Al Fin Juntos

Capítulo 15 ~Hasta que la muerte nos separe~

Miré el reloj de mi velador; 7:59 pm. Faltaba un minuto para las ocho, y ya estaba listo. Me puse mi mejor traje y salí hacia cubierta, viendo al peliverde de esmoquin, y por segunda vez elegantemente peinado.

-Siempre tan puntual- comentó el espadachín con una sonrisa en su rostro- vamos? - asentí y le tomé del brazo

Caminamos hacia el pueblo y llegamos a un restaurante, lo cual me sorprendió, no esperaba que saliéramos a comer, o que llegáramos sin perdernos.
Entramos y admiré el lugar, era elegante, tenía incluso una gran escultura de hielo en el centro del espacioso salón, la cual era rodeada por mesas.
A nosotros se nos acercó un señor con cabello blanco, al igual que su bien peinado bigote, y sacó una carpeta de tamaño reducido en la que tenía anotaciones.

-Tienen reservación? - nos miró a ambos

-Sí, a nombre de Roronoa Zoro- respondió el espadachín

-Jm...oh, aquí está, Roronoa Zoro, vengan por acá, por favor- nos pidió y le seguimos hasta una mesa a la cual me senté mientras el peliverde me acercaba a la misma

-Gracias, cielo-

-Qué desean cenar? - dijo un mesero una vez el mayor se hubiera sentado frente a mí

-Pasta, por mi parte-

-Igual yo, por favor-

-Y para beber? -

-Dos copas de champán-

-Enseguida- se retiró

Observé con la mirada el elegante lugar, deteniéndome en cada detalle.
-Pasa algo? - preguntó el mayor

-Eh? No, sólo pensaba-

-En? - acarició mi mano

-Pienso...que esto es mucho...es decir...cuánto has gastado en mí? -

-Pues poco, tú vales mucho más que sólo papel verde-

Mis mejillas tomaron un fuerte color carmín al oírlo- te...amo...-

-Igual yo, Sanji, con toda mi vida-

(.....)

Terminada la cena Zoro pagó la comida, para que luego saliéramos dwl restaurante y camináramos por la ciudad.
Para mi sorpresa el peliverde no bebió de más y, mientras caminábamos, parecía que supiera perfectamente a dónde nos dirigíamos. Salimos a la playa, pero ese lugar no lo había recorrido nunca.

-Zoro....? Estoy seguro que el barco no está por aquí, amor-

-Lo sé- me dedicó una sonrisa- no vamos al barco-

-Es jna sorpresa~ - se puso detrás de mí y me tapó los ojos con una cinta

-O-oi, qué haces? - dije, nervioso

-Te dije que sería sorpresa, y si lo ves no lo sería-

-Jo~ - suspiré y seguí caminando mientras el más alto me guiaba

Al poco tiempo nos detuvimos, escuché que una puerta se abría y que pisábamos algo que no era arena.

-Madera? Dónde estamos? -

-Ya verás- siguió caminando, empujándome levemente para guiarme- ya~ -

Llevé mis manos al nudo de la cinta que estaba en mi cabeza y la desaté. Al bajarla intenté acostumbrar mis ojos a la poca luz que había en la habitación, y, una vez que lo conseguí, noté una gran cama, la cual estaba vestida de blanco bajo un cuelo cubierto de estrellas.