Adiós pueblo, adiós Erik.

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El despertador sonó, ya eran las 9 de la mañana, martes, por fin, aqui acaba mi sufrimiento es este puto pueblo y me hiba a vivir a Madrid, que ganas que tenía de que llegara este momento.

-Jacqueline venga, duchate y vistete, que nos tenemos que ir - se oía a mi madre gritarme desde la cocina

-Si mamá, ya voy a ducharme - dije con mis ojos todavia medio cerrados - preparame el desayuno anda..

Entré a la ducha, hoy era un dia especial, me mudaba, y a Madrid, donde siempre había deseado vivir, era maravilloso. Allí quizás podría tener a amigas, y no tendría que ver mas al imbécil de Erik... Erik... le hechaba de menos, sinceramente... pero Jacqueline, piensa, el te ha hecho daño y no merece ninguna de tus lagrimas - pensé.

Me meti a la ducha y sali directa a mi habitación. Me puse unos shorts, una camiseta negra de "Los Ramones" y unas Vans negras. Me planche el pelo. Mis mechas californianas lucian un brillo increible y a parte, hoy el pelo se me había quedado muy bien. Me maquille como de costumbre (la raya y el deliniador, nada de potes), y me eché mi perfume favorito, Sweet and Sexy.

Hiba bastante mona, o eso pensaba yo. Fui hacia la cocina y alli estaba mi madre comiendo tostadas:

-¿Pero donde vas tu tan mona? - me preguntó mi madre con la boca llena - parece que has quedado con algún chico en vez de que estés de mudanza.

-Calla mamá - la dije riendo - ¿tu es que no te vas a duchar?

-Si, pero no me voy a poner como tu ni mucho menos - dijo riendo.

Comencé a desayunar, y ella se levantó de la mesa, iría a revisar por quinta vez que todo estaba guardado.

Comenzó a sonar una canción de David Bisbal, si, era el movil de mi madre.

-¡Mamaaaaaaaaaaaaaa! - grite - ¡Tu teléfonooooooo!

-En vez de gritar cada vez que le oyes podrias cogerle ¿no? - me dijo un tanto seria.

Se fue a su habitación, bueno, a la que había sido su habitación hasta ahora, y comenzó a hablar. Después de cinco minutos salió y fue directa hacia la cocina.

-Vamos Jacqueline, termina rápido, que me ha dicho el de la mudanza que en media hora esta aqui, y tenemos que recoger todo esto, ¡Vamos, date prisa!

Bien, no hiba a poder terminar mi puta tostada tranquila, pero bueno, ya hiba a venir el de la mudanza, eso quería decir que ya nos hibamos. La miré muy seria, y me terminé de comer la tostada. Mi madre y yo comenzamos a recoger la cocina y justo cuando terminamos, sonó el timbre.

-¡Vooooooy! - grite desde la cocina

-Hola, soy el de la mudanza, vengo a recoger las cosas.

-Claro, pase - le dije amablemente.

El hombre paso y comenzó a coger cajas, la verdad es que se estaba esforzando mucho, y me daba algo de pena, entonces decidí ayudarle. Baje a la calle con una caja, cuando mire a la cabina del camión. Era Erik. Tire la caja al suelo y subi a mi casa, no tenía ganas de verle.

Despues de que el hombre hiciera unos 8 viajes, terminó, y nosotras bajamos a el coche. Cerramos la casa, y nos quedamos mirandola durante unos minutos.

-La hecharé de menos. - dijo mi madre mirandome.

-Pues yo no, vamonos anda..

La cogí del brazo y me la lleve hasta el coche. Subimos al coche, nos abrochamos los cinturones y miramos por última vez a nuestra antigua casa.

-Venga mama, vamonos, nuestra nueva vida nos espera - la dije con una sonrisa de oreja a oreja.

Cogí mi movil, me puse los cascos, comencé a escuchar a Auryn, y comenzamos nuestro viaje a Madrid.

A tres centímetros de tu sonrisa - AurynWhere stories live. Discover now