Capítulo 6.-

140 24 1
                                    


A partir de aquí las cosas se salieron de control, un poco, y con esto me refiero a que rompimos, en parte, la promesa que ambos le habíamos hecho a Tyler.

Sólo un poco.

Por supuesto que me resistí al máximo, pero en mi defensa, no puedes hacer mucho tratándose de alguien como Josh Dun.

Mi madre no estaba en casa, para empezar, y yo me encontraba allí, sentada en los pies de mi cama, retorciendo los bordes de mi camiseta verde mientras esperaba a que él saliera de mi baño.

Sabía lo que ocurriría, todo lo indicaba, porque Josh había dejado su camiseta en la silla de mi escritorio antes de entrar a lavarse el cabello y fue tal como lo imaginé, incluso mejor.

Lo primero que vi fue una toalla voladora con rastros de tintura amarilla moviéndose con rapidez hacia mi y aterrizando en mi rostro. Eso no estaba mal, porque así no tendría que ver a Josh Dun sin camisa, con el cabello mojado y un nuevo color que admirar, el cual estaba segura de que le quedaría bien.

-¿Cómo me veo? –le oí decir por el lado izquierdo, asumí que junto al espejo.

-Bien. –el chasquido de su lengua me indicó que sabía que no lo veía aun así que me aferré a la toalla en caso de que intentara quitármela.

-Ni siquiera me has visto. –se quejó, sus pasos se acercaron y sentí un peso en la cama.

-De seguro te ves bien.

-Alex. –una de sus manos tiró de la toalla pero la sujeté con fuerza, obteniendo un par de risas por parte del tintado. -¿Cuál es el problema?

-¿Podrías... ponerte la camiseta antes? Sólo por cosas de comodidad, ya sabes.

En ese momento, decirle a Josh que hiciera algo fue como decirle que no lo hiciera, psicología inversa le llaman, funciona en los peores momentos y cuando menos lo deseas.

-Pero está mojada, podría resfriarme.

-Bien.

No tenía muchas opciones, sabía que no se iría a menos que le diera mi opinión, y no podía ser tan débil, por Dios, se trataba solo de un chico.

Así que lo miré. Y fue alucinante.

Nunca fui muy fan del color amarillo, no me gustaba en la ropa, ni siquiera lo pasaba en los vestidos de Jenna, pero en el cabello de Josh era otra cosa, reluciente y brillante, con olor a mi shampoo y unos mechones rebeldes cayendo en su frente. Su piel que antes lucía pálida por el azul había tomado una tonalidad más oscura, su leve bronceado era más marcado y el resto desde el cuello hacia abajo hizo que tragara saliva con dificultad.

-¿Y bien? –parpadeé un par de veces y el alzó una ceja ante mi reacción, esperando una respuesta.

-Te ves... bien.

-¿Sólo bien? –puso una mano en mi rodilla y se acercó un poco más. Josh Dun jugaba sucio. Carraspeé, ignorando el cosquilleo en mi pierna.

-Un poco más moreno.

-¿Eso es bueno? –asentí, incapaz de formular alguna frase coherente. –Alex... -su voz bajó dos tonos, según mi oído musical amateur. -¿Recuerdas aquella noche en el cumpleaños de Tyler? –preguntó casi en un susurro.

-Sí.

-¿Recuerdas que Tyler dijo que no podemos tener sexo?

-Lo recuerdo.

-Pero los dos queremos. –afirmó sin titubear.

-Los dos.

-Y ahora estamos aquí.

-Estamos...

Lo siguiente fue un borrón. Sus labios chocando con los míos, igual que esa noche, podría jurar que incluso mejor. Sus manos tibias por la ducha se movieron hacia mis piernas hasta que terminé a horcajadas sobre él y suspiré temblorosa cuando su boca se deslizó hacia mi cuello.

-Josh...

-Es un idiota ¿sí? Se comporta como un anciano a veces. –murmuró mientras se echaba hacia atrás en la cama. Sus manos se quedaron en mi trasero sin ningún pudor y me quedé contemplándolo mientras controlaba mi respiración y todo el cosquilleo que me había hecho sentir.

-Me protege, no eres bueno con las chicas. –dije pasando mis manos por su pecho desnudo. –Siempre ha sido así.

-No eres tonta. –me incorporé un poco, recobrando la compostura y lo miré desde arriba, sentada en su torso.

-El problema no está en mí, está en lo que Tyler piensa de ti. Es triste, considerando que eres su mejor amigo.

-O quizás solo está celoso, no soporta la idea de verme con alguien que no sea él. –dijo con una sonrisa divertida. ¿Tyler y Josh? Sería un buen shipp si no quisiera tirarme a uno de ellos todo el tiempo y si Tyler no estuviera perdidamente enamorado de Jenna Black.

-¿Qué tan malo eres con las chicas? –me atreví a preguntar, no estado segura de querer saber la respuesta.

-No lo sé, yo... solo me acuesto con ellas, la cosa es que algunas no entienden el concepto de sexo casual.

-O quizás les das señales equivocadas para traerlas hacia ti y terminan creyendo que vas enserio. –se detuvo unos segundos, ladeando la cabeza como si estuviera pensando, analizando algo que nunca antes había reflexionado.

-Supongo, nunca había hablado de esto con una chica. A mis hermanas no les gusta oír mis historias y Jordan es demasiado bueno.

-Entonces... -dije esperando a que a alguno de los dos se le ocurriera algo.

-Entonces... -se incorporó un poco quedando sentado, su rostro justo frente al mío. –No es sexo si solo nos manoseamos. –sonrió ladino, rosando sus labios con los míos.

Mi madre no era una mujer de aquellas que no soportan la idea de que su hija vaya por ahí con chicos, sabe que no soy virgen, que he estado con Brendon, que he estado con otros, pero esa tarde supuse que solo intentaba omitirlo, todo el tiempo.

Lo supe porque cuando entró a mi habitación y nos vio a Josh y a mí en una posición comprometida, sus ojos se abrieron como platos y se llevó una mano a la boca con sorpresa.

-¡Mamá! –chillé empujando al tintado hacia un lado.

-¡Dios mío, Alex! –su mirada pasó de mi hacia Josh y de Josh hacia mí repetidas veces.

-Mamá... -por primera vez en mucho tiempo, me sentí una niña otra vez, sin saber que decir frente a la mayor y me quedé en silencio contemplando su expresión hasta que sus hombros cayeron y rodó los ojos.

-Ven aquí. –dijo con voz firme. –Y tú... ponte una camiseta. 

The Run And Go [Josh Dun Fic]Where stories live. Discover now