capítulo cuatro

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los días pasaban conforme yoongi y hoseok se veían.
el pelinegro solía irse, dejando a hoseok con dudas que al día siguente le aclararía.
el castaño no pensó volverlo a ver en la escuela y al parecer yoongi no iba ahí.

ahora, ambos chicos se encontraban caminando en silencio.
el único sonido presente eran las hojas secas ser ceujidas cuando los zapatos chocaban en ellas.

—¿en serio quieres venir a mi casa? —preguntó yoongi enarcando una ceja.

—sí, siento el bosque demasiado marrón hoy, y mi casa queda más lejos.

iban hacia la casa de yoongi.
a unos pasos más, cerca de la entrada de la ciudad había una casa de dos pisos amarillenta, el pelinegro le dijo que ese era su hogar y le indicó que lo siguiera hasta adentro.
ambos entraron por la puerta trasera, hoseok no pudo detallar bien la casa porque rápidamente el mayor le hizo una seña de que aguardara silencio, y entró a una de las puertas blancas que se encontraban en un pasillo cercano.

intrigado, hoseok se acercó.

—mamá, ¿cómo estás? —la voz de yoongi resonó desde adentro.

hoseok comprendió que yoongi estaba hablando con su madre, así que tomó distancia y se sentó en el suelo ruidoso, esperando la aparición del mayor.
luego de unos mimutos, hoseok se levantó del suelo cuando vio a yoongi salir de allí.

—lo siento, hobi, estaba conversando con mi madre.

—descuida, ¿está todo bien?

—sí, es que ella está un poquito enferma.

—¿qué le sucede? —hoseok extendió su mano hacia el hombro del mayor, dándole confianza.

—no lo sé —suspiró.

—uh, bueno.

el menor prefirió dejar aquél tema, al aparecer era algo que dejaba turquesa a yoongi.

—¿quieres comer algo? —inquirió el mayor.

hoseok se limitó a sonreír mientras asentía.

APOTROPAICO ━ YOONSEOKWhere stories live. Discover now