Blood's Heart Capítulo 3

24 2 0
                                    

Las horas transcurrieron, no me permití pensar en nada más que sus palabras, incluso ni siquiera las analicé, solo las recordaba. Me aferré a la mesilla y clavé mis ojos en el reloj del salón. Esperando por el timbrazo final. Inconscientemente mis pies se movían nerviosos y ansiosos, como siguiendo el ritmo de una canción de rock. Un movimiento incesante, intenso y pegajoso. Escuché el timbre que marcaba el fín del primer día de clases. Pero esto a su vez, daba inicio a una nueva vida... Bueno, si a eso que estaba por venir se le podría llamar vida.

BLOOD'S HEART

Me sentí tan miserable por decirle eso. Bajé la mirada, mientras sentía aún sus ojos sobre mi. Ella era tan asfixiante, o eso provocaba ahora.
Mi expresión era parecida a la de un niño que estaba a punto de ser regañado por su madre. Mis puños apretados, y esa agonía por saber qué diría. De hecho prefería que se quedara así, callada, y simplemente se fuera. Pero ella abrió su maldita y hermosa boca, habló.

-Vamos a un lugar más cómodo.

Sugirió. Yo estaba tan preocupado en el qué pasará, que no disfruté el camino junto a ella, ya en un santiamén estábamos sentados en la cafetería. Uno frente al otro, con utensilios a nuestro favor, como si fuéramos a comer. Ella rompió el silencio una vez más.

- Así que, ¿Matarías... Por alguien como yo? - Su voz suave y juguetona era un sueño para cualquier fetichista. Incluso rió. Luego, en cuestión de segundos, su gesto angelical se corrompió por completo, convirtiéndose en la mirada de un cazador. Se apoyó de palmas en la mesa, subió una rodilla y luego la otra, acercándose como un gato a punto de atrapar a una indefensa rata, habló como si de un secreto de niños se tratase. - Seamos un poco más... Directos ¿te parece?- Pero para nada era un secreto de niños. -Imbert, ¿Tu, matarías por mí?.

Su rostro estaba frente a mi, y una inexplicable expresión de locura me acongojaba. Respiraba fuerte y lo botaba con la boca, justo en mi cara.
Soy un sucio por excitarme con eso. Ahora que lo pienso ella parecía estarlo.

Mis ojos se abrieron como nunca. En ese momento yo no tenía voz, ni mucho menos una respuesta.
¿Acaso ella jugaba conmigo? Creí que lo que esa chica decía, era por seguirme el juego, solo un método de seducción en el que usas las palabras de tu víctima en su contra. Pero me equivocaba, y no sabía que tan en serio hablaba.

Temí porque nos vieran, como cualquier tonto. Pero ella no, ni un poco, y si alguien lo hizo jamás me enteré. Su maldita hipnosis me lo impedía.

Tras unos segundos de un silencio, incómodo para mi, disfrutable para ella, volvió a hablar. -¿Podrías responder, miedoso? - Mi cuerpo seguía paralizado, como envenenado- Vamos, necesito tu respuesta. - Me incitó con su tono tan... Provocador. A lo cual no pude negarme. Y mi petrificado cuerpo tampoco. Mis labios hicieron el gesto de querer hablar, un sonido sin significado salió de ellos, ella sonrió complacida.

Pero no pude hablar, tenía miedo. ¿Matar? No lo sentía para nada una pregunta tonta. Y me arrepentía, no del hecho de haber provocado esta situación con mis tontos intentos de conquista. Me arrepentía de no seguirle, de quedarme callado.
Y como no hice, ni dije nada, hizo un gesto de aburrimiento. Dejó de verme por un instante, y suspiró decepcionada. Bajó de la mesa y se sentó como si lo anterior nunca hubiese pasado, tomó un tenedor entre sus blancos y largos dedos. Jugaba con él como una niña perezosa. Mi falta de respuesta la aburría, o quizás peor.

-Así que... Lo preguntaré de nuevo.

Luego de unos segundos soltó el utensilio y volvió a mirarme. Esta vez, fue severa, al igual que su rostro.

Volví a estar moribundo.

-¿Matarías por mí?

Comprendí que ella quería una respuesta. Pero... ¿De verdad jugaba?
Al ver su reacción a mi silencio, no me quedaba más que hablar.

-¿Qué quieres decir con eso? ¿Tengo que matar a alguién?

Pregunté como idiota.

Me observó con seriedad. Pero de un momento a otro comenzó a reír. Ese ataque de risa me sorprendió. ¿Bipolaridad? La verdad no lo sabría.

Luego del susto por aquel cambio de actitud, reí con ella, nervioso claro, cosa que generó miradas.
Reí para seguirla. Luego dejó de hacerlo, y la imité tontamente.

- Es una broma, solo una forma de romper el hielo.

Mentía, ahora lo sé.

Luego recordé una de las palabras que dijo al principio. Y un poco confundido pregunté.

- Hace rato dijiste que yo era "alguien". No lo entiendo, todos somos alguien... - Me interrumpió.

- Debo reconocer... Que me equivoqué. Tu no tienes nada especial. Y en resumen, Imbert- La hermosa chica se levantó, cruzó ambos brazos y me miró, esta vez percibí desprecio en su mirada. Una calamidad total.

- Odio a las personas como tu.

Blood's HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora