Capitulo 32 parte 2

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CAPITULO 32

Parte II

(...)

-Tres... o mejor cuatro. Creo que cinco -reí -. Me siento tan estúpida hablando sola -bajé la mirada -... no quiero preguntar si me escuchas, porque sé que si lo haces. Pero, quiero que me hables -su pecho se levantaba al compás de su respiración, y el resto de su cuerpo permanecía inmóvil.

Entrelacé sus dedos con los míos, y le hablé por horas.

En el hospital la gente iba y venía, pero yo continuaba allí, a su lado, viéndolo degradarse poco a poco, sin poder hacer algo al respecto.

Era domingo por la noche, un día después de su cumpleaños, cuando Eli y Lou llegaron al hospital por primera vez. Se habían quedado despidiendo a los invitados, y ordenando la casa.

-Deberías ir a casa y descansar, ________ -me dijo Eli.

-No, ustedes deben descansar. Yo estoy bien -fingí sonreír.

Louis se sentí a un lado de mí, y tomó de mi mano.

-Estas cansada -me dijo -, tienes ojeras y cargas la misma ropa de hace dos días. Ve a casa, nosotros cuidaremos de él mientras tú no estés.

- ¿Y si él... ya saben, mientras yo no estoy?

-Eso no va a pasar -me dice Eli -, nos aseguraremos de ello.

-No, estoy bien aquí -me incorporo al lado de Harry y apoyo mi cabeza en su pecho -. Me iré hasta que él me saque de aquí.

-________...

-No -interrumpí -. Voy a quedarme. Hasta que sea necesario.

Pero no funciona.

El doctor llega a nivelar la sangre de mi esposo, y me pide que vaya a casa. Dice que él estará bien, y que no es necesario que esté las veinticuatro horas allí.

No se preocupen, le saqué el dedo grosero antes de irme. Caso cumplido.

Llegué a casa con olor a medicamentos y camilla de hospital. Subí las gradas, siendo recibida por Hinnie, y luego de acariciarla un poco, me metí a dar una buena y relajante ducha.

Al salir, me envolví con la toalla que Harry tenía en uso, porque olía a él, y eso me encantaba.

Me puse unos pantalones de pijama, una t-shirt amarilla hasta el trasero y unas sandalias cubiertas.

Tomé todo mi pelo en un rollo despeinado sobre la cabeza, y lo até con una cinta amarilla para esconder los pelitos que se salían de mi cabeza.

Me roseé la loción de Harry en el cuello, para sentir su aroma, y luego de comer algo ligero, tomé unos chocolates de la alacena y volví al hospital.

(...)

- ¿Alguna mejora? -pregunté al entrar al consultorio.

El doctor me miró y sonrió.

-Tome asiento, Señorita Lambert.

-Styles -corregí.

-Señora Styles.

Obedecí a regañadientes. Me senté y puse mi bolso en mis piernas.

-Suelte la sopa -le dije. Él me miró sorprendido y luego bajó la mirada -. Al grano, no quiero nada de rodeos. Si es malo, dígalo ahora.

-No habrá mejoras -dijo, así nada más -. Lo lamento mucho.

- ¿Cuánto tiempo? -pregunté.

-Uno o dos días -dijo finalmente. No respondí.

En busca de esposa [Harry y tu] (NO ES MÍA)Where stories live. Discover now