d i e z

3.2K 492 98
                                    

Saco la revista de mi mochila y la aviento en un contenedor de basura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Saco la revista de mi mochila y la aviento en un contenedor de basura. Sigo furiosa, tanto que no admitiré que me ayudó durante un tiempo.

Ahora libre regreso a clases. Es hora del examen. Bruno llegó cinco minutos antes que yo y se sentó en un pupitre delante mío. Quiero pensar que por la prisa no se dio cuenta que estoy detrás suyo.

DEFINITIVAMENTE LO HAS ARRUINADO TODO

Al termino del límite de tiempo para el examen, el profesor pide que pasemos hacía delante nuestros exámenes. Paso el mío a Bruno sin decirle nada. No quiero ser ignorada si le hablo y él no me responde. Observa mi examen por más tiempo de lo esperado, después de pasarlo al compañero de adelante se gira hasta quedar frente a mí.

—Bonita letra.

Bloqueada asiento.

¿Qué? Asentí y no le di las gracias.

Una gran sonrisa se forme en mis labios. Volvió a hablarme.

Después de clases tomo mis cosas para dirigirme a casa, a medio camino del patio soy detenida por una voz.

—Serena olvidaste esto.

Me giro y logro ver a Bruno.
La sonrisa que estaba por formarse en mí se desvanece y trago en seco.

No, no. No puede ser verdad, él no tiene en sus manos la...

—Vi que tiraste esta revista en el contenedor y justo iba a tirar mi basura. Quizás te equivocaste y vine a dártela —Se detiene a leer el título—, mmm, creo que si deseabas tirarla.

¿Por qué a mí? ¿Qué hice en otra vida para merecer esto? Habiendo tantos alumnos en el Instituto, tenía que ser justamente Bruno, quien me viera tirar la revista. Ahora pensará que soy más patética de lo que parezco.

—No es mío —reacciono contradiciéndolo. No debo quedar ridiculizada frente suyo—, me la encontré por ahí y me pareció tonto. La tiré.

En el preciso instante que intenta hojearla la arrebato de sus manos.

—Yo iré a tirarla por ti —digo antes de salir corriendo.

Bien pude aprovechar para confesar mis sentimientos, sin embargo, no lo hice por miedo. Es como si no estuviera preparada para un rechazo.

"HAZLO AHORA" "ES TU OPORTUNIDAD" "NO PUEDES DECIR QUE TE RECHAZARÁ SI AÚN NO LO INTENTAS"

Las palabras de Alexy se repiten en mi cabeza. Me hizo tomar una decisión; debo confesarle a Bruno que me gusta. Estoy preparada mentalmente para lo que venga.

En la hora del receso salgo al patio para tomar un descanso, y justo lo veo sentado en el jardín, recargado en el gran árbol del instituto, viendo a la nada.

Es ahora o nunca.

No me siento junto a él pues no podría verlo a los ojos al hablarle. Me siento del otro lado del árbol, justo donde se interpone el tronco de nuestras espaldas.

—Quisiera que oyeras todo lo que tengo que decirte. Por favor, no digas nada hasta que termine.

Se mantiene en silencio, por lo que deduzco que ha aceptado.

—El que te guste una persona y esta no lo sepa es un tormento. Todavía más si no sabes si tú le eres o no indiferente —tomo una bocanada de aire para continuar,— yo... yo no sabía cómo acercarme a ti, por más que lo intentaba siempre había algo que se interponía.
>>Los obstáculos me hicieron retroceder, tanto que me vi en la necesidad de acudir a una tonta revista de consejos amorosos —suelto una carcajada pensando en lo desesperada que me vi—, sé que estás pensando que exagero, pero es verdad. Y la sorpresa tan grande que me llevé fue ver un avance, sin embargo... las cosas no terminaron como quise, me toca repararlas y hacer las cosas por méritos propios.

Y aquí voy. Tú puedes Serena, has llegado lejos.

—No te pido que los correspondas pero sí que los aceptes. Hablo de mis sentimientos. Bruno, me has gustado desde que tengo memoria y he venido aquí porque no aguanto más ocultar este secreto. Te quiero.

Siento los latidos frenéticos de mi corazón y puedo oír mi respiración agitada. Decir las palabras de confesión es equitativa a correr un maratón —viendo la forma en que he terminado—

—You're my downfall, you're my muse.

—¿Qué?

Me levanto y giro para pararme frente a él. Se quita el auricular de sus oídos y me sonríe.

—Hola Serena, ¿decías algo?

Gritar. Es lo que quiero hacer. Estuve hablando por más de cinco minutos, le confesé mis sentimientos; ni siquiera fue consiente de mis palabras.

—Yo... nada. Me voy

Por segunda vez he salido corriendo. La segunda o tercera vez, ya perdí la cuenta de las veces que he salido corriendo por su causa.

Pobre Serena, su plan no le salió perfecto :c

La tonta nota para la conquista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora