Miedosa e irreal soledad

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"Kusomatsu..." Haciendo eco se expandió por su cabeza, lastimando su frágil y joven corazón.

"Te odió..." Su pecho comenzó a quemar, a doler, como si un puño lo hubiese golpeado con todas sus fuerzas.

"Eres vergonzoso, alejate..." una brisa invernal recorrió cada centímetro de su cuerpo, haciéndolo caer de rodillas.

"Mis costillas se rompen cuando eres así, duele..." Sin saber por que era devorado por un sentimiento de culpa, su sola presencia ocasionaba daños a sus seres queridos.

"Molesto..." "Basura..." "Idiota..." Palabras despectivas, crueles y frías se repetían sin cesar, obligándolo a tapar con fuerza sus oídos, pero aun así, como si siempre hubiesen estado dentro de su cabeza, resonaban en un coro enloquecedor.

Comenzaba a perder la cordura, aquellas palabras no se detenían ni al verlo llorar, lo apuñalaban sin piedad, destruyendo sus mas puros sentimientos.

-Detenganse... Por favor...- Pidió con su voz entrecortada, pero como si se estuviesen burlando, aumentaron aquel sonido adhiriendo pequeñas y juguetonas risas infantiles -No mas... Please...- Se retorcía de manera violenta, jalando sus cabellos, golpeando su cabeza con sus manos, queriendo quedar inconsciente para que aquel sonido desapareciera de una vez, pero por mas que lo intentase, solo lograba profundizar el dolor físico.

Su llanto se transformo en gritos, sus gritos en suplicas, sus suplicas en palabras vacías que no eran tomadas en cuenta.

Sintió un ligero toque en su hombro, y al instante las voces se desvanecieron, volviendo nuevamente el silencio que tanto le gustaba.

Giró su rostro para ver al alma caritativa que apartó aquella locura -Gra... ¡...!- Palideció ante la figura esquelética, putrefacta y obscura de la mismísima muerte.

Aquel espectral ser colocó su mano en el cuello del azulado, mientras con la otra hacia aparecer una siniestra guadaña.

-Bro... Brothers...- Solo aquella ahogada palabra pudo salir de su boca, antes de que su cuello fuese atravesado por la hoja...

(...)

Un grito se escucho en todo lo alto, despertando a todos los que dormían en la habitación conjunta, alertándolos del sufrimiento de un ser querido.

No se molestaron en vestir sus ropas, a toda marcha salieron de aquel lugar para dirigirse hasta donde su hermano descansaba.

El primogénito abrió la puerta de golpe Karama...- Sus palabras fueron silenciadas por un miedo indescriptible, en cuanto puso un pie en el lugar su cuerpo dejo de responderle, comenzó a temblar de manera involuntaria al mismo tiempo que sudaba a mares.

-Oso... Matsu... Nissan...- La voz quebrada de sus hermanos menores lo alertó, obligándolo a girarse con dificultad, pudiendo notar como estos yacían en el suelo, de rodillas o sentados, aferrándose a sus cuerpos temblorosos, mientras regaban el piso con sus lágrimas.

Ayudame!" Resonó en sus cabezas "¡Tengo miedo!" "¡Por favor!" No sabían de donde provenían aquellas suplicas que se confundían y mezclaban con los gritos de terror del segundo Matsuno.

No sabía que hacer, sus piernas no le respondían, si por alguna razón se mantenía en pie, era porque estaba sujetándose a la pared.

-¿¡Que sucede!?- Un grupo de enfermeras y doctores, alertados por los fuertes gritos, hicieron acto de presencia, viendo la lamentable escena.

-Ka... Karamatsu...- Afónico ante el miedo, y apenas con fuerza logro apuntar a su hermano.

Llevenlos a la habitación y examinen a cada uno!- Pidió uno de los doctores a un par de enfermeras, quienes obedecieron en el acto.

Tomaron a los Matsuno y rápidamente los dirigieron hasta donde antes descansaban, cerrando la puerta en el momento en que el ultimo de ellos entró.

Sin esperar un segundo, el resto de doctores y enfermeras se adentraron en la habitación, sintiendo un gran escalofrío recorrer sus cuerpos, tensando se ante un miedo imposible de describir, ante una angustia y desesperación que nunca había cruzado por sus cuerpos.

Sin embargo, aquello no fue suficiente para que cayeran al piso, con el corazón en la garganta, y con las fuerzas flaqueando, lograron llegar hasta donde se encontraba Karamatsu, quien se retorcía y gritaba con sus ojos llenos de lágrimas y abiertos hasta mas no poder.

Tardaron casi media hora en calmarlo... Mas bien, en sedarlo... Dejándolo sin movilidad, tanto en sus manos y piernas, como en su boca.

(...)

"Ataque de ansiedad" así fue catalogado el indescriptible suceso que sufrieron los cinco Matsuno, quienes ahora descansaban en las camillas.

-Osomatsu-nissan...- Habló el tercer hermano.

-¿Que sucede...?- Respondió sin ánimos, casi por inercia... Su mente vagaba en otro lugar.

-¿Que crees que pasó...?- Quería respuestas, aunque sabia que no las encontraría en el mayor, quería al menos escuchar algo que calmase sus nervios.

-¿Tengo cara de saberlo...?- Fueron secas y poco amigables, lo que se esperaría de alguien que estuviese irritado, pero no de alguien que parecía estar en un trance de auto descubrimiento.

-Para nada...- dijo cabizbajo, dirigiendo su mirada a sus demás hermanos, que estaban igual que él, como si la vida se les hubiese sido arrancada por un segundo.

Varios minutos pasaron en silencio, solo escuchando a las aves, viento y maquinas.

"Estoy solo..." Al escuchar aquello en sus cabezas, todos se irguieron al instante "No quiero..." Como si estuviese suplicando entre llantos, hizo eco en sus cabezas "Ayudame... Nissan..."

-¿Karamatsu...?- Murmuró el primogénito, levantándose de aquella camilla en el acto, comenzando a caminar en dirección de la puerta.

E-Espera, Osomatsu-nissan!- Exclamó Choromatsu, pero no fue escuchado, por lo que, seguido del resto, se levantó de su lugar para ir por él mayor.

Caminaba como si estuviese siendo llevado por alguien más, como si algo le estuviese dictando el camino... Tal vez era aquella voz que los llamaba continuamente.

Sin pararse a pensarlo, abrió la puerta que llevaba a Karamatsu.

-Kara...- Como si se tratase de estática, la escena en frente de él se distorsionaba, como si fuese una televisión, la imagen se desfiguraba -¿Kara...?- Las lágrimas salieron al instante de sus ojos... Viendo como una soga rodeaba el cuello de su hermanito, quien colgaba en medio de la habitación...

DISCONNECTION (Osomatsu-san)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora