CAPITULO 4

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¿Alguien quisiera matarme.... Por favor?

- ¿Que esperan? Si son novios... Dale un beso a Abby, Matt -¡Por favor! ¡Que alguien me meta una bala entre las cejas de una maldita vez!

- No tengo por que hacerlo, sería una falta de respeto tanto para ella como para mi. -no sabes cómo te amo en estos momentos Matt.

- Cobardes. -susurro una de las perras antes de pasar por nuestro lado. Las demás la siguieron.

- Matt. -dije tomando aire, intenso no desquiciarme con el en estos instantes, pero soy una persona un tanto... Voluble, así que creo que no funciono. - ¡Como demonios se te ocurre decir que soy tu novia! ¿¡Has perdió la cabeza!? ¡Que van a decir todos de mi! ¡Que van a decir todos de ti! ¡¿Sabes que ya nada será lo mismo!? ¡¿Verdad?! ¡El rumor se expandirá y todo por tu maldito boca! -cuando termine de gritar como posesa lo primero que hice fue ver a mi mejor a migo a los ojos, aunque mejor no lo hubiera hecho.

Tenia una sonrisa demasiado sarcástica en el rostro....el no era así.

- ¿Solo te importa eso? ¿Lo que la gente diga de nosotros? ¿A pesar de que sabes que no es verdad... Te vas a rendir? Pensé que eras mejor que eso Abby, pero me doy cuenta que eres la misma escoria de lo que era Elizabeth... O creo que peor, solamente vez lo superficial en las personas... Yo pensé que eras mi amiga... Pero me doy cuenta que no. -

- Matt... -dije tratando de solucionar todo lo que había dicho.

La había jodido y en grande.

- No te moleste, yo... Solo necesito un completo descanso de todo y de todos. -sin más que decir, dio media vuelta y salió por las puertas de la cafetería. Desapareció de mi vista en unos segundos.

Mierda.

Sabía que todo cambiaría si es que alguna vez nos aventuravamos a tener más que una simple relación de amistad, pero nunca creí que habrían tantas consecuencias.

Matt tenía que entender que estaba paranoica, que no quería que nadie se enterara de lo que pasó esa noche pero​ vivíamos en un lugar tan pequeño... Todos conocían a todos, por lo tanto no era difícil que la multitud se enterará de una noticia cómo está.

Lo único que deseo es que todo volviera a ser como antes que todo estuviera bien, que no pensara con Matt de otra forma que solo amistad, no entiendo en qué momento me pareció atractivo, ni en qué momento se me cruzo por la cabeza tener sexo con el pero... Algo era definitivo, ya no era la misma relación de antes y todo era culpa mia.

No quería perder a mi mejor amigo.

Las lágrimas no tardaron en caer. Me considero una persona fuerte que no acepta algo negativo por respuesta y que no se deja vencer por nadie pero... Conozco a Matt desde que tiene cinco años, desde que yo tenía cuatro. Es difícil imaginarme perderlo, y saber que no estoy tan lejos de ello me aterra.

Pedí un taxi y en menos de cinco minutos estuve en mi casa, haciéndome bolita en mi cama y desidratandome de tanto llorar.

Necesitaba a alguien.

Marque el número en mi celular que sabía que me responderia y podría venir.

Espere unos segundos antes de escuchar la voz del otro lado de la línea.

- ¿Hola? ¿Abby? -dijo ella.

- Te necesito... Aldret. -no hizo falta que yo dijera algo, ella ya sabía que tenía que hacer.

- Voy para allá... Estoy en cinco. -y sin más que decir, colgó.

Me encoji en mi cama tratando de buscar un poco de calor, lo cual me pareció bastante gracioso ya que a pesar de que el invierno estuviera bastante cerca, hoy era un día con mucho sol.

Efectivamente, Aldret llegó en cinco minutos o menos.

- Abby, ábreme, por favor. -dijo ella, al llegar a mi casa.

- Está abierto. -murmure lo suficientemente fuerte como para que me pueda orientar aún estando afuera de la habitación.

Aldret entro y lo primero que hizo fue lanzarse a mi cama como siempre era fuera piscina, luego se inclinó y finalmente me abofeteo... Si, no me abrazo.

- ¡Que te he dicho sobre esto! ¡¿Crees que está bien!? ¡La vida te derrotará cientos de veces! ¡No lo dudes! ¡Y nada se resuelve llorando! ¡Tenlo muy en clar..... -se callo al ver que sus palabras solo hacían que más lágrimas rodarán por mi mejillas. - ¿Es tan grave? -pregunto, cautelosa.

- Lo estoy perdiendo... Tengo miedo de que se vaya y que sea para siempre.... -mencioné entre sollozos. - No se que hacer, esto.... Nunca debió pasar, fue un simple error pero cambio la vida de ambos... Nuestras vidas dieron un giro de 360°... Ahora me preocupa que pase lo mismo con nuestra relación... -

- Es Matt ¿Cierto? -yo, por primera vez desde que comenzamos a hablar, la mire a los ojos y asentí mordiendo mi labio inferior, dándome cuenta que no debí de hacer eso. - Abby... ¿Que paso con el? -

Y así fue como comenzó.

Le conté todo, excepcionando detalles pero sin saltarme ninguna de las cosas que nos habían pasado hasta ahora.

- No se en que momento terminamos en esto... -susurre en apenas un hilo de voz.

Dolía.

Y dolía bastante.

- Te das cuenta que ya sabe algo que tienes que hacer ¿No? Lo tienes ahí ¡En frente tuyo! No es nada del otro mundo, ni tampoco imposible... Solo tienes que hacerlo. -era verdad...

Sabía que no era la primera vez que Aldret me ayudaba a pasar una situación como esta por lo que como ya habíamos pasado por esto antes... Hice lo mismo que las anteriores veces.

Me levanté bruscamente de la cama por lo que casi caiga al suelo pero no me importó y baje las escaleras de mi casa para llegar a la puerta principal y poder salir a la calle. Por suerte, un taxi pasaba frente a mi, por lo que no dude ni un segundo en hacerle señales para que parará.

Una vez que le di la dirección de para donde e quería que me llevará se puso en marcha.

Sabía que el recorrido hasta haya siempre eran quince minutos con el, pero hoy peculiarmente y por la situación en la que estaba pasando, el viaje se me hizo eterno.

Cuando al fin llegue.

Le pagué al taxista y el se fue al tiempo que yo corría hacia la puerta. Justo cuando hiba a tocar el timbre, alguien abrió por adentro, saliendo de la casa.

Elizabeth.

¿Que hacia ella en la casa de Matt?

Mi Primera Vez Con Mi Mejor AmigoWhere stories live. Discover now