[+18:El siguiente fragmento es para mayores de dieciocho años. Su lectura está bajo tu responsabilidad. Si quieres evitar las partes bochornosas estarán marcadas con un asterisco de color rojo tanto en su inicio como en su final. Así será más sencillo evitarlas.]
¿Qué coño te pasa Jessica? Se preguntó a si misma nada más entrar en la habitación. Se dirigió hacia el espejo y se miró como si fuera una auténtica desconocida. ¿Cómo puedes estar tan nerviosa? ¡Es guapo! ¡Sí! Pero ya está, no quiero nada más con él. La joven tenía un monólogo interior mientras poco a poco iba deshaciendo la trenza de espiga que se había hecho, para después desvestirse mientras se repetía que no quería nada más con él.
Tardó unos diez minutos en salir, tiempo de sobra para que Leon se acabara el café. Cuando la joven abrió la puerta el chico se encontraba de pie.
-Me voy a ir ya.-dijo Leon observando el precioso batín púrpura que se había puesto la chica.
-Vale.-respondió la chica.
-Ya te llamaré para ver las pelis.-le dijo el joven mientras se acercaba a ella para despedirse.
-Vale.-repitió Jessica.
Los dos se quedaron unos instantes mirándose a lo ojos. Leon se volvía loco por besarla y Jessica estaba reprimiendo sus ganas de abalanzarse sobre él. ¿Qué le había hecho ese chico? La joven sonrió y le dio un beso en la mejilla, haciendo que sus rostros se quedaran a escasos centímetros unos segundos hasta que ambos hicieron lo que llevaban toda la noche deseando. Empezaron a besarse como si la vida se les fuera en ello. Jessica sintió la lengua del chico introduciéndose en su boca y un escalofrío le recorrió el cuerpo, hacía mucho tiempo que no sentía aquella sensación y la verdad es que parecía incluso nueva. Leon la cogió en brazos y la apoyó con fuerza en la pared justo al lado de la habitación. No podían parar de besarse a pesar de que ambos jadeaban hasta el punto de faltarles la respiración entre beso y beso. Jessica sintió como las manos del chico le apretaban con fuerzas las nalgas y como un auto reflejo ella le clavó las uñas en la espalda. El chico se estremeció al sentir las uñas de la chica pero solo hizo que su libido aumentara.
-Vamos al cuarto.-le susurró la chica.
*Leon la agarró con fuerza y llevándola aún en brazos, con las piernas de ella rondeándole la cintura, entró en la habitación. La luz estaba apagada pero no se encontraban en absoluta oscuridad debido a que las luces del salón iluminaban a través de la puerta. Sin soltarla, Leon colocó una rodilla en la cama y tumbó a la chica para rápidamente quitarse el cinturón del pantalón. Jessica lo miraba nerviosa y excitada a partes iguales mientras se situaba en el centro de la cama. Cuando se hubo quitado los pantalones se tumbó encima de ella haciendo fuerza con los brazos para no aplastarla. Ella volvió a besarle desenfrenadamente y comenzó a quitarle la camiseta. Él la ayudó, se levantó quedándose de rodillas y se la quitó él mismo. Ella al verlo hizo lo mismo. Leon se puso muy nervioso a ver el torso desnudo de la chica. No era la primera vez que se acostaba con una chica, es más lo había hecho con bastantes pero parecía que con ella fuese como la primera vez. Estaba histérico, excitado, impaciente, y sentía como su corazón se iba a salir del pecho a cada segundo que pasaba besándola. Acarició sus pechos con delicadeza y volvió a acercarse a ella pasa besarla.
-¿Tienes...-dijo la joven con la voz entrecortada.
-Sí.-la interrumpió Leon sabiendo a que se refería. El joven se levantó y fue en busca de su pantalón que estaba en el suelo a los pies de la cama. Jessica se bajó el pantalón del pijama y después la ropa interior dejando ambas prendas en el suelo de la habitación. Leon encontró lo que buscaba, un preservativo, y procedió a su colocación lo más rápido que pudo, estaba ansioso por poder continuar y hacerla disfrutar toda la noche. Tardó a penas unos segundos en quitarse la ropa interior y tomar las precauciones necesarias para evitar problemas en el futuro, justo después volvió con la joven. Comenzó a besarla mientras acariciaba su cuerpo desnudo. Jess se puso tremendamente nerviosa al notar que el chico estaba completamente desnudo. Se moría de ganas de hacerlo con él pero a la vez sentía que aquello no iba con su personalidad.
