Capitulo 7 La carta del abuelo

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El juez nos da una hora de descanso en lo que comprueban la prueba que mi tío acaba de traer, el tío salió y la verdad no se a donde fue, ni si quiera eh visto a Miriam y a su mamá, tal vez se fueron juntos.
- Estas bien? - me pregunta Leonel.
- Si, es solo que... No se, esto es demasiado extraño!! -
- Así era el señor Guillermo, para todo tenía soluciones, siempre pensaba en todas las posibilidades - se queda callado y se sumerge en sus pensamientos.
- Oye Leonel, como fue que comenzaste a trabajar para el abuelo? Cual era específicamente tu puesto? Por qué te dejo a cargo de mi caso? Porque eres jóven y no entiendo qué papel desempeñas exactamente como para que estés aquí, defendiéndome, como si fueras un soldado fiel -
- Bueno, pues, yo era algo así como el asistente de tu abuelo, estoy aquí porque fue lo que él me pidió antes de morir y comencé a trabajar allí porque como todo graduado de derecho o de cualquier otra profesión piensas que podrás subir muy alto, hasta la cima y mandé una solicitud a el buffet de tu abuelo, me hicieron entrevista y pues por obvias razones no me contrataron - porque no tenía experiencia - así que un día espere a verlo, a él, a ese señor, a tu abuelo y le reclamé - suelta una risita - le dije que no entendía porque no le podían dar trabajo a los muchachos recién graduados, que nosotros necesitamos experiencia claro está, pero como la podremos adquirir si no nos dan si quiera la oportunidad de adquirla, que yo no pedía, si no, una oportunidad para demostrar de lo que soy capaz, que me daba con un puesto de mensajero para poder subir y demostrar mis conocimientos, que claro estaba que no quería entrar y que me dieran un juicio al día siguiente. Tu abuelo me volteó a ver directo a los ojos, y me dijo - hijo pero que quieres demostrar, si hoy me lo has demostrado todo, esto hace un buen abogado, dar sus razones y enfrentar los hechos frente a frente - me quedé con la boca abierta, y me contrató, así me hice su asistente, me llevó a algunos juicios a ver cómo era que se manejaban y me hacía cuestionarios sobre eso, me sentía en la escuela, pero era asombroso ver como uno de los mejores abogados del país me enseñaba. - se nota que lo recuerda con mucha añoranza, mi abuelo era una persona justa, y eso me hace sentirme bien, como me hubiera gustado conocerlo. Nos quedamos platicando sobre mi carrera y como me pasó algo similar a lo de él, sin la suerte de ser contratada, obvio está.
Pasa la hora y nos llaman a entrar a la sala de juicios. El juez delibera a mi favor y me quedo con la empresa que me dejo mi abuelo, al salir de la sala, me lo encuentro, a él.... a mi tio.
- Eres igual a él, tienes esos ojos - comienza a decirme y me ve con mucha añoranza -... Su cabello...
- Soy Kendra, Kendra Lomeli - estiró el brazo y se lo doy en son de saludo, el lo toma y me estira, me estira para abrazarme.
- Tengo algo para ti jovencita, algo que ese viejo astuto te dejo antes de morir - estira la mano y me da un sobre, un sobre que dice "PARA MI PEQUEÑA NIETA"....

Mi Pequeña Nieta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora