Capítulo 4

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Realmente no creo que pueda confiar en nadie. Por cualpa de un alegre duendecito terminé sentado en una celda y éste mago no me inspira confianza.

- Lo siento Mago Jungkook, pero yo sé que puedo salir de esta cárcel solo, no necesito tu ayuda y gracias por creer en mi inocencia - le dije al mago tratando de no sonar descortez.

Él me miro un poco pensativo, tratando de adivinar lo que yo tramaba. Pero simplemente dijo

- Como quieras... Pero va a serte difícil salir de aquí -

Y así como apareció en el calabozo se esfumo en una nube de polvo. Mientras tanto comencé a investigar dentro de ese pequeño cuarto con barrotes la manera mas sencilla de salir.

El tiempo pasaba y pasaba, mientras esperaba la oportunidad perfecta de escapar, sucedió. Uno de los guardias, el gnomo mas pequeño que podía haber, abrió mi celda para alcanzar me el almuerzo. Se lo que estarán pensando, no me abalancé a ese chiquitito, solo pase por encima de él, aunque lamentablemente en mi huida lo pisé. Corrí lo más rápido que pude, los guardias eran todos gnomos para mi suerte. Cruce la mazmorra, subí las escaleras, di zancadas por el vestíbulo, esquivando todo guardia que se interponía en mi camino.

Podía divisar la puerta principal del castillo, la cual me daría mi ansiada libertad.

Todo estaba resultando demasiado sencillo, y ese era el problema. Antes de llegar a la puerta veo al general de la guardia real JHorse, quien estaba preparado para atraparme antes de que pudiera sentir el sabor de la libertad.

- ¡NUNCA ME ATRAPARÁS! - Grité con todas mis fuerzas y como por arte de magia tenia entre mis manos esa endemoniada bandeja de plata que me dio TaeTae. Sin dudarlo levanté la bandeja entre mis manos, con la intención macabra de noquear al pobre centauro JHorse pero no fue necesario, al parecer él era un cobarde y al ver mi acción se quedó inmóvil, pegó un chillido y me dejo el paso libre para mi fuga.

- ¡NO LO DEJEN ESCAPAR! - Grito la princesa con una mirada fulminante y JHorse comenzó a galopar a toda prisa detrás de mi.

- Puedo ver el bosque - dije en voz alta - ¡Si, volveré a casa! -

Pero como siempre la desgracia se cruzó por mi huida, haciendo que aparezca bloqueando el camino un oso gigante color negro, con mejillas rojas. Estaba completamente dormido. Rodearlo me tomaría tiempo, tiempo del que no dispongo en este preciso momento y escalarlo seria lo mas acertado y "sencillo".

Puedo escuchar el ruido de las herraduras chocar contra el suelo, están cerca, muy cerca de mi y yo aun no logro subir por el oso.

- ¡SUGAMON atrapalo y tendrás tu recompenza! - Dice el general.

Entonces el oso despierta de su siesta. Está molesto, lo han despertado y por culpa mia. Furioso soltó una grosería y me tomó por mi camiseta, suspendiéndome en el aire. Me sacudió como si fuera una manta sucia, de arriba a abajo, él se estaba divirtiendo con mi sufrimiento. Intenté persuadirlo pero nada funcionaba. Rápidamente JHorse se encuentra en la escena.

- ¡Muy bien Sugamon! - exclama contento - Ahora podrás dormir todo lo que quieras, sin que nadie te moleste -

Sugamon solo lo miro de manera fría. Me entrego a JHorse quien se regozaba de gloria por "haberme capturado".

Otra vez estaba en mi celda, en ese feo calabozo y por si fuera poco esta vez estaba encadenado, ya no podría salir.


FIN

<BTS Historias Revueltas> (ATP)Where stories live. Discover now