DISCONNECTION (Osomatsu-san)

Culpable (1/2)

Miedo, soledad, desprecio, tristeza, odio e impotencia lo golpeaban sin parar, revolviéndose en su interior, intensificándose a cada segundo, provocando que se adentrara cada vez mas en la locura... En la desesperación.

Parecía no tener fin y así se sentía, interminable, un dolor extremo que recorría cada parte de su cuerpo, cada fibra.

"Traición" "Muerte" y "Agonía" aquellas palabras se mostraban en su cabeza, bañadas en sangre escarlata... En la sangre de su hermano mayor.

—¡Maté a Nissan...! — Decía una y otra vez, mientras se ganaba en posición fetal con su frente pegada al piso, dejando salir sus lágrimas en grandes cantidades, sin escuchar a quien gritaba su nombre preocupado.

—¡Jyushimatsu! — Karamatsu intentaba llamarlo sin parar, hacerlo reaccionar y detener sus delirios, pero le era inútil, su hermanito parecía no escuchar su voz, ni sentir la mano que lo mecía con algo de fuerza para llamar su atención.

—¡Llamaré a una enfermera! — Dijo al fin Todomatsu tras recuperarse del shock que le había causado ver a su hermano mayor actuar de una forma tan extraña.

No pasó mucho tiempo para que un médico encargado llegara a presenciar la escena y, apenas vio el estado del quinto Matsuno, de inmediato lo inyectó con sedantes para mantenerlo bajo control.

Solo se necesitaron unos pocos segundos, casi un minuto para que Jyushimatsu se calmara por completo para después quedar inconsciente sobre una de las camillas de la habitación, deteniendo al fin sus eternos alaridos.

—Bien... — Suspiró aliviado el médico, girándose lentamente para ver al resto de sextillizos —Por el momento se encuentra estable... Lo mantendremos en observación para monitorear su progreso... — Aclaró para tranquilizar a los jóvenes que parecían tener el corazón en sus gargantas por la preocupación —Si sucede algo, no duden en llamar a alguien — Les sugirió.

—Muchas gracias, doctor... — Le agradeció Choromatsu haciendo una leve reverencia antes de que aquel docente saliera de la habitación.

—¿Que le sucedió...? — Preguntó al aire Todomatsu, queriendo escuchar alguna respuesta, aunque sabía que no recibiría ninguna, ya que sus hermanos mayores estaban igual de desconcertados que él.

—Jyushimatsu... — Karamatsu lo miraba con algo de culpa, no pudo hacer nada para ayudar a su querido hermanito cuando este lo necesitaba, y eso repercutía en su corazón.

En ese instante, Choromatsu, Ichimatsu y Todomatsu sintieron un fuerte dolor en su pecho, sentían culpa sin saber porque, tristeza e impotencia se mezclaban dentro de ellos, aun cuando no habían fuertes razones para sentir aquello.

—Oye, Kusomatsu... — Lo llamó el cuarto Matsuno, sintiendo de inmediato, apenas dijo aquel nefasto apodo, como su corazón parecía oprimirse con fuerza.

En ese instante lo comprendió, en el momento en que dijo aquel nombre y sintió aquel dolor lo entendió, y al ver como la imagen del azulado frente a sus ojos cambiaba como si de un canal de televisión se tratase, de su normal semblante a un rostro lleno de tristeza y cubierto de lágrimas, la respuesta llegó sola a su cabeza.