Capítulo 15

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La frescura de la mañana comenzó a desvanecerse cuando el sol ardió con sus poderosos rayos sobre su cabeza, mientras ella se inclinaba cerca de su trabajo. Estaba enfocada en ayudar a cosechar las habas, alejando cualquier pensamiento de amargura por una relación fallida.

Durante los últimos tres días se había mantenido en silencio, de mal humor en su habitación, sintiéndose perezosa y triste. La comida no tenía ningún atractivo; todo lo que quería hacer era dormir y llorar. Pero estar en este lugar la tranquilizó, especialmente sentir la tierra bajo sus pies y el aire a su alrededor, dándole una oleada de energía que sólo fue igualada por el tentador olor a albahaca que llenaba el aire, despertando su apetito.

La huerta era un campo de colores de crujientes verdes, amarillos intensos, anaranjados cálidos, blancos puros, como si el arcoíris hubiese tomado forma allí frente a sus ojos. Los olores eran de una mezcla dulce y picante de hierbas aromáticas. Un poco más lejos estaba la plantación de frutillas y arándanos las cuales colgaban en sus pequeños tallos como si fuesen suaves joyas Con la mirada fija en una de aquellas dulces frutas moradas, una lágrima comenzó a bajar por su mejilla y se fundió con el brillo de los rayos de luz.

- Es tarta de arándanos- le miró cariñoso - Espero te guste, las frutas están recién cosechadas.

- La cena ha estado maravillosa Alessandro.

- Quería que así fuese, han sido días complicados fingiendo no ser nada- le tomó la mano por encima de la mesa- Estaba preocupado, eso de tener que vernos a escondidas, ocultándonos detrás de los árboles como fugitivos de un amor prohibido, me está cansando.

-Así es más fácil para todos- se sonrojó- sabes cuánto nos vigilan, y no sólo tu padre- retiró su mano nerviosa- Al estar cerca de ti, todo se torna confuso y no puedo siquiera pensar bien, a veces siento que nos prohíben estar juntos por algo.

- No tiene ningún sentido que nos alejen, de igual forma tendremos que aprender a convivir, o si no ¿cómo crees que podrás aprender a usar tu magia?.

-Marco se ha ocupado un poco de esa parte- le sonrió coqueta.

- Por primera vez envidio mucho a esa pulga, él no tiene que cargar con el peso de ser el primogénito y heredero de una tradición milenaria.

- Se ha dado el tiempo de explicarme algo del mundo mágico, hasta me deja acompañarlo en su proceso creativo, cuando realiza hechizos. Es realmente fascinante.

- Me alegra oír que finalmente ha podido activar su elemento y es gracias a tí, tú ayudas a potenciar nuestra energía- le miró intenso y sensual. Sofía no pudo evitar estremecerse en el lugar.

- Tú también notas que tu poder crece junto a mí.

-Así es, eres como un activador, y cada vez que tenemos algún encuentro furtivo, pareciera que se potencia aún más.

Alessandro la tomó de la mano y la condujo a la terraza de su habitación, frente a ellos una imponente luna se dejaba ver a plenitud. Parecía que iluminaba aquel lindo momento. Ambos se quedaron abrazados en silencio contemplando aquel glorioso paisaje. Una brisa hizo que Sofía saliera de su ensoñación.

- ¿Tu madre te contó sobre su visión?

- Sus visiones querrás decir- le acarició el rostro contemplativo- Por ello supimos dónde encontrarte, te vio con Hempel, por lo que decidieron buscarte y saber quién eras. Eres una especie de leyenda urbana, hasta se había pensado que nunca naciste.

- ¿Por qué?- Sofía le miró curiosa

- Eso lo mantienen bajo siete llaves, mi familia y el resto de los clanes, parecen disfrutar demasiado de los secretos. Lo que sí sé, es que estamos aquí para asegurarnos que no te ocurra nada. O eso hemos intentado. Aunque debo decir que las protecciones que instalé rodeando la propiedad, han sido bien efectivas- Le gustaba alardear un poco frente a la muchacha.

Sofía La Mestiza. El primer encuentroWhere stories live. Discover now