treinta y siete

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Pensé que el sabor de aquella bebida de la cual desconocía su nombre me agradaría pero no fue así. El sabor amargo y fuerte había quemado mi garganta a la vez dejándola seca y pastosa, desagradándome totalmente. Hice una mueca y dejé la botella en la primera superficie que encontré. Harry sonrió antes de colocarse frente a mí.

— ¿Mal sabor? -dijo mientras su sonrisa se ensanchaba. Asentí aun con la mueca en mi rostro ya que el sabor seguía en mi boca —. Deberías probar otra cosa.

— No, no gracias -dije rápidamente —, prefiero estar sobria.

Él rio. Se acercó a mí y rodeo mis hombros con su brazo acercándome a su anatomía que desprendía calor. Lo miré y sonreí, como cada vez que lo miraba, tenía un tipo de encanto que me volvía boba en tan solo un segundo.

— Vamos, necesito algo de alcohol -dijo.

Algo en esa idea me decía que no era una buena, tenía un mal presentimiento, pero al vivir unas cuantas malas experiencias haciéndole caso a mis "advertencias internas" preferí ignorar el aviso que mi conciencia decía. Caminé a su lado mirando a la gente de mí alrededor, había chicos del equipo, compañeros de clase e incluso personas que no me resultaban conocidas a simple vista.

Seguimos avanzando hasta llegar a la cocina, que estaba vacía.

— ¿Aquí están las bebidas? -pregunté extrañada, ya que todas las que había visto se encontraban en el salón de la casa.

— No, pero aquí puedo estar a solas contigo -se acercó a mí colocando sus manos en mis caderas, llevándome hacia atrás para así colocarme arriba de la isla.

Sonreí bajando la cabeza, estar a solas con él me encantaba aunque a la vez me ponía nerviosa y no sabía por qué.

Inclinó su rostro acercándolo al mío, tomó un mechón de mi cabello y lo llevó detrás de mi oreja, manteniendo nuestros ojos unidos en todo momento. Mi sonrisa desapareció poco a poco, centrándome en su roce en mi pómulo derecho. Deslizó su mano por mi mejilla, creando una sensación de ser acariciada por terciopelo, deteniéndose para acariciarla y sostenerla suavemente. Mi corazón bombeaba rápido, muy rápido. Y antes de siquiera pensarlo o tomar aire, sus suaves labios estaban ya bailando sobre los míos.

Parecía que faltaba tiempo, faltaba tiempo para poder disfrutar de aquel momento, aquella sensación exquisita de sus labios, la sensación de su mano deslizarse por lo largo de mi cuello, mis clavículas, mi cintura, como si quisiera memorizar mi cuerpo al tacto. Faltaba tiempo para disfrutar el momento exacto donde su mano se deslizaba por el interior de mi blusa y acariciaba mi piel con sus dedos, me tocaba como si de un objeto frágil se tratase. Faltaba tiempo para memorizar aquel momento en donde sus labios rozaban la piel erizada de mi cuello y dejaba pequeños besos cálidos sobre él. Faltaba tiempo para esto.

— Harry -mis labios soltaron en susurro.

Quería continuar pero al mismo tiempo quería detenerme, quería disfrutar de sus besos y de sus caricias pero sabía que si seguía terminaría haciendo algo de lo que me arrepentiría después o que hubiera querido guardar para otro momento.

Tomé los pequeños rizos de su nuca, acariciándolos mientras él seguía entretenido con mi piel. No había notado el momento en donde mis ojos se habían cerrado ni en el que mi rostro se había ladeado dándole más acceso a mi cuello. Un sonido desconocido para mí salió desde el fondo de mi garganta cuando sus labios se centraron justo debajo de mi oreja. Él sabía que era mi punto débil y que enloquecía al momento. Se detuvo un momento para mirarme y sonreír. Noté que sus ojos habían tomado un color más oscuro, como si mirase al interior de un bosque de noche alumbrado sólo por la luz de la luna. Había un brillo especial en ellos, un brillo que no había notado antes.

Dangerous » H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora