Capítulo 3 [Acepto]

7.6K 913 70
                                    

Un viento frío sopló de pronto y se escuchó un cuervo en la distancia.
La tierra se sacudió, la rama tomó de pronto la mano de Bill y este dio unos pasos atrás, asustado, tratando de zafarse de ese agarre repentino.
La rama, que Bill descubrió era en realidad una mano, se sujetó con fuerza de su brazo y sonó un ruido, como si esta misma se separase de algo y Bill calló hacia atrás, con la mano y parte de un huesudo antebrazo sujeto a su propio brazo.
La mano lo soltó y usando los dedos como si de piernas se tratase correteó de regreso a donde había salido.
La grieta en el suelo de donde había salido se hizo más grande y comenzó a salir de ella una figura de blanco que pronto se alzó frente a Bill.
Removió su blanco velo lo suficiente para que se viera su rostro, de un tono azulado, con labios rosados pálidos, cabello castaño y ojos del mismo color.
—Acepto —dijo.
Bill retrocedió y después se incorporó y comenzó a correr, con la figura espectral persiguiéndolo a cada paso que daba por ese helado bosque.
Bill corrió, entre ramas de árboles y nieve apilada en el suelo hasta dar de nuevo con el puente.
Corrió hasta que se dio vuelta y no vio nada detrás suyo. Retrocedió y entonces se encontró de frente con el chico de nuevo, que se acercó lentamente.
Entonces, Bill pareció perder la conciencia.
—Llegó uno nuevo —escuchó una voz que no reconoció.
—Sólo perdió el conocimiento.
Entonces Bill abrió los ojos lentamente y observó al chico y a otra persona desconocida frente a él que, literalmente, estaba en los huesos.
—Vaya, la nueva adquisición respira, ¡que maravilla! —exclamó la persona desconocida.
Poco a poco empezaron a abordarlo con preguntas.
—¡Brindemos por los esposos!
Exclamó alguien.
—¿Esposos? —Bill miró al rededor confundido.
—Sí, en el bosque —Bill dirigió su mirada al chico, que sonreía— dijiste tus votos espléndidamente —entonces sacudió su huesudo dedo, con el anillo resaltando en él.
—Los dije... Esto debe ser un sueño, ¡despierta! —a Bill le dieron ganas de golpearse la cabeza con la barra de madera frente a él, pero antes de que pudiera hacerlo se escuchó una voz más.
—Perdonen, disculpen... —una cabeza, transportada por bichos, comenzó a ir por la barra.
Bill soltó una exclamación al verlo.
—Yo me haré cargo del banquete de bodas.
—¿Banquete de bodas? —un alegre gusano salió de uno de los ojos del chico, botando este mismo.
—Oh... Gusanos —el chico soltó una risita nerviosa y volvió a meter el ojo en su lugar.
—¡Alejense! —Bill retrocedió y tomó una espada, que sin darse cuenta estaba atravesando uno de los cuerpos y la izó—. Quiero respuestas. ¿Qué sucede? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres?
—Es una larga historia...
—Una historia llena de amor, traición, y una dramática muerte —dijo otra voz, esta vez la de una chica de aspecto humilde y de larga cabellera, pero que tenía una expresión algo fiera —. Él era de buena familia, tenían riquezas. Y un día, un desconocido llegó. Muy humilde, y diestro al hablar, inevitablemente nuestro novio calló en sus brazos... pero sus tíos se negaron a algo así, y planearon escaparse los dos. Nadie sabía de el secreto o el plan, el traje de novio fue de su papá. Hurtó varias cosas, dinero y joyas de la familia, entonces por la noche en un roble él esperó y esperó, y cuando su galán llegó... todo se oscureció.
—Y al despertar, muerto —siguió una mujer robusta de piel igualmente azul y algunos huesos que ya no tenían piel, mientras que tenía un ojo cerrado— bajo el roble las joyas y el dinero de habían ido, igual que el galán. Y desde entonces, espera ahí, al verdadero amor que lo rescate y pida su mano.
Bill suspiró, aturdido, y decidió aprovechar el parloteo de todos para escabullirse fuera de el lugar por unas escaleras que logró visualizar entre todas aquellas personas muertas.
Definitivamente necesitaba un respiro de todo eso.

Mientras, en la superficie, Mabel miraba aburrida por la ventana, al chofer de la familia Cipher, que tosía fuertemente.
—Mabel, ven aquí —dijo Ford. Sin ganas, Mabel aceptó.
—Seguro no tardará en volver —dijo la madre de Bill.
Alguien tocó la puerta en ese momento y Stan, con un gruñido, dijo un "pase".
Las puertas se abrieron y mostraron a Lord Gleefull.
—Espero le agrade la habitación, Lord —dijo Ford.
—Sí, gracias. Son unos excelentes anfitriones, por eso me apena traer tan malas noticias...
______________________
No saben como quería actualizar, pero no tenía internet

El cadáver del novio [BillDip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora