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Ese lugar que guardaba nuestros recuerdos
el calor que se quedó al final de mi mano
sigues aquí, aquí
tu aroma, tu rostro

Por favor mírame, mírame
mírame, si también lo sientes
te siento, te siento
me costó ir a hablarte
me costó hacerte sonreír
lo conseguí con esfuerzo

Ese lugar en el que estábamos juntos
en el momento cuando empezamos a parecernos
era precioso caminar juntos bajo la lluvia
pero ya no estás, no estás
¿Cómo voy a vivir solo tratando de olvidarte?

Jin, Gone.







Nunca pensó que estar en el último año de escuela fuera tan difícil... ¡Era horroroso, espantoso!

Despertaba, se bañaba, asistía a clase y luego corría al trabajo para ganarse unas monedas y si damas y caballeros, estaba cansado pero todo valdría la pena ¡Joder! Claro que lo valía!

Desde la partida de Luhan había aprendido que si quería alcanzar sus sueños, debía ser el mejor y claro que lo estaba logrando, tal cual como lo había hecho el menor.

Dolía, dolía incluso más que antes pensar en él.

«¿Como estará? ¿Es feliz? ¿Habrá conocido a alguien? ¿Me habrá olvidado?» eran preguntas que pasaban por su cabeza cada noche en la cual pensaba en aquellos momentos que habían vivido. Sin duda los mejores de su vida.

Y si se preguntan, el se encontraba bien, feliz no era pero su vida no era desgraciada, tan solo dos años y medio habían pasado y absolutamente nadie se comparaba con su castaño y no, no podía olvidar a su primer amor, ese primer amor que tanto deseaba y el cual era consiente que sería el único.

Y que por él trabajaba día y noche.

En tan solo casi tres años había logrado destacar entre las escuelas más prestigiosas de Corea y todo por tener un súper cerebro como le decían sus compañeros y amigos cercanos porque si, tan solo dos años y había conocido a una adorable chico que conquistó el corazón de su mejor amigo.

Byun Baekhyun.

Luego de consolidar su relación, ambos se le habían acercado con intención de subirle los ánimos y no pudo negarse, no cuando al verlos se imaginaba a sí mismo con Luhan y silenciosamente les tenia envidia ¡Demasiada! Por más masoquista que fuera, los veía hablar, jugar, mandarse pequeñas notas durante clases, darse pequeños besos a escondidas en los recesos y tomarse la mano libremente.

Él deseaba eso y mucho más pero lamentablemente el castaño se encontraba a miles de kilómetros, demasiado lejos de Corea del Sur.

Por más patético que fuera, por las noches veía aquella foto que se habían sacado en una cita-no-cita que habían tenido antes de que se fuera, ambos sonrientes, felices y sin saber lo que pasaría. Y si, con aquellos pensamientos derramaba lágrimas noche tras noche.

—¡Oh Sehun! —gritó la mujer que se encontraba viendo la novela— ¿A donde se supones que vas a esta hora un día sábado?

Y si, su madre no tenía idea de absolutamente nada y quería que así se quedara hasta haber logrado lo que tanto se prometía.

Tan solo faltaba un poco y dejaría todo el dolor en el pasado. Poco y sería otro Oh Sehun.

—Y-Yo... voy a... ¡A casa de Chanyeol!

Ballet Love «hunhan»Where stories live. Discover now