Capítulo 3-¡No hagas locuras!

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11 de Octubre del 1995-Racoon City.

Leon se despertó más pronto de lo que solía hacer todos los días aunque esta vez no era porque quisiese ir a ver a Jessica, si no porque tenía que estar a las ocho menos cuarto en la galería de tiro para su primer examen.

Estaba nervioso aunque o sabía bien porque, si era porque probablemente no le diera tiempo de ver a Jessica y volver a hablar con ella gracias a la estrategia de prestarle el dinero o porque tenía su primer examen. Seguramente era lo primero, siempre había tenido buena puntería y no era la primera vez que cogía un arma, viniendo de familia de policías era bien pequeño cuando empezó a disparar a latas en el jardín trasero de casa de sus abuelos.

Cogió todo lo que necesitaba para aquel día y se marchó de casa de sus abuelos, sintiendo un nudo en el estómago. Tenía miedo de no verla o de que ésta estuviera molesta por lo del día anterior. Su cabeza no había parado de dar vueltas a todo lo que había ocurrido ayer y la verdad es que le estaba pasando factura. Estaba cansado y eso no iba a ser bueno a la hora de atinar en la galería.

Jessica salió a correr como todas las mañanas aunque había algo que hacía aquella distinta. No le apetecía en absoluto pisar Emmy's Dinner, no porque se encontrara mal o porque estuviera cansada si no porque no quería tener que ver aquel joven que había hecho que durante el día anterior y toda la noche no dejara de pensar en él. No se lo había contado a su mejor amiga, Annie, ni al resto de sus amigas, aunque la verdad pensaba que necesitaba su consejo. ¿Por qué se sentía así? En ocasiones durante su gran noche de reflexión había pensado en darle una oportunidad, conocerle pero aquello se desvanecía por completo al recordar a Alan. Le odiaba, odiaba a los hombres y cualquier relación amorosa por su culpa.

Sin darse cuenta seguramente por la rutina llegó a la puerta de Emmy's. Miró a través del cristal y allí le vio. Había llegado incluso antes que ella. Su corazón se aceleró y se puso muy nerviosa. Sacó de dentro de su pantalón la cartera de tela que llevaba para ir a hacer deporte. Era una carterita pequeña que estaba enganchada al pantalón con un imperdible, así podía llevar su documento de identificación, dinero y la llave de casa. Comprobó que llevaba dos billetes de cinco dólares y entró por la puerta.

-¡Hola Emmy!-dijo en voz alta haciendo que la mujer la saludara y él joven se girara. Jessica vio como éste sonreía al verla.

-Llegas tarde. Acabo de pagar.-dijo el joven.

-¿Qué?-dijo Jessica al comprobar que efectivamente Emmy estaba retirando su plato.

-Hoy he tenido que venir antes.-se excusó el joven.

-Jessica sacó la cartera del pantalón y sacó uno de los billetes de cinco dólares. -Toma.-le dijo teniéndole el dinero.

-No importa. Ya me lo darás.-

-Por favor, cógelo.-insistió Jess.

-De verdad, déjalo, ya me lo darás mañana.-dijo el joven.

Emmy permanecía sonriente viendo aquella escena en el que ella le tendía el billete y él lo rechazaba. La mujer no podía evitar reír.

-¿Hacemos un trato?-dijo Leon. Rompiendo la línea de la conversación que estaban manteniendo.

Jessica dudó unos instantes dejando nuevamente el billete en la barra, justo en frente del muchacho.

-Dime.-Accedió al final la joven.

-Si me dices tu nombre te los perdono.-le comentó él.

¡Error! Pensó Emmy al escuchar las palabras del joven. Sabía su nombre para que cabrearla con aquella clara intención de ligar.

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