Capítulo 6

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Abrirse paso entre la multitud de jóvenes eufóricos se estaba convirtiendo en una tarea titánica, ya que Alessandro caminaba con su mente aún en el encuentro con Sofía y no podía evitar chocar con cualquiera que se le cruzara en su camino, hasta que divisó a sus amigos, por lo que reaccionó y se apresuró a su encuentro. Alessandro pudo ver complacido que su plan había sido todo un éxito, ya que Francisca estaba de la mano con Lucas.

- ¡Al fin!- le gritó Francisca, ya que poco se podía escuchar.

-¿Dónde te habías metido?- preguntó Carlos

Alessandro no respondió. Sólo hacía gestos positivos de vez en cuando para que pensaran que era partícipe de la reunión. Al poco rato, Francisca y Lucas se fueron a bailar. Carlos decidió ir a buscar algo para tomar, mientras Elizabeth quedó en compañía de Alessandro.

- Si ibas a estar con esa cara de dos metros, mejor ni venías- Elizabeth le sirvió una bebida.

- Lo lamento, estoy preocupado, ya que me hubiese gustado que Sofía también disfrutara con nosotros.

- ¿Por eso llegaste tan tarde?, ¿Quisiste convencerla?- le miró burlona.

- No. O sea sí- la mirada inquisidora de Elizabeth le intimidaba- Conversé un momento con ella, pero no traté de persuadirla para que viniera, sólo quería que...- no pudo terminar su frase, ya que realmente no sabía lo que quería de ella.

- No te esfuerces demasiado, no vas a obtener buenos resultados y si eres insistente, te irá peor.

- Creo que me gustaría saber más sobre ella.

- Pues buena suerte con eso- chocó su vaso con el del muchacho y bebió su contenido.

- Deja el sarcasmo y sé más directa. No creas que no comprendo tu burla, sé que Sofía es reservada y bastante tímida, pero es de carne y hueso como nosotros, ¿por qué no sería factible me pudiese acercar a ella?.

- Es más complicado de lo que piensas.

- Explícame- la encaró.

Elizabeth lo miró en principio con sospecha, pero la insistencia del muchacho le hizo ruido en su interior, quizás era un sujeto diferente y sería capaz de mirar a Sofía sin el velo del prejuicio con que muchos la veían.

- Su sola existencia es un misterio, incluso para nosotros que somos su familia, pero la Tía Fernanda se ha encargado de que Sofía viva en la ignorancia de su propia vida.- bebió un sorbo de lo que le quedaba de piscola- De niña siempre fue un tanto tímida, ya que atrae las desgracias. Según la tía Sonia está maldita, pero eso dice ella porque no la aprecia para nada. Pero son cosas de familia y no soy quien para andarlas develando.

- Me interesa mucho saber- le imploró el muchacho.

- No sé si debería contarte estas cosas, la verdad son bien personales y...- se acercó a él un poco más y le susurró- ni siquiera Sofía sabe de esta historia, yo he escuchado cosas escondida tras las paredes del despacho de mi padre y a veces siento que mi mente ha inventado o distorsionado lo que ha escuchado. Hay muchos secretos en mi familia y no son de incumbencia de nadie más.

- Lo sé y te entiendo, mi familia no se queda atrás en eso de los secretos, pero mis intenciones son buenas.

- ¿Por qué te interesa tanto?- Alessandro titubeó un momento, pero si iba a sacar información de su prima al menos debía ser sincero.

- Para serte franco aún no comprendo bien qué es lo que me ocurre con ella, pero Sofía provoca sentimientos en mí que no sabía que existían- se tomó el cabello con ambas manos y se lo revolvió- no la he podido sacar de mi cabeza y pareciera ser que él estar junto a ella se ha convertido en...- dudó unos instantes- una necesidad.

Sofía La Mestiza. El primer encuentroWhere stories live. Discover now