La Rabia de un Lobo

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Mordiendo su labio sostuvo el arma. ¿De veras lo mataría?

Recordó el trato que tenia con Alec. Si hacia bien su trabajo, era posible que lo dejara regresar a Moscu. Extrañaba a su familia.

Camino de nuevo alrededor de la mansión. Cuando encima de una de las fuentes gigantescas un lobo enorme le mostraba los colmillos de forma intimidante.

Anonadado y con un temor palpitando en su cuello, dejo caer el arma.

Levanto las manos en señal de rendición. Con el pié le acerco el arma al enorme animal.

-Hérmes.... Sabia que seguías con vida. ¡Que bien! Genial. Oye, esperó... No allá remordimientos entre nosotros.¡ Jamás toque a tu esposa! Esto fue cosa de Alec y esa despampanante pelirroja. Soy inocente.

Se encogió de hombros. Aparentando tranquilidad, pero lo cierto es que estaba que se meaba en los pantalones. Las rodillas le temblaban.

Nunca había conocido algo semejante a esto. Parecía como de película.

El lobo solo gruñía, acechándolo. Sin despegar de él, su presa, el ojo

-¿H-Hermes?...

Spencer, se arrodilló frente a él.

-Tengo familia. Mi esposa y mis tres hijos. Sé que entiendes que, como hombre y como esposo, harías cualquier cosa por ellos. ¡Lamento esto! Fuiste el único que, fue mi amigo dentro de ese infierno. Conté tu secreto, pero termine siendo un loco a ojos de los demás. ¡No me mates!

Comenzó a sollozar. El lobo, relajo su postura. Para después de darle una ultima mirada, alejarse corriendo de allí. Spencer, al verse perdonado. Solo pudo ponerse a llorar por no saber si volvería a ver a su mujer y a sus hijos.

Esta era una nueva oportunidad.

.......

Cicerón, con parsimonia camino dentro de la casa. De par en par abrió las puertas de la biblioteca. Justo frente a la chimenea, Amará y Alec esperaban pacientes su llegada.

Amará fue la primera en recibirlo.
Burlona.

-¡Είστε ευπρόσδεκτοι!

Cicerón, tranquilo se cruzó de brazos junto a la puerta.

-Jamás creí ver en la casa de mi padre, a semejante traidores a la manada. ¡Me sorprende de ti Alec! Tan leal que pregonabas ser.

-Bueno, el dinero cambia a las personas, Cicerón. ¡Por cierto! Que mujer mas espléndida ha caído en tus manos! Exquisita.

Eso le provocó una burbujeante irá. Más mantuvo el templé. Sereno.

Sonrió.

-Si bueno, es una mujer única. Algo que esta lejos de tus asquerosas y repulsivas manos.

-¡Que celoso has resultado! Es tipico viniendo de los Cold. Ser tan prepotente y soberbio. Sobre todo tu. Siempre has sido un "cara de culo" ¡bastardo!

Alec enfadado dio un paso al frente. Pero Amará le detuvo.

-Calmemos un poco los ánimos. Ya que estas aquí. ¿Por que no hablamos de los términos de tu renuncia? Sera rápido y sencillo. Limpio. Y sobre todo legal claro.

Cicerón, metió las manos a los bolsillos. Sacó una grabadora de sonido. Y prendiéndola la puso sobre el piano.

-Ya que hablaremos de "términos de rendición", empecemos por "tu declaración". Comienza a hablar Amará. Confiesa todos tus crímenes.

La Pequeña Del Alpha © #Lunaroos2020 #BeautyWordsBSEWhere stories live. Discover now