#30- Fukushū.

1.1K 83 33
                                    

Respiración... inhalación, expiración.

Lo más importante en la actividad, era la concentración.

Un muchacho de trece años, sentado encima del tatami, respiraba, mientras sus ojos estaban cerrados, su mente cada vez más cerca de quedar en blanco. Neji dedicaba los primeros minutos antes del amanecer a fortalecer su concentración, era importante para un shinobi el mantener un estado de calma en todo momento, y eso era posible, gracias al tiempo que cada uno dedicara a su fortalecimiento mental.

Pero algo interrumpió el momento. Pasos, pasos que de momento se hacían más y más cercanos, con una curiosa distribución del peso de la persona en cada paso. La presencia se sentó al lado, duró así unos minutos, luego se levantó, se sentó al otro lado, por un ultimo se volvió a poner sobre sus pies, colocándose frente a él.

El Hyūga no abrió los ojos ni cambió la posición rígida que adoptaba para meditar... aunque no estaba meditando nada, su oído especializado escuchó como la persona frente a él movía de un lado a otro la cabeza, observándole, analizandole... Kami, cuando Hinata le dijo que quería meditar a cómo él lo hacía, no se imagino que lo vería a como se ve a un animal exótico en un festival.

Frunció ligeramente el ceño, su concentración se había roto minutos atrás, ya no podría regresar al cercano estado mental propicio para meditar... con lentitud abrió los ojos, encontrando unos idénticos frente a él.

— Neji-niisan... — la Hyūga extendió una sonrisa—, yo...yo pensé que ya habíais alcanzado el punto más allá de cualquier distracción...

— No— replicó sin cambiar su posición —. Definitivamente, con usted alrededor es algo imposible.

Hinata bajó el rostro, comenzó a mover los dedos unos encima de otros, una clara muestra de nerviosismo... estaba avergonzada.

—¿Quieres que me vaya?

— Si usted quiere irse... la meditación no es algo para todos. Si no puede concentrarse, entonces está perdiendo el tiempo— dijo, sin añadir un "también me hace perder mi tiempo", aunque ganas no faltaba de echar en cara que de seguir en esa forma, no podría llegar donde quería llegar.

— Oh... lo siento Neji-niisan.

El joven volvió a cerrar los ojos, intentando concentrarse... esta vez, la interrupción llegó de mano de Hanabi. Lanzó un suspiro, esa mañana no podría meditar.

— ¿Neji-niisan?— la pequeña de siete años se sentó a su lado—... etto... tú... ¿sigues odiando a Hinata-nee y a mi?

Por un segundo quiso decir que si, que las odiaba, por pertenecer a la rama principal, por su vida atada al bōke, por ser el más talentoso de los Hyūga y no poder ser más que un sirviente, que odiaba al destino... pero negó, ese Neji había muerto, cruzó los brazos sobre su pecho.

— Esa etapa ha pasado, Hanabi-sama.

— Es bueno saberlo... Otōsan ha enviado a llamarte...

Neji asintió y se puso de pie, paso por varios pasillos hasta llegar al despacho de Hiashi-sama. Uno de los guardias personales del jefe del Clan deslizó el shōji. Al entrar hizo una reverencia y por un gesto de su tío, se arrodillo frente a él, con las manos sobre sus rodillas, su frente en alto, esperando que este terminara de firmar los documentos que estuviera firmando.

— Neji, hace tiempo has cumplido trece años...— comenzó Hiashi, elevando la vista a su sobrino — cómo miembro del bōke no tendrías acceso al evento que haré... pero, creo que es necesario. El Senbon Kumite es transmitido por la cabeza del clan a sus herederos... aunque no lo seas, has demostrado tener tenacidad, aprender técnicas reservadas para la rama principal sin ayuda alguna, es admirable. Mañana empieza tu Senbon Kumite.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 25, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

FateWhere stories live. Discover now