shit is gonna happen x2.
Todo pasó tan rápido que para Yuuri fue inevitable no tropezarse gracias a la espontaneidad del movimiento que Yuri realizó en él, pero no le pudo importar menos. Sintió la lengua del rubio adentrarse en su interior, y Yuuri gruñó, provocando que sus bocas unidas vibraran. Las manos del asistente se colocaron en las caderas de Yuri, trazando sus curvas como si de una obra de arte se tratara. Yuri estaba desesperado. Lo besaba con tanto salvajismo y con tanta urgencia que el asistente se encontró a sí mismo encerrado entre la puerta del departamento del rubio y su cuerpo sin nada que hacer más que responder las atenciones de Yuri sin inhibición alguna. Las manos de Yuri buscaban de manera hambrienta hacer algún contacto con la piel del mayor, pero el saco negro y su camisa le estaban privando de su objetivo. Se quejó en voz alta, y en vez de eso buscó el bulto entre las piernas de su asistente, masajeando la zona con brusquedad y desabotonando su pantalón casi de forma automática. Yuuri suspiró al sentir la mano de Yuri buscando su miembro con tanto anhelo, pero se decidió por tomar el control de la situación, y en un movimiento fluido logró cambiar los papeles, teniendo al rubio a su merced estampado contra la puerta. Su boca estaba semi abierta y un sonrojo color durazno cubría sus mejillas y parte de su cuello. Era una vista tan fantástica que Yuuri gruñó en lo bajo, tomando las piernas de Yuri y subiéndolas hasta que las mismas quedaran alrededor de su cintura. Cuando gracias a la posición sus miembros pudieron frotarse el uno contra el otro, los dos suspiraron de manera sonora y temblorosa.
—Por favor —Yuri suplicó, inclinándose hacia adelante para poder alcanzar los labios de su asistente. Yuuri hizo su cabeza hacia atrás para que el rubio no lo alcanzara, y éste siguió insistiendo—, por favor, por favor... —el asistente sonrío con picardía ante las súplicas del rubio y colocó sus manos en los glúteos de Yuri, masajeándolos con delicadeza, estudiando su forma y textura. El rubio cerró sus ojos y recargó su cabeza en la puerta, temblando por la impaciencia y el placer. Yuuri adentró su mano en la camisa de Yuri, sintiendo bajo su palma la suave piel. Suspiró mientras exploraba el torso del rubio, delineando cada parte de la tez nívea con suma delicadeza. Estaba determinado a tomarse su tiempo y descubrir por su cuenta todo lo que Yuri tenía para ofrecerle—. Por favor..., d...duele —murmuró, refiriéndose a su miembro excitado siendo retenido por sus pantalones.
—Shh, en un segundo, Yuri. Quiero explorarte completo —murmuró con la voz oscurecida por la lujuria. Sabía que sus ojos estaban seguramente igual de oscurecidos. Yuri soltó un quejido de protesta, y el asistente sonrió aún más amplio, continuando con su exploración—. Creo que es mejor que vayamos a la cama.
—Yuuri... —gimoteó, sus manos rodeando el cuello del asistente y acercando sus labios una vez más a los suyos. Yuuri, ésta vez, permitió que el rubio lo besara, y lo besó con la misma desesperación que había mostrado desde un principio. De igual forma dejó que los dientes del rubio encerraran con fuerza su labio inferior y dejó que Yuri hiciera lo que quisiera con sus labios. Sintió cómo el rubio comenzaba a frotarse contra su miembro excitado, y Yuuri cerró sus ojos tratando de rescatar todo el autocontrol que quedaba dentro de él para evitar hacer suyo a Yuri en ese mismo instante.
—Vamos a tu cama, Yuri —le susurró en el oído, y el rubio se estremeció. Soltó un gemido ahogado que resonó en las cuatro paredes de la habitación en donde estaban, y Yuri no pudo pensar con claridad. Todo le daba vueltas. Todos sus sentidos estaban alterados por la lujuria que estaba presente en su cuerpo, y estaba seguro que su corazón no latía así de rápido cada vez que tenía sexo con Jean. Esto era diferente. Era exquisitamente diferente. Finalmente Yuuri le pertenecía. Aunque tal vez sólo fuera por esa noche, pero le pertenecía. Era un hecho tan abrumador que no pudo evitar suspirar al sentir las manos de su asistente seguir tocando la piel en su abdomen con tanta lentitud que causaba impaciencia en Yuri. Eventualmente reaccionó, y aún embriagado por la esencia que emanaba del asistente, un olor a lluvia y a loción, pudo quitar sus piernas de las caderas de Yuuri y comenzó a caminar con las rodillas temblorosas hacia su habitación con su asistente de la mano. No lo podía creer. Parecía todo tan irreal que quiso llorar de la emoción, pero simplemente se limitó a seguir caminando, su rostro cubierto por un sonrojo.
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Lust [YuuYu]
Fanfiction[Yuri Plisetsky está en peligro. Todos sus índices están en rojo a excepción de uno; ha practicado la gula, ha sido víctima de la pereza, ha cedido a la ira, ha mostrado envidia, ha usado la avaricia a su favor y ha puesto en práctica el orgullo. La...
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