11: Noche.

6 2 0
                                    

-¿El diario de Marina?- pregunté sorprendida. -¿Qué hacía esto en la biblioteca de mi padre?-

-Bueno, es su hermano, ¿no?- respondió burlón.

-No sé si leerlo, a penas y puedo con todo lo que sé hasta ahora.-

-Pero tal vez se te aclaren las preguntas que de seg...- Ron fue interrumpido por los golpes en la puerta, ambos desviamos la mirada hacia allí. -¿Quién puede ser?- preguntó él frustrado.

Ambos habíamos sentido la presencia de un demonio, y sólo podía ser uno.

-Rick.- lo saludé un tanto cansada, abriendo la puerta y dejando espacio para que pasara.

-Rou.- dijo él, dejando un beso en mi mejilla izquierda. –Tú.- dijo en un tono despectivo dirigiéndose a Ron.

-No se atrevan a pelear.- les advertí mientras cerraba la puerta. -¿Qué quieres Rick? Estamos ocupados. – dije, poniendo el diario detrás de mí.

-Me dijeron que habías ido a tu... casa.- habló. Me pareció extraño que le hayan '' dicho'' que había ido allí, ¿por qué se lo dirían? Rick me visitaba más de lo normal, tratando de saber de mí. No es que me estuviera volviendo paranoica, pero entre demonios, nunca se sabe y menos con la advertencia de Azael.

-Sí, fui.- respondí, lancé una mirada de advertencia a Ron para que tuviese cuidado, algo de Rick ya no me hacía sentir segura. Kira apareció en la escena y se detuvo en seco cuando se percató del último.

< ¿Rou?> me preguntó ella.

<Es un amigo> le respondí. Ella lo rodeó y se puso delante de mí, pero en vez de ponerse en modo de ataque –como parecía que lo haría- se sentó mirando fijamente a Rick. Ron y yo lo entendimos, ella también sentía algo raro viniendo del tercero.

-¿Necesitas algo?- preguntó Ron en un tono aburrido, echándose en una de las sillas de la mesa del comedor.

-Sólo con Rou.- tajó él, mirándome. -¿Podemos hablar? A solas.- pidió.

Le hice una seña con la cabeza a Ron para que me siguiera a la habitación y cuando pasé cerca de Rick oculté lo mejor posible el diario, Kira ayudó en ello.

-Veré qué quiere, ustedes dos quédense aquí y traten de no matarse.- les advertí mirando a uno y luego al otro, le entregué el diario a la loba, la cual lo tomó con su hocico y lo llevo hasta la cama en la cual se acostó encima del diario.

Fui al comedor donde Rick me estaba esperando, apoyado contra la pared en una posición que antes me hubiese parecido excitante, ahora, preocupante.

-¿Qué sucede?- le pregunté, manteniéndome a una distancia prudente.

-¿Qué crees que estás haciendo? – preguntó él.

-Pues preguntándote qué sucede.- insistí.

-Ya sé que Azael quiere ver a Tia.- dijo tan natural que no pude evitar la sorpresa en mi expresión. –Sí Rou, sé de Azael.- respondió a una pregunta que no había formulado de boca para afuera.

-¿Cómo? – fue lo único que salió de mí.

-Trabajo con él.-

-¿Por qué no me lo habías contado?- pregunté furiosa.

-No era el momento.-

-¿Y lo dices así? ¿Tan tranquilo?-

<Rou> escuché la voz de Tia en mi mente, asustada.

RouWhere stories live. Discover now