Capítulo 6.

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No todo sería color de rosa a partir de ahora.
Tiempos difíciles vendrían.
La felicidad era cada vez más escasa entre ellos dos.
Vivirían escondidos de la sociedad, pues ambos estaban siendo buscados por cielo y tierra debido a la traición que ambos cometieron culpa de su pecaminoso, culposo, peligroso y prohibido amor.
Ambos trataban de mantenerse en el anonimato, pero tarde o temprano serían descubiertos.
El tiempo se acababa para ambos...

(...)
Los amantes estaban en el suelo, cubierto de césped que crecía de un vivo color verde, humedecido por la lluvia anterior, bajo un árbol de roble parecido al que solía estar en aquél patio donde todo comenzó.
  Contemplaban el cielo tomados de la mano, admirando la belleza de éste. Las estrellas se veían geniales, y la luna era tan redonda como una moneda, y una luz cegadora.

–¿Qué pasará con nosotros? –preguntó en tono bajo el pelirrojo.

El otro no respondió. Se mordió el labio, tratando de aguantar las lágrimas. Sabía bien lo que el futuro le deparaba.

–Nos queda poco tiempo, ¿verdad? –volvió a hablar.

Una sola mirada hacia sus ojos vidriosos que brillaban con la luz de la luna fue suficiente para responder su propia pregunta.

Y entonces, esa noche se amaron, como nunca lo habían hecho. La adrenalina corría por la sangre de ambos. Disfrutando cada momento, cada sentimiento, con los sentidos puestos en el otro. Admirando cada detalle de aquél triste y a la vez hermoso momento. El mejor recuerdo que llevarían consigo por siempre.
Se miraron a los ojos, repitiendo la frase «Te amo» hasta la sempiternidad.

The Noose (megadeth, dunior) Where stories live. Discover now