Cuando entró en él ambos suspiraron. Yuuri colocó ambas manos a los costados de la cabeza del rubio, y éste puso las suyas sobre la espalda de su asistente. Yuuri no esperó mucho tiempo, y comenzó a salir y a entrar en él con fuerza. Su ritmo no empezó siendo lento sino rápido y salvaje, y Yuri pudo sentir su miembro excitado quedar encerrado entre su cuerpo y el de su asistente. Tenía que estar soñando.
—Más..., más rápido —pidió. Yuuri no dudó ni un segundo en acatar sus órdenes. Ambos producían toda clase de gemidos y gruñidos que resonaban en la habitación, y el cuerpo de Yuri rebotaba gracias a las embestidas. Sus dedos comenzaron a enterrarse en la espalda de su asistente, y sus uñas empezaron a deslizarse a lo largo de su piel, pero no lo suficientemente profundo como para arañarlo.
—Mierda, Yuri —su asistente murmuró en su oído con voz tosca—, estás tan apretado —Yuri comenzó a producir sonidos inentendibles, y Yuuri simplemente aumentó el ritmo—. Dime cuánto te gusta que te esté embistiendo. Dime, Yuri. Dime cuánto habías estado esperando que te hiciera lo que te estoy haciendo —pero el rubio no pudo responder. Estaba perdido en las sensaciones. Yuuri elevó su rostro lo suficiente para quedar cara a cara con Yuri—. Mírame cuando te corras. Mírame ahora —el rubio enfocó sus iris verdes en los cafés de Yuuri, sintiéndose a sí mismo llegar poco a poco al límite. El mayor se enderezó lo suficiente como para tomar una de las piernas de Yuri y colocarla sobre su hombro derecho, siguiendo empujando dentro de él con fiereza, suspirando, mirando intensamente en los ojos de Yuri mientras lo embestía más profundo que antes. El rubio tenía sus ojos entrecerrados, encajando sus uñas en la piel de Yuuri.
—J...joder —dijo entre gemidos, sus caderas moviéndose al ritmo de las embestidas de su asistente. La cama comenzó a rechinar, y fue entonces cuando el mayor colocó la otra pierna del rubio sobre su hombro disponible. Yuri gritó con fuerza cuando sintió a su asistente adentrarse aún más en él. Su cuerpo entero estaba temblando, y sus uñas comenzaron a arañar la espalda de su asistente, quien gruñó al sentirlas en su piel. Las respiraciones agitadas de ambos se combinaban en el aire, y sus latidos acelerados resonaban en sincronía dentro de ellos—. Yuuri —gimoteó, un hilo de saliva bajando por la comisura de su labio izquierdo hasta su barbilla. Su asistente se inclinó hacia adelante logrando alcanzar los labios del rubio y besándolo con fiereza y necesidad, sus cuerpos brillando bajo la luz gracias al sudor. Yuuri adentró su lengua en el rubio, cuya respuesta fue inmediata, encontrando con su propia lengua la de su asistente y besándolo de manera profunda y apasionada.
Después de varios minutos su segundo orgasmo llegó, y arqueó su espalda hasta que su pecho estuviera completamente pegado al de Yuuri, quien seguía entrando y saliendo de él aún más rápido que antes. Yuri había manchado los abdomen de los dos, sufriendo espasmos que provocaban que su cuerpo se retorciera por el placer. Su cuerpo siguió rebotando gracias a las desesperadas embestidas del mayor; éste salió y entró en él un par de veces más y fue entonces cuando Yuri sintió algo que jamás había sentido antes. Una calidez y humedad lo llenaron por dentro, y Yuuri recargó su frente en la del rubio sin cerrar sus ojos, sufriendo los tremores que su orgasmo traía consigo, su caliente respiración estrellándose contra el rostro de Yuri. Éste sonrió. Sonrió de manera suave y algo agotada, sintiéndose como la persona más afortunada en haber pisado la Tierra.
Envolvió a Yuuri en un abrazo con éste aún dentro de él, y por unos momentos tuvo ganas de llorar, pero creyó que se vería demasiado patético, así que descartó la idea. El simple hecho de tener a Yuuri sobre él, dentro de él, era un sueño hecho realidad. Estaba feliz. Yuuri buscó los labios del rubio y ambos compartieron un beso flojo pero cargado con sentimiento.
—Soy tuyo —Yuri murmuró, sonrojándose. El asistente sonrió ampliamente mostrando su bella dentadura.
—Todo mío, Yuri.
///
—Lo siento mucho, Viktor. Yuuri salió hace una hora y media y no ha regresado —la secretaria de Yuuri dijo, disculpándose con el peli—plateado quien lo miró un tanto decepcionado.
—¿Sabes si tardará mucho en regresar? —la mujer se encogió de hombros, negando con su cabeza—. En verdad tengo que hablar con él. ¿Podría esperar en su oficina, Yuuko?
—¡Oh, por supuesto Viktor! —Yuuko exclamó, sonriendo—. En cuanto llegue le avisaré que estás aquí.
—Gracias —el peli—plateado dijo forzando una sonrisa en su rostro. Caminó con pasos marcados hacia la oficina de Yuuri, sintiéndose miserable. Las ojeras descansaban bajo sus ojos y se sentía emocionalmente mal. Yuuri había cortado comunicaciones con él, y lo extrañaba tanto. El asistente se había vuelto como una clase de necesidad, algo que necesitaba para vivir. Y que de un segundo a otro Yuuri decidiera ignorar sus llamadas, mensajes y sus visitas era algo simplemente que lo afectaba inmensamente. Entró en la oficina de Yuuri y confirmó que estaba vacía. Suspiró en su soledad. Recordó la causa por la que Yuuri se había molestado con él, y sus manos se transformaron en puños. Todo por incomodar al estúpido rubio.
¿Cómo hubiera querido Yuuri que reaccionara? Viktor tenía que defender lo que era suyo, no podía simplemente quedarse callado cuando sabía que aquel paciente estaba perdidamente enamorado de Yuuri, su pareja. No era algo oficial, pero Viktor quería pensarlo así.
Caminó por la oficina de un lado a otro, observando las pinturas colgadas en las paredes, los libros acomodados alfabéticamente en las estanterías, las decoraciones que le daban un estilo cálido y hogareño a la oficina. Yuuri inspiraba eso en las personas. Se dirigió hacia la silla detrás del escritorio con un libro de psicología en la mano, y abrió el mismo al tomar asiento, meciéndose en la silla mientras leía de forma desorganizada las letras plasmadas en las hojas. Recordaba ese libro. Era obligatorio leerlo cuando estudiabas para volverte asistente, y Viktor recordó su tiempo en la escuela. Fueron bellos momentos. Permaneció leyendo el libro por varios minutos, distraído por el hecho de querer saber dónde era que estaba Yuuri. Después de un tiempo se dio por vencido y cerró el libro, dejándolo sobre el escritorio del asistente. Tenía que haber una forma con la cual podía entretenerse mientras esperaba a Yuuri, y entonces se acercó más al escritorio, tomando entre sus manos el portátil del asistente y desbloqueándolo. Debía de haber un juego que pudiera divertirlo.
Sin embargo, cuando la pantalla se desbloqueó, Viktor vio algo sumamente interesante. Al parecer la última persona que Yuuri había atendido antes de irse había alcanzado todas las zonas rojas. Se sintió interesado por aquella persona, y buscó el nombre en la parte superior derecha de la pantalla.
Su boca se abrió en una silenciosa 'o' al leer el nombre.
Era Yuri Plisetsky.
Holy cow, ese fue uno de los lemmon más largos que he escrito, y lo revisé como CIENTOS de veces, y espero haya sido suficiente, grandioso y suculento(? . Gracias por leer.
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Lust [YuuYu]
Fanfiction[Yuri Plisetsky está en peligro. Todos sus índices están en rojo a excepción de uno; ha practicado la gula, ha sido víctima de la pereza, ha cedido a la ira, ha mostrado envidia, ha usado la avaricia a su favor y ha puesto en práctica el orgullo. La...
[내 피 땀 눈물]
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