Capítulo 6

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- ¡Eres un humano tonto! Jajaja-

¡Es suficiente! Mi paciencia tiene un límite y TaeTae la rebasó.

- TaeTae...-

-¿Qué?-

¡PAAMMM!

Creo sus ideas al fin se acomodaron.

- ¡Auch! ¡Mi cabeza! - se quejó el duende.

Me di media vuelta y salí de allí.

- ¡De todas las criaturas mágicas! ¿Por qué tuve que toparme otra vez con él?- Rezongo mientras camino sin rumbo alguno. Crucé ese frío reino y al salir de el, entré en otro clima terrible. Era una zona desértica, muy calurosa. No habia absulatemente nada, podía ver el horizonte y éste parecía el fin del mundo.

Comienzo a sentir el cansancio, el hambre y la sed, sé que no resistire mucho más, apenas si puedo sentir las piernas.

A lo lejos diviso un oasis paradisíaco e instintivamente corrí hacia el. Al llegar comienzo a beber del agua estancada que está bajo las sombras de las palmeras. Era deciciosa y refrescante. Nunca había tenido esa sensación de satisfacción y alivio en mi vida.

Decidí descansar un poco, recobrar el aliento y las energías. Tenía hambre, mi estomago ruigia tan fuerte, que si hubiera alguien cerca mio creería que es un león. Pasé mas de la mitad de un día sin comer y era mas que obvio, que en ese estado, lo único que pensarias es en comer lo primero que se te cruce. Pero en este desierto no hay nada de nada, solo están las pocas plantas en el oasis y quizá, tal vez, pueda comer alguna.

Una de aquellas plantas llamo mi atención. Era un cactus con una flor preciosa de color magenta. Se veía bastante apetitosa.

- Bien si no queda de otra... Me la comeré - balbuceó intentando convenserme a mi mismo - Si, lo haré -

Corté cuidadosamente la flor, tratando de no lastimarme con las espinas del Cactus y así como la sostuve entre mis manos la lleve a mi boca. Su sabor no estaba mal, de hecho, seria buen acompañamiento en una ensalada.

Ya con el estomago lleno, decidí volver a retomar mi camino.

El sol brillaba intensamente sobre mi, pero por suerte, se me había ocurrido de idea de usar una hoja de palmera como sombrilla.

Pasó el tiempo y podía ver árboles asomándose por el horizonte. Pero en ese preciso momento comienzo a sentirme un poco extraño, mis manos se hinchaban, mis piernas se dormían y los árboles a lo lejos... ¿Tenían caras caricaturescas? Todo se volvía cada vez más extraño, el sol que tenia sobre mi, estaba usando gafas y las lagartijas que pasaban bailaban la cucaracha. No paso mucho tiempo hasta que me di cuenta que deliraba y que ya no podría avanzar más. De repente caigo desplomado al suelo y desde allí puedo ver una silueta que se acerca a mi.

Era un chico de cabello rosa, pequeño y muy bien parecido. Se acercó a mi lado, me dio un poco de agua, esperando que dijera algo pero no podía. Entonces me mira fijamente y dice

- ¿Comiste la flor del cactus? -

Solo pude asentir con la cabeza.

- Necesitas un antido urgente. Te llevaré conmigo, pero no se si puedas resistir el camino hasta mi castillo- me avisa con preocupación - Hay una cabaña desavitada muy cerca de aquí, ¿Podria llevarte? Si es lo que deseas, podría tratarte ahí también, pero deberemos quedarnos un tiempo alli -

No se que hacer, mi mente no esta precisamente en su lugar como para pensar... ¿Pero que debería hacer?

FIN DEL CAPITULO

OPCIONES:
1) Ir con el chico de pelo rosado a su castillo. Leer el capítulo 8.
2) Ir a la cabaña deshabitada con el chico de cabello rosa. Leer el capítulo 9.

<BTS Historias Revueltas> (ATP)Where stories live. Discover now