Solía mirarte por horas, porque eras el único, pero nunca te lo dije.
Tus ojos azules brillaban con la Luna y esparcían magia en mi cabeza cada vez que parpadeabas. Éramos jóvenes, creíamos que el tiempo iba a congelarse por siempre.
Todavía recuerdo el beso que quise robarte aquella noche, hace ocho años atrás. El viento de verano soplaba en nuestras espaldas, y por supuesto no me animé a decirte nada. Igual se que lo entendiste todo, no me olvido más de esa mirada.
Hoy ese recuerdo se entremezcla en mi cabeza, vuelve en migajas de fotos capturadas en mi retina, resuena en una canción que escuché volviendo a casa, y aunque se que ya no importa, que ya pasaron ocho vueltas al sol y ambos entrelazamos nuestros dedos en las manos de otras lunas, no quería quedarme sin sonreirte entre estas líneas.
YOU ARE READING
Reflexiones de una mina común
RandomSe centra en las vivencias de una persona recorriendo sus veinte tantos. Contiene poemas que salen desde lo más profundo del ser, noches sin dormir, historias cortas sobre el desamor, reflexiones sobre la vida y el vivir. En fin, "Reflexiones de un...
