Eclipse Solar... Las playas Griegas

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-¿Que hacés aún aquí? Se supone que ya debes estar abajo, con los demás invitados. Pronto llegara el "juez de ceremonias especiales" y tendrás que estar ahí.

Se acerco al espejo, acomodando lo poco torcido que estaba el moño blanco. Estaba frío y distante, aun mas que cuando lo había conocido. Esta vez era un bloque de hielo. Era como si, hubiera metido la mano a su propio pecho para arrancarse él mismo el corazón.

Y no lo imaginaba, Cicerón opto por que si su mundo seria una maldita farsa a partir de esa noche, sus sentimientos y emociones también lo serían.

De hecho, estaba tratando con la mayor delicadeza a la morena, ella era otra víctima de todo lo que ocurría.
Nada más.

"¡Has perdido arpía!" pensó con pesar.

Odette, apretaba los puños, hasta clavarlos en sus muslos.

El lobo, miro el suelo, las incontables perlas estaban regadas por todos lados.

Se inclino y tomó una de ellas entre sus dedos.

-Vamos Odette, será la última "actuación de la noche". Juró que después de esto... Te dejaré tranquila lo que me resté de vida.

Quebrado, vacío y sin ánimos le tendió la mano a la joven.

Su mirada lucia imponente, pero cansada y deslucida.

Mordiendo su labio, una costumbre bastante arraigada, y algo renuente la tomó.

Ambos, ella de su brazo y el con la cabeza en alto, bajaron las largas y gruesas escalera de mármol gris.

Odette tragó grueso, apretó el brazo del lobo, nerviosa. No sabia si podría fingir tan bien como Cicerón. Éste, notando el fuerte apretón, se acerco a su oreja susurrándole.

-Tranquila. Todo saldrá bien. Yo voy a cuidarte.

La forma de sus palabras le hicieron abrir los ojos como platos. Avergonzada, bajo un poco la cabeza afirmando.

La música, les recibió gustosa y vibrante. Las delicadas y suaves notas del arpa y los demás instrumentos, estremecieron el cuerpo de la castaña.

Sus ojos, estudiaron el lugar. Estaba repleto de rostros ajenos a su vida. Jamás les había visto.

Supuso, eran familia del lobo. Lejana tal vez.

Los aplausos no se hicieron esperar por toda la recepción. Abrazos tampoco.

La rigidez de su cuerpo ganaba batalla. ¡Estaba que las piernas se le hacían gelatina!

Se sostuvo con mayor ahínco del fuerte brazo del hombre.

Un sujeto, joven y con cabellera negra y larga se acerco a ambos.

Sonriente.

-¡Ciceron Cold! Quien diría que el día que regresarás a tu hogar lo harías para unirte a tan hermosa mujer. ¡Es imposible! La manada no podría estar mas feliz. - le ofreció una copa de champánge, el lobo la recibió con una sonrisa evidentemente forzada.

-Galió... ¡Es un placer verte de nuevo! Ha pasado mucho tiempo desde nuestra última reunión de "manadas".

El hombre sonrió, con animosidad.

-Lo importante es que ya estas aquí. La manada no es la misma sin su Alpha. Bueno, te dejó. Pronto comenzará la ceremonia de unión.

Con delicadeza tomó la mano de la joven hasta llevarla a sus labios.

La Pequeña Del Alpha © #Lunaroos2020 #BeautyWordsBSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora