Megan Martínez, 16 años. Lleva viviendo toda su vida en España, su padre es Español aunque su madre es Inglesa.
Según ella su vida en España es muy normal, le encantaría vivir todas esas aventuras de sus novelas favoritas.
Todo cambiará cuando le d...
- ¡Me cago en el puto despertador de mierda!- Al decir aquello me doy cuenta de que he alzado demasiado la voz y de que tengo demasiados vecinos por todos los lados. Cuando miro la hora maldigo a todo ser vivo, he quedado en cinco minutos con Eve.
Me levanto y me visto en tiempo récord. Me pongo una camiseta con un 78, unos shorts rasgados y miis converse negras.
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Cojo la mochila y me dirijo a la oficina del director.
TOC TOC.
-Pase, pase- Se oye del otro lado de la puerta.
-Hola le traigo aquí el sobre que me dió ayer.- Le digo fatigada por haber bajado 3 pisos de escaleras en 15 segundos.
-Vale, muchas gracias, ya puede ir a su clase.-
-De nada, Adios- Y salgo pitando hacia el hall, en el camino choco con un chico.
-Perdón!- Le digo pero sin mirarle a la cara ya que ya estoy otra vez corriendo.Al llegar donde Eve me espera veo que está junto con dos chicas. Una es rubia, alta y delgada, y la otra es morena, un poco más baja que la rubia y delgada también.
-Buenos días Meg, estas son Maya- Dice señalando a la morena.- Y Lisa.- Dice señalando a la rubia.
-Hola chicas, encantada de conoceros.- Digo sonriendo.
Nos quedamos unos 10 minutos hablando con las chicas. Maya y Lisa me caen muy bien. Son muy majas y agradables.
-Venga chicas, vamos a clase que tenemos música y ya sabéis cómo es el profesor.- Dice Eve.
Y las cuatro nos dirigimos al aula de música. Al entrar, veo que en un costado de la clase está Jayden sentado con otros dos chicos. Jayden al verme me guiña un ojo.
-Tía, tía, tía, Jayden Harrison te acaba de guiñar un ojo.- Susurra/grita Lisa.
-Bah, somos vecinos, pero en dos ocasiones en las que nos hemos cruzado ya he podido comprobar que es un idiota.- Digo restándole la importancia, que, obviamente no tiene.
-Déjala, Jayden es su crush desde que teníamos 13 años.- Dice Maya.
-Es que, ¿¡Tú le has visto?! Su mandíbula perfectamente marcada, cuerpo que parece esculpido a medida por los dioses, y por no hablar de su cu...-
-Señoritas, estamos en clase, si quieren hablar háganlo en el despacho del director.- Dice un viejo bajo y gordo que está sentado en la silla con cara de mal humor.
Murmuramos un perdón y nos vamos sentar al final de la clase.
A mitad de la clase más o menos siento como una pequeña bola de papel me golpea en la frente, levanto la vista pero lo único que veo son un montón de alumnos durmiéndose, otros tantos pintando en sus cuadernos y a un profesor dando una aburrida clase del canto gregoriano.
