Perdidos-9 años

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odos miraron a Lodo. Ella se puso nerviosa, comenzó a jugar con el lápiz que tenía en las manos y se mordió el labio. No tenía la menor idea.

Volví a mirar a Jorge, con la esperanza de que le dijera la respuesta a Lodo. Mas no lo hizo, se quedó mirando a mi prima al igual que Kate, con una sonrisa burlona.

Lo estaba haciendo otra vez, se creía mejor que el resto sólo por ser más listo. Me pregunté qué pensaría Katherine si descubriera que Jorge era el hijo de mi niñera y no el de un gran empresario que vivía en Londres, como todos creían.

Pudo haberme ayudado hace un momento, pero eso no afectaba en nada a la idea que me formaba sobre él si después se burlaba de mi prima.

-No lo sé, maestra -respondió Lodo. Suspiré decepcionada y fulminé con la mirada a Jorge. Ya se las vería conmigo.

- ¿Alguien lo sabe? -preguntó de forma general la maestra.

-William Shakespeare -gritó Katherine. Seguro que Jorge le había dicho la respuesta, ella era tan tonta como la estúpida mochila de Barbie que tenía detrás de su silla.

La maestra la felicitó y le dio una estrella a su mesa. Cuando finalizaba el mes, había reunión de apoderados, se sentaban en el puesto de sus hijos y veían cuantas estrellas tenían pegadas a la mesa, era una estrategia para informarles como nos iba en nuestro desempeño académico. Lodo tenía cinco, Mercedes siete, Alba seis y yo una, que ni siquiera recordaba como la había ganado.

-Mercedes es una tonta, sólo quiere llamar la atención de Jorge -dijo Mechi en el recreo. Estábamos sentadas sobre el césped de la Academia Westfield, era un castillo grande que antiguamente fue utilizado como centro de fiestas y reuniones importantes dentro de la alta sociedad. Con los años se le perdió el uso y alguien lo compró para poner una escuela exclusiva para los niños de los grandes empresarios de Buenos Aires. Yo hubiese preferido ir a una escuela pública, por lo que me contaba Olga, allí los niños eran tan burros como el animal, y eso a mí me venía a la perfección, no soportaba el nivel de exigencia de esta escuela. A los nueve años enseñándonos versos de Shakespeare cuando podríamos leer C.S. Lewis.

Que a Katherine Williams le gustaba Jorge no era un secreto, el año pasado en su primer día de clases, Kate fue la primera en hablarle y le sugirió a la profesora que Jorge se podía sentar con ella. No me molestó del todo esa decisión, yo tuve que estar sentada con Jorge antes del cambio de puesto, así que de manera anónima se lo agradecía.

-Y lo está logrando de la forma en que lo llama en medio de un examen -dijo Alba. Todas reímos, pero no nos dimos cuenta de que Kate pasaba por nuestro lado y nos había escuchado. Corrió tan rápido que en menos de unos segundos ya estaba fuera del alcance de nuestra vista.

-Nos metimos en serios problemas -dije.

- ¿Por qué? Se lo tenía merecido -me dijo Mechi. Yo negué con la cabeza, ellas no comprendían. Kate iría donde la maestra y le contaría lo que escuchó, se haría la víctima y a nosotras nos castigarían.

-Me iré a disculpar antes de que esto empeore -les dije, poniéndome de pie.

Ellas se quedaron con la boca abierta e intentaron persuadirme aún sin entender por qué lo hacía. Fui por el mismo camino de Kate y la busqué. No estaba en los baños, ni en los pasillos, ni en la banca en la que siempre se sentaba con sus amigas, ni en ningún lado.

- ¿A quién buscas, Tini Descerebrada? -me preguntó Xabiani, uno de los amigos de Kate. Era un chico alto para su edad, de cabello negro al igual que el mío y de rostro amable. El problema estaba en que al lado de Kate y parecía su guardaespaldas.

¨Marry Me¨CANCELADAWhere stories live. Discover now