en casa? –me pregunto mi hijo, Nico.

-Si cielo, pero ya sabes que son de juguete las de verdad son malas y no se utilizan. –Lo cargue en brazos y lo lleve a su cuarto para que se durmiese. Mañana nos tocaría un largo viaje hasta Italia.

Sí, me quede embarazada de ese impresentable, pude acabar mi carrera (no era la que quería, pero se me daba bien así que) y conseguí una meta todavía mayor adelgazar ahora después de tres años estaba bien.

Después de meter a Nico en la cama me metí yo en la mía también, debía descansar, lo necesitaba.

(POV. CAMILO)

Envolví una toalla en mi cintura y salí del cuarto de baño todavía con el pelo mojado por la ducha que me acababa de dar. Me puse unos bóxers negros y un traje del mismo color con la camisa blanca y la corbata negra también. Y es que en mi familia todo era así siempre. Todos bien vestidos con ropas carísimas al igual que todos los accesorios.

Salí de mi cuarto y baje las escaleras en forma de caracol hasta que llegue a la planta baja, me dirigí al salón donde ya estaban mis hermanos mayores, Rory al que todos llaman Zeus, ya sabréis porque y Toni el hermano mediano, yo era el pequeño de todos.

-Podrías empezar a madrugar ¿no crees Camilo? –Dijo Zeus.

-Lo siento, a partir de mañana eso hare. 

Comenzamos a comer en silencio, según Zeus en la mesa no se podía hablar de negocios y esa norma como otras tantas que teníamos en la familia se cumplían a raja tabla.

-Señores, la señorita Gotti…

-Gracias Jeffrey, me puedo presentar yo sola.

Por la puerta apareció una rubia alta, con ojos grises y con aire rebelde. Esa era nuestra hermana, la más pequeña de todos, Diane. Era nuestra medio hermana, era hija de la segunda mujer del viejo, con ella le había puesto durante años los cuernos a nuestra madre. Odiamos en todo momento el embarazo de esa mujer, pero cuando vimos a Diane decidimos cuidar al bebe y supimos que desde entonces sería nuestra pequeña princesa.

No me llevaba mucho con ella solo unos cuatro años o así, pero aun así la protegería con mi vida si era necesario.

Diane se sentó en la mesa, después del viaje que había tenido está cansada y hambrienta. Mi familia se dedicaba al narcotráfico, éramos los amos de todo, de ahí el sobrenombre de mi hermano, ZEUS, como el Dios más importante y supremo.

-¿Qué tal las carreras, pequeña? –Pregunto Toni. Diane se encargaba de las carreras clandestinas de coches a las afueras de Florencia normalmente, pero esta vez le había tocado ir hasta Estados Unidos.

-Bien. ¿A que no sabéis a quien me he encontrado en el aeropuerto? Bueno ella no me ha visto, pero…–Bueno ya se empezaba a enrollar.

-¿A quién viste Diane? –le pregunte yo.

-A una chica que iba contigo a clase, está muy cambiada. Joder, no me acuerdo de cómo se llamaba, Mmm…. El apellido era Naccarati…

-¿Viola? –pregunte y ella asintió. No jodas que la foca estaba aquí otra vez. Bueno tocaría divertirse un poco.

-…Pero no iba solo, iba con un crío. –Me quede mirándola, ¿se habría casado?

-Hablando de Naccarati, hoy vienen a cenar. Ya sabéis que el viejo tenia negocios con Alberto.

1-Fue tu culpa (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora