4. Aquí

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     Wendy llevaba una semana desaparecida.

     Fairy Tail no había dejado de buscarla: una de sus miembros más jóvenes, perdida, sola, en cualquier parte del bosque de Magnolia. Buscaron por todos lados: los ríos, los árboles, los prados, incluso dieron una vuelta por la ciudad.

     Inútil porque, luego de dos meses, no había servido de nada. No había rastro de la pequeña niña de cabello azul.






     Pero... ella no dejaba de llamarlos a gritos.

     —¡Estoy aquí! —Su garganta ya estaba desgarrada por tratar de llamar la atención de Lucy, quien no dejaba de buscar frente de ella bajo las raíces de un gran roble.

     Vio a sus espaldas a Gray, quien miraba las copas de los árboles y ayudaba mientras tanto a Erza a decir los lugares donde ya habían revisado.

     —¡Gray-san! ¡Aquí estoy! —llamó una vez más, sin resultado: el chico se dio la media vuelta y se fue más lejos.


     Así fueron todos los días.

     —¡Aquí estoy! ¡Mírenme!

    Aquí.


    Aquí.


    —¡Estoy perdida! —gritó en medio de un llanto una de las frías noches.


     Seis meses después, dejaron de buscar: Wendy estaba muerta.


     Al principio les fue difícil pero con el paso del tiempo todos siguieron con su vida sin saber que, la niña que tanto querían, estaba tan cerca y tan lejos de ellos.


     Sufría.

     ¿Por qué nadie podía verla?

     ¿Por qué sus amigos no la buscaban?

     ¿Por qué la habían olvidado?

     ¿Por qué a nadie le importaba?


     Cuando los primeros copos de nieve del invierno comenzaron a caer en el bosque, se dio por vencida. Guardó en su lejana memoria los recuerdos más hermosos de su antiguo hogar y, partiéndose su corazón en dos, dirigió una última mirada a la torre del gremio que se veía a la distancia.

     Y cuando volvió la vista a donde se encontraba, el fondo del bosque reclamó su presencia.

     Se dejó llevar y decidió perderse, esta vez sí, en el misterio de su nueva aventura: por más que le doliera, no se quedaría toda la vida perdida en la espera de una búsqueda que ya había acabado.

     Caminó hacia lo desconocido esperando que, quizá, así encontraría un futuro mejor.











...

     Despertó temblando en su cálida y suave cama, con la luz de la tenue vela en su mesita tambaleándose por el frío de la noche. Perpleja miró a su derecha, donde Charles dormía plácidamente acurrucada en las cobijas.

     Suspiró poco a poco, sintiendo un alivio que no le entraba en el pecho.





     Lo que ella no sabía es que aquella no había sido una pesadilla... y que, en realidad, no volvería a despertar.


Fin

ONE SHOT'S ▬ Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora