18: Día.

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¿Ven en las películas de acción o fantasía donde la protagonista pasa de ser una inocente, débil niña y luego en un flash de alrededor de cinco minutos –si no es menos- se hace increíblemente fuerte y vence a todos sus adversarios como una guerrera?

Ésa no soy yo.

Rou prefirió descansar durante la noche y yo como que se lo agradecí, una vez ella me explicó que mi cuerpo era un poco debilucho y si realmente íbamos a entrenar para una batalla, necesitaría descansar.

Papá me levantó avisando que el desayuno estaba listo, bajé con la misma ropa con la que me vine pero atando mi cabello en un moño lo mejor que pude. Al llegar a la cocina –increíblemente sin perderme- estaba papá, Regan y otro... ¿Hombre?

-¿Buen día?- pregunté a modo de saludo general. Regan ni siquiera levantó la mirada, papá me hizo un gesto para sentarme a su derecha, al otro extremo de donde estaba Regan, quedando yo así en frente al sujeto no identificado.

-Tia, él es... Ben. ¿Ben? Ella es mi hija Tia.- presentó papá a ambos. Ben era un tipo fornido y exhibicionista. Estaba sin remera. ¿Qué clase de padre tengo que me hace desayunar con un hombre así? Porque, es un hombre, ¿no?

-Tranquilo Azael, sé cuál es mi lugar, por ahora.- dijo el hombre con una voz profunda, el color de sus ojos cambio o eso me pareció.

-Okaay. ¿Con qué empezaré? ¿Trote? ¿Abdominales?- indagué. Los hombres me miraron sonriendo lobunamente.

-Algo por el estilo.- respondió Ben, papá lo miró con gracia y Regan dio paso a una ceñuda frente.

-¿Puedo preguntar por qué está sin remera estando fresco el ambiente?- pregunté ya no aguantando mantener la duda dentro de mí. Éste se carcajeo. Últimamente hago reír a muchos sin que me salga forzado.

-Puedes.- dijo cuándo se recompuso. No volví a preguntar y se dio por entendido. –Oh. La costumbre.- respondió al igual que papá, éste se rio también pero no tan fuerte y yo me pregunté si Ben sería un caído también.

-Tia, desayuna un poco, no demasiado porque no quiero que lo vomites.- dijo papá limpiando algunas lágrimas que se le derramaban. Yo entrecerré mis ojos hacia él y luego hacia los otros. ¿Pero qué carajos iban a hacerme éstos?

Decidí no exagerar y sólo tomé un vaso de jugo de naranja y una manzana. Todos me habían dejado sola y luego de encontrar el basurero y tirar lo que quedaba de la manzana me dirigí al exterior.

Regan se encontraba sentado en las escaleras del porche, a los otros dos no los vi.

-Vamos.- dijo y se paró, encaminándose del lado derecho de la casa.

-¿Qué haremos?-

-¿Haremos?- preguntó en tono burlón. –Contigo entrenaré cuando alcances mi nivel.- dijo volteando un segundo a mirarme.

-Ja. Y ¿cuál nivel es ese?- pregunte sin ganas de quedarme mal parada, mientras lo seguía a un patio trasero.

-Ve a sentarte allí.- dijo omitiendo mi pregunta y señalándome un fardo de heno cuadrado.

-¿Por qué?- pregunté cruzándome de brazos.

-Tia, por favor.- respondió él apretándose el puente de la nariz con su pulgar e índice derecho.

-Ya.- dije. Me dirigí a donde apunto y me senté.

Regan se fue y me dejo sola, sentada como boba.

< ¿Qué se supone que haremos? Sentarnos hasta que duela el trasero espero que no.> dijo Rou en mi cabeza.

<Más les vale que no>.

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⏰ Last updated: May 09, 2017 ⏰

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RouWhere stories live. Discover now