Epílogo.

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Con las piernas largas y delgadas acomodadas alrededor de la cintura de Kuroo, el choque y roce entre ambas entrepiernas era algo que debía darse sí o sí. 

A pesar de la impaciencia que a los dos chicos iba carcomiendo, decidieron que debían hacerlo a su debido tiempo. Aunque tampoco se tomarían mucho tiempo para hacerlo, con lo que les había pasado la última vez, tenían más que suficiente para saber que en algunas cosas no debían demorarse. 

La noche era cálida para ser una de otoño, así que la ventana de la habitación se encontraba entreabierta y las cortinas a los costados. La luz de la luna llena estaba en cada rincón del lugar, iluminando los cuerpos que trataban de fusionarse en uno solo. 

Tsukishima se encontraba desnudo. En el momento en que había vuelto a su forma normal, la ropa inmediatamente se había roto por la diferencia de tamaños y tuvo que retirarse los jirones de la misma. 

En cambio, Tetsuro seguía con la camisa y los pantalones puestos, pero ya se había retirado los zapatos, calcetines y accesorios para dejarlos sobre la mesa auxiliar en dónde habían dejado los celulares. 

A la altura del ombligo de Kuroo, su camisa estaba quedando con rastros del líquido pre-seminal que salía del miembro de Tsukki que se refregaba contra él. 

El moreno disfrutaba pasar sus manos por la delgada y satinada piel de la espalda de su novio. Las sombras que se iban creando en los músculos largos y fuertes de ella le estaban haciendo perder la razón. Tsukishima Kei era el erotismo puro. 

A medida que el beso se iba profundizando, los delgados dedos del ex bloqueador central del Karasuno se iban enredando en los cabellos negros y cuando Kuroo le mordía el labio o causaba algún estremecimiento en su cuerpo, estos dedos tiraban del cabello, algunas veces suaves, otras con fuerza. 

Kuroo sentía que tenía los labios hinchados por tantos besos y mordiscos que había recibido, así que interrumpió aquel juego de lenguas y con una sonrisa socarrona, que, a pesar de que Kei decía que la odiaba, sabía que el rubio al verla se derretía por dentro. 

Tsukishima seguía con los lentes puestos, pero Tetsuro los tomó y los dejó cuidadosamente sobre la mesa. En ese momento en que se inclinó para realizar tal acción, Kei aprovechó de comenzar a desabotonarle la camisa y bajarle el cierre de la bragueta del pantalón. 

Kuroo no quería quedar de espaldas en la cama mientras Tsukki le quitaba la ropa, pero debía reconocer que aquella visión hizo que su amigo saltara de alegría. 

Cuando se encontró ya con el pecho desnudo y los pantalones abajo, su líbido aumentó considerablemente. Tanto Kuroo como Tsukki sabían que ya no había vuelta atrás.

Los labios del rubio comenzaron a recorrer desde la comisura del labio del mayor, hasta la mandíbula y bajaron por la manzana de adán, cosa que mordió en su recorrido. Luego descendió hasta las clavículas del moreno y ahí se detuvo mientras dejaba unas cuantas marcas. Siempre había querido hacer eso. 

Mientras tanto, Tetsuro tomó una de sus manos y comenzó a besar dedo por dedo y demostrarle de esa forma, tan simple para algunos, la devoción que sentía hacia él. Se dejó mimar por su pareja, ya le tocaría el turno a él para demostrar y complacer al menor. 

Luego de que Kei estuviera satisfecho con unos cuantos cardenales hechos con su boca, volvió su recorrido hacia la parte baja del ex capitán del Nekoma. En aquel camino, se detuvo en un pezón que mordió juguetonamente, pero que no se atrevía a torturar más allá de eso; continuó y pasó su lengua por los abdominales todavía marcados que tenía Kuroo y también de forma juguetona le atacó el ombligo con la lengua, cosa que le dio un ataque de risa a  su novio. 

Tsukimi (KuroTsuki) #HaikyuuAwardsWhere stories live. Discover now