Episodio X

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¿Acabo de oír eso? ¿No estoy soñando? ¿Adam dijo que me ama? ¿Acabo de decir que siento algo por él?
Su mirada me inquieta, es como si estuviese totalmente seguro de lo que dice. Está esperando una respuesta que realmente no tengo ahora.
-Eh... Pues.... Yo tengo que hacer unas cosas asi que debo irme-Me levanto de la cama y su mano sujeta mi brazo.
-Acabamos de llegar a Italia, ¿Qué tendrías que hacer en un país nuevo?
-Pues... Ver... ¿A un amigo?
-Mentirosa.-Dicho esto me atrae hacia sí y quedo encima de él. Me ruborizo.- ¿Qué tal si me das un beso? Desde que te vi he tenido unas ganas inmensas de besarte pero, eres muy difícil-Susurra contra mis labios. Tenerlo tan cerca mío es como caer al vacío.
El estómago se me revuelve de una manera exquisita y no lo puedo evitar, así que lo beso.
Primero es muy suave. Sus labios son muy acogedores, suaves, delicados, carnosos, sabrosos, todo él es tan para derretirse viendolo.
Al final, ya jadeantes, nos separamos en busca del aire que intentamos quitarnos mientras nos besabamos.
-Eso... No debió ocurrir.-me separo rápidamente pero vuelve a jalarme hacia él, esta vez, él se posa sobre mí.
-Olvida la tonta idea esa de escapar. Aurora.-Mi nombre suena tan sexy cuando sale de sus labios. Me derrito. Alerta. Alerta. Mi cerebro se quema.-Se mi novia.-Alerta roja. Alerta Roja! Repito! Alerta Roja! Esto es una emergencia! Bomberos! Bomberos!
Me quedo pasmada con los ojos como platos.
-¿Qué?
-Se mi novia. Y No aceptaré un no por respuesta asi que-Adam me besa y mi estomago da otro vuelco.
-¡¿Qué estás haciendo?!-Me voy a volver loca, mi corazón no puede soportar esto. Hará que se me salga del pecho...
-Te beso-susurra eso como si fuese lo más obvio del mundo.
Me aparto bruscamente y salgo corriendo por el pasillo del Hotel. Ésto no puede estar pasando.
Entro al ascensor y cuando las puertas están a punto de cerrarse, unas gruesas manos impiden que lo logren.
-Aspetta un attimo!-dice, y un hombre bien vestido, de cabello castaño y rulos aparece ante mi.
-¿Quieres ser mi Christian Grey?-suelto sin pensarlo, pero vamos, el hombre era hermoso.
-Me temo que eres muy joven para esas cosas-dice en inglés con un acento italiano muy marcado y me guiña el ojo izquierdo. Marca el número 1 en el panel y se mete las manos a los bolsillos. La vergüenza me consume y me coloco roja como tomate, no pensé que me entendería. ¡Eres muy tonta Aurora!
-No soy joven, ya soy mayor de edad.-El señor se da vuelta y con sus ojos miel me mira seductoramente, sus labios esbozan una media sonrisa y quiero sacarle una foto asi que saco mi celular.
-¿Al menos puedo sacarme una foto con usted?
-Claro.-Se posiciona a mi lado y sonríe a la cámara.
-Muchas gracias.-sale del ascensor y yo voy detrás de él, quedándome en el mostrador.
¿Y ahora qué? No puedo volver a la habitación, no puedo mirar a Adam a los ojos. ¿De verdad me querrá?
Me decido por ir al bar del Hotel y, como es gratis, pido un whisky.
-¿Es usted mayor de edad?-me pregunta el barman. Lo observo seria y le muestro mi carnet.
-Ahora deme mi whisky.
Sonríe y me pasa un vaso con mi pedido. Coloco el vidrio en mis labios y echando la cabeza hacia atrás me bebo el contenido de un sorbo.
-Otro, por favor. Necesito reunir valor.-el barman me sirve otro vaso y hago lo mismo. Luego de beber 7 vasos me retiro del lugar. Subo al ascensor, marco el 5 y llego a la habitación, tambaleándome. Toco la puerta y Adam abre.
-¡Por Dios! ¡¿Qué pasó?!
-Sholo bebí un poquito-hipo-te lo prometo-hipo. Cruzo los brazos por detrás de su cuello y me dejo caer.
-Eres una mujer peligrosa.
-Adam. ¿De verdad me quieres?
-Si.
-¿No estás bromeando?
-No.
-No me conoces.
-Pues dame un tiempo.
-Perfecto.-me tambaleo hasta mi cama y me lanzo hacia ella.
-No puedes dormir así.
-Déjame tranquila, a importa le nadie.
Adam se acerca a mi cama y me tapa con las frasadas.
-Supongo que por hoy puedes dormir así.-besa mi frente y se aleja, mi respiración se vuelve pausada y tranquila, me quedo profundamente dormida.

-¡Aurora! ¡Despierta!
-¡Estoy despierta!-me levanto de un salto y mi orientación me falla, no sé dónde estoy, y no recuerdo mucho. Me invade un fuerte dolor de cabeza y pierdo fuerza, volviendo a caer sobre la cama.
-Auch, estoy fuera de juego. Haz lo que sea tu solito.
-¡Está lloviendo!
-Pero si ayer había sol, no es posible.- coloco atención en el sonido y efectivamente, llueve.
-¡Vamos!-Adam me coge del brazo y me lleva fuera del departamento, dejando cerrada la puerta. Estoy mareada así que difícilmente le sigo el paso. Bajamos por el ascensor, y salimos a la calle, la lluvia caía intensamente y al meternos en ella nos empapamos de inmediato.
-Se siente bien.-el cabello mojado se queda pegado a mi rostro, mis pies descalzos se humedecen, tengo puesto mi pijama de vestido blanco y se me apega a la piel.
-¿Me cambiaste de ropa?-Miro a Adam y está con sus mejillas rojas mirando al otro lado de la calle.
-Vamos dentro, ya estás suficientemente empapada.
-Claro.
Nos dirigimos al cuarto del hotel y al entrar me dirijo la baño. El piso del lugar queda empapado por mis pies y dejo la huella de mi caminar.
-Me bañaré.-Cierro la puerta detrás de mí y me comienzo a quitar la ropa.
Cuando estoy ya desnuda, me observo en el espejo, no estoy conforme conmigo misma.
-Podrías ser mejor.-Le digo a mi reflejo.
-Aurora, ¿qué quieres que prepare para almorzar?-Adam abre la puerta y por mi sorpresa me coloco de cuclillas.
-¡Imbécil! ¡Sal de aquí! ¡Sal de aquí!-Pero Adam no se iba. Me abrazo aún más fuerte, ocultando mi cuerpo de su vista. Y con mi cabello me cubro aún más. 
-Mierda... Espérame aquí...-Adam sale del baño dejando la puerta abierta y veo cómo mete las manos en mi bolso. ¿Qué hace?-Ah, pero primero debo, ahmm... Dios, qué hago.-Lo oigo maldecir en voz baja y vuelve al baño.
Observo cada movimiento que realiza, gira la llave del agua caliente para llenar la bañera y me coloca una manta de polar encima.
-Acurrucate en ella, no importa que se ensucie.
-¿A qué te refieres?-estoy confundida, ¿por qué la mancharía?
-Te ha llegado, espérame un momento, iré abajo a comprarte toallas higiénicas.-estoy segura de que incluso los tomates se ven menos rojos que yo. Me cubro con la manta y observo unas gotas de sangre en el piso. Trágame tierra.
Adam deja el baño y se va corriendo del departamento. Se me olvidó empacar eso al salir. Soy tan tonta.
-¡Aurora! ¡Ya llegué!-Adam entra empapado al baño trayendo consigo una bolsa negra y capuchinos en la otra junto a unas galletas que no consigo ver de qué sabor es.
-Toma un baño calentito y te dejaré la ropa encima ok? Si necesitas algo me llamas, te prepararé un café y traje unas galletas para que comas, prepararé el desayuno y también-Se queda en silencio. Ha perdido el aire de tanto hablar.-Compré unas pastillas para el dolor, sé que eso les duele un montón así que... tu sabes.-Asiento y me acaricia la cabeza. No pensé que él sería ésta clase de persona. Parece algo tan irreal.-te congelas, métete a la bañera.

Me levanto y Adam sale del baño cerrando la puerta. Esto es increíble.
-Esto es realmente increíble.

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El desayuno consta de un jugo de naranja, pan tostado con mantequilla y queso derretido, unos huevos fritos y unas salchichas. Debo decir que todo está exquisito. Adam se retiró del departamento diciendo que tenía un “Asunto urgente que atender”. Por primera vez soy consciente del silencio que abunda en el lugar.

La lluvia no ha cesado.
Y promete traer consigo más que una tormenta.


"Aurora: ¿Quién me-"Where stories live. Discover now