No Siempre El Primer Amor Es El Verdadero.

Ustedes son mi vida y por eso daría la vida por ustedes. Parte I.

POV NARUTO.

Realmente no puedo creer todo el tiempo que ha pasado.

Hoy a mis cuarenta años, no puedo creer todo lo que ha pasado.

Parece que fue ayer cuando acepte a itachi en mi vida.

Parece que fue ayer cuando supe de la existencia de mi hijo asahi, al igual que con la noticia de mis demás hijos.

Ya han pasado varios años.

Es mas no se si por ponerme nostálgico parezco un viejo o que.

Pero no puedo evitarlo.

Mis hijos crecieron tanto que parece que cerré mis ojos y crecieron sin darme cuenta.

Supongo que estoy nostálgico.

Cuando me paseo por mi casa y paso por las habitaciones de mis hijos, me siento algo triste.

La habitación de asahi esta vaciá.

La de aiko también.

La verdad es que extraño tanto que mi familia este junta.

Pero tengo que aceptarlo algún día dejarían la casa, pero en verdad hubiera querido que nunca hubiera pasado.

Mis niños.

Aunque ya no lo son.

Con veinticuatro y veintidós años, ambos han crecido muy rápido.

A decir verdad creo que ambos nos dieron una gran sorpresa hace algunos años.

Creo que lo mio fue la sorpresa.

La reacción de itachi fue estar enojado por una semana con los dos.

Hace seis años.

Cuando tenían dieciocho y dieciséis años.

Nos confesaron algo un poco sorprendente.

Nos enteramos que eran novios desde que aiko tenia diez y asahi doce años.

Creo que en ese momento sentía que me faltaba el aire.

Pero no sabia porque. No podía juzgarlos.

Después de todo ellos no eran hermanos de sangre.

Pero aun así me sorprendí cuando me lo dijeron.

Por alguna razón llore pero no se porque lo hice.

Recuerdo que vi a mi hijo arrodillado frente a mi diciendo que lo perdonara, pero que no podía evitarlo.

Creo que me gano el amor que le tenia a mis hijos.

Jamas podría odiar a alguien menos a mis hijos.

Solo lo abrace, acariciando sus cabellos.

Mi pequeño. Ese pequeño que un día tuve en mis brazos, ya había crecido.

Estaba enamorado, yo se que en el corazón no se manda.

Así que solo le dije:

"Si en verdad la amas, hazla feliz y jamas dejes que derrame una sola lagrima".