-Es hora de que se vayan o perderán el autobús. -intervino SungGyu más serio de lo habitual, pero relajó su expresión al darse cuenta de su manera de actuar.

-SungGyu tiene razón, cariño. Es mejor irnos ya.

-Si te trata mal, me dices y yo lo castigare. -Howon subió al taxi que los llevaría al punto de encuentro y antes de que se pusieran en marcha, bajó el cristal para darle su última advertencia a yeol- Más te vale no traer a L a la casa mientras no esté. Por lo menos ten algo de respeto por el que fue tu pareja alguna vez.

Sungyeol borró su sonrisa para suplantarla por una expresión seria. No entendía porque Howon se comportaba de esa manera, tal vez si supiera todo lo que ha tenido que soportar del que alguna vez fue su "pareja" no diría lo mismo, ni siquiera lo dejaría a solas con él.

Y entonces cayó en cuenta de que estaría con SungGyu más de 24 horas.

-No le hagas caso, Sungyeol. -aquella voz, logró eriza su piel- Howon es buen amigo, él piensa...

-Sé lo que piensa, es así como me hiciste ver luego de nuestra ruptura, pero no importa. Mientras menos conocimiento tenga de lo que pasó, es mejor. Así evitamos que te mate. Estoy siendo muy caritativo contigo, ¿lo sabes?

Dicho esto, Sungyeol entró a casa y pasó la tarde entera encerrado en su habitación adelantando el regalo para Myungsoo. Minuciosamente combinó los colores que utilizaría, se colocó el mandil y en cada pincelada fue cuidadoso.

17:45 pm

SungGyu escuchó los pasos fuertes del alto bajando las escaleras, se dirigía dónde él estaba para tomar un poco de agua, tenía la ropa manchada de pintura al igual que su mandil, lo cual lo hizo reír, recibiendo una mirada extraña de su parte.

-Creí que ya no pintabas.

-¿Por qué no lo haría? Es mi pasatiempo favorito, olvidaba mis problemas de esta manera, y también a ti.

Decir esto fue algo hiriente para SungGyu y lo sabía al juzgar la expresión el castaño, no tuvo intenciones de disculparse, él realmente quería decir aquello.

-Ya veo... ¿funcionó?

Sungyeol guardó silencio.

-Comeré más tarde. -le informó yendo nuevamente a su habitación.

El castaño trató de contener la rabia en ese momento, apretó con fuerza el mango del cuchillo en sus manos y vio su propio reflejo en él. SungGyu lo soltó de inmediato, sus pensamientos estaban saliéndose de control.

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.

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Era de noche ya, podía ver la luz de los faroles iluminar las calles de su vecindario. Abrió la ventana de su habitación, y una fría brisa lo hizo estremecer, se quedó un momento admirando el oscuro cielo, y las estrellas que lo adoraban. Parecía la noche más tranquila de su vida, pero aun así le preocupaba el hecho de que el azabache no le enviará un mensaje en todo el día.

-¿Ya te olvidaste de mí? -tomó su celular, y decidió llamarlo- ¿ocupado, señor Kim?

-Extrañaba tanto tu voz. -Sungyeol bufó.

-Si eso fuera verdad, me hubieses llamado antes ¿no? -lo único que escucho fue la risa del mayor- Bien, supongo que ya has conseguido con quien entretenerte, por eso te olvidaste de mi existencia.

-Sabes muy bien que eso no es cierto. -con una mueca, Sungyeol se acomodó en su cama, mirando hacia el techo, y espero a que el azabache volviera a hablar- Sólo te quiero a ti. -y no fue capaz de responderle, pero no podía con tanta felicidad en su interior- ¿Qué haces?

-Mm, nada interesante. Hoy...mi primo y sungjong fueron al viaje de su clase, así que estoy solo en casa.

-Espera... ¿estás con SungGyu? -Sungyeol lo afirmó- No puedes, sal de ahí...vete a mi casa, sabes cómo entrar pero por favor, no te quedes con él a solas.

-¿Por qué?

Myungsoo se quedó en silencio unos segundos.

-Simplemente no me gusta que ese tipo esté cerca de ti. ¿Puedes hacerme caso esta vez e ir a mi casa?

-No tienes por qué preocuparte, SungGyu no me hará nada.

Fue lo que dijo Sungyeol con una sonrisa en su rostro.

Por un momento, SungGyu, quiso darle la razón, pero ya no había marcha atrás. De alguna manera tenía que asegurarse de que el alto sea sólo para él, que lo amara sólo a él, y solamente le perteneciera a él.

-Está bien, amor. Hablaremos después. También...también te amo.

Si tan sólo Sungyeol no hubiese pronunciado esas palabras, pudo haberse arrepentido de todo y abandonar esa casa en silencio. Pero no, aquello sólo lo incitó a seguir con su objetivo. Bajo las escaleras, y tomó la bandeja de comida que tenía para Sungyeol.

Pidió permiso antes de ingresar a la habitación, dónde vio a su pequeño yeol con sus mejillas sonrojadas y una evidente alegría en su rostro. Sintió hervir su sangre.

-Te traje algo de comer, no has probado un sólo bocado en toda la tarde. -SungGyu depositó la bandeja en el escritorio, divisando en lo que el alto ha estado trabajando toda la tarde- Es genial. Te ha quedado muy lindo, yeol.

-Gracias, bajaré los platos en cuanto termine. -SungGyu asintió, el ambiente entre ellos se tornó un poco incómodo. No podía dejar de observar el retrato del azabache con odio.

Todo se complicó debido a él.

Tal vez sólo debía desaparecer a Myungsoo y así Sungyeol sería sólo suyo.

-SungGyu. -miró al contrario un poco aturdido- Sal de mi habitación.

-S..Si, lo siento. Buenas noches, yeollie.

.

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23:45 pm

Sungyeol trató de levantarse del asiento sintiendo un repentino mareo, su celular no paraba de sonar como loco. Con dificultad llegó hasta la cama y tomó el aparato llevándoselo al oído. Contesto.

-Sungyeol, gracias a dios...

-¿Kris?

-Escúchame bien, amigo. Debes salir de ahí, estas en peligro. - la voz del extranjero sonaba tan lejana, Sungyeol sacudió un poco su cabeza- ¿Sungyeol, me oyes? -lo oía, pero no era capaz de responderle- ¡Sungyeol! Estoy de camino a tu casa, debes salir de ese lugar no importa qué... ¿yeollie? Hoy tuve una pelea con niel y él me dijo...

-¿Sungyeol?

Sungyeol difícilmente alzo la mirada hacia esa voz.

-¿Sí?

-Dame el teléfono, pequeño. Ahora ven conmigo...debemos irnos.

-¿A d-dónde, myung?

-A dónde nadie nos pueda encontrar. 

HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora