—Alguien no debe perder la cabeza. Tranquilo FanFan, todo estará bien.

—¿Pago en efectivo o con tarjeta? —interrumpe el dependiente al otro lado del mostrador.  YiFan saca de su billetera una tarjeta y se la pasa al chico, quien en poco segundos la extiende—la tarjeta fue rechazada ¿tiene otra forma de pago?

YiFan mira con extrañeza al chico, así que toma su tarjeta y extiende otra. El joven realiza el mismo proceso.

—Su tarjeta fue rechazada ¿alguna otra forma de pago?

—Yo pago —YiXing extiende la suya, la cual pasa y termina pagando el desayuno, YiFan hace una llamada rápida al banco—. ¿Qué pasó?

—Congelaron mis tarjetas.

—¿Cómo?

—Dicen que yo lo autoricé.


..:: ○ ::..

—¡Ese maldito! ¡Se llevó todo!

—KyungSoo cálmate.

—¿¡Cómo me voy a calmar si dejó hecha mi oficina una mierda!?

KyungSoo desesperado tira algunas cosas al suelo, luego se sienta sobre su escritorio con unas ganas terribles de llorar.

—No puedo creer que MinSeok haya hecho todo para jodernos.

—Sólo tenemos que levantar la demanda, no puede sólo salir y robarse todo, menos dejar pruebas falsas en contra del buffette.

—Esto se está yendo al carajo.

—¡KyungSoo! —YiFan mira todo el desorden en la oficina, y aunque quiere preguntar, se olvida de eso volviendo a lo que iba— ¿Por qué diste autorización en el banco para cancelarme todas la cuentas?

—¿Qué dices?

—Eso, yo jamás pedí algo similar.

—YiFan, yo no hice nada.

—Eres mi abogado, y el único aparte de CanLie y YiXing que sabe sobre mis contraseñas y firmas.

—Te juro que yo no...

El teléfono de la oficina suena insistente, haciendo que las cuatro personas ahí miren detenidamente al aparato. YiFan se acerca, pero es KyungSoo que contesta.

—Diga.

Tengo a tu hijo. —KyungSoo tocael botón de altavoz, esperando a que todos puedan escuchar— te pediré un par de cosas para poder regresarlo a tus brazos.

—¿Quién eres?

¿Eso importa? Quiero tres millones de dólares a más tardar hoy a las cinco de la tarde.

—¿Cómo puedo asegurarme que tienes a mi hijo?

—¡Pa- pa!

B-Baek...

Tres millones, te llamaré en dos horas para saber si los tienes.

La llamada acaba ahí, donde KyungSoo llora con toda la frustración del mundo en su espalda. YiFan pasa su mano por el cabello, no creyendo lo que sucede. ChanYeol prefiere sentarse antes de caerse al suelo.

Un silencio pesado los acompaña, pero éste desaparece cuando YiXing habla.

—Localicé la procedencia de la llamada. Están a diez kilómetros al norte, a metros de una Iglesia.

—¿Qué?

—¿Cómo hiciste eso? —ChanYeol se ve interesado, acercándose con sorpresa a su joven cuñado.

—Estamos en el siglo veintiuno ¿Qué esperaban? Todas las casetas telefónicas de uso público tienen localizador. Cuando KyungSoo contestó pude ver el número, así que sólo lo busqué y me dio dirección.

—¿Cómo estás seguro de eso?

—Porque sólo a un imbécil se le ocurre irse a los extremos de la ciudad, y sobre todo, mandarme un mensaje de odio del mismo número que identifiqué hace tres años.

—¿De quién...?

—Emma.


..:: ○ ::..

Con datos más concretos y la policía de su lado, KyungSoo explica la desaparición de su hijo, los múltiples robos que sufrió YiFan a lo largo de cuatro años y por supuesto la orden de desalojo falsa que había llegado a la oficina.

Ya con agentes especializados, KyungSoo puede ver que todas las sospechas son ciertas. Uno de los agentes toma su computadora, empezando a buscar todos esos recibos a nombre de una persona que no conocía. El agente al no encontrar nada, pregunta de nuevo a KyungSoo.

—Es ese el documento, yo lo revisé.

—Las cuentas y declaraciones coinciden, esto no cambia en algo.

—No puede ser, había números rojos.

—¿Alguien además de usted tenía alcance de esta máquina?

—No, sólo yo, bueno, mi secretario...

Las memorias de KyungSoo regresan al día de su compromiso, en esa entonces revisaba aquella situación, pero había salido gracias al paquete que MinSeok recibió. SeulGi que estaba a su lado, intervino de inmediato.

—Jefe, yo vi a Kim entrar a su oficina hace unos días.

—Seguramente fue ese bastardo... dejé un respaldo, pero no sé si lo haya borrado.

El agente atiende a ello, así que se apresura a buscar entre las cosas de la computadora aquel archivo. Al encontrarlo, un documento diferente se muestra ante ellos, de esa forma los dos se comparan.

—Al menos su ex empleado puede ser acusado por la falsificación de firmas, movimientos de dinero ilícito, robo y posible cómplice de la señorita Collins.

—No sólo son las declaraciones fiscales del buffette, también del señor Wu, mi cuñado.

El teléfono vuelve a sonar, haciendo que los ocho agentes, la secretaria y la familia miren en esa dirección. ChanYeol es ésta vez quien se acerca, volviendo a poner el altavoz. La voz de Emma es la primera que suena, aunque se haya distorsionado.

¿Ya tienes mi tres millones?

—Aún no, dame tiempo.

Tu hijo no tiene tiempo.

—¿Dónde quieres tu dinero? Sé que eres tú Emma.

Dile al novio de tu hermano que él lo debe entregar, sin más gente y solo.

—¿Dónde?

Tu hermano sabe donde, en el mismo lugar donde me llevaba para ponerle el cuerno a su noviecito.

La llamada termina, haciendo a todos mirarse.

No sé, te amo. »ChanSoo / KrAyWhere stories live. Discover now