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Es recomendable que lean escuchando la canción de multimedia •~•/















Sin duda, el hijo único de los Xi había encontrado a su príncipe azul.

Si, el bullying en la escuela siguió por unos días pero rápidamente como llego, se fue y todo gracias a él.

Oh Sehun se había encargado de protegerlo, de tratarlo cual princesa y de obviamente alejar a toda persona que se le acercara con intenciones para nada buenas.

Y ahí estaba, solo y frente a los grandes espejos de su salón favorito, con la suave luz iluminando esas cuatro paredes, bailando la rutina que el mismo había creado para la ansiada presentación que en unos meses estaría dando junto a todos sus amigos y profesores. Un día especial para todos.

Sin duda era un ángel y no, no hacía falta tener alas para ser uno. Con tan solo verlo, uno podía afirmar aquello.

Dejándose llevar por la soledad del momento, empezó haciendo unos cuantos arabesques seguido de unos cuantos fourette y uno que otro grand jete entre medio, todo eso con el lago de los cisnes resonando.

¡Como amaba esa sonata! Aunque amaba todo el trabajo de Chaikovski, aquella era especial, mágica.

La libertad que sentía al dejarse llevar, el sentimiento propio de su vida reflejada en aquellas notas. Tan solo escucharla y la danza fluía por sí sola.

Todo movimiento se detuvo al momento de sentir su celular vibrar y como todo chico emocionado que era, detuvo delicadamente cada movimiento y con ese típico caminar de pies extendidos que todo bailarín profesional poseía, se dirigió hacia el aparato que había sonado unas cuantas veces.

¡Grande fue su sorpresa al ver la bandeja llena de mensajes de Sehun!

Sehun... de tan solo pensar en ese chiquillo de cabello color platinado, espalda ancha, alto y de mirada fría, su corazón bailaba con intensidad.

Lo había protegido cual príncipe protegiendo a su princesa de los temidos dragones ¡Y amaba esa sensación! Tanto que las ganas de ver al mayor eran las mismas que tenía de bailar.

Con un sonrojo recordó el día en que tímidamente el mayor le había dicho que era su fan número uno y que le parecía adorable y jodidamente genial, como había dicho este, que bailara ballet. También recuerda el como indirectamente le había pedido ver su danza ¡Los nervios que sintió en ese instante!

Todo recuerdo se detuvo al sentir su teléfono vibrar, indicando que había una llamada entrante ¡Y sorpresa! Era del chico de cabellos plateados y pequeños labios.

El celular se encontraba en el suelo junto a sus zapatos normales. Tanta emociones que aquel aparato había resbalado de sus manos.

—¿S-Sehun? —dudoso respondió la llamada.

—¡Luhan! —y ahí estaba la voz que últimamente empezaba a amar tanto como a la danza.

Ver a Sehun fue sentir lo mismo que logró sentir cuando inició el ballet. Ese sentimiento que llenaba su pecho de una felicidad inexplicable. Que era parte de su vida.

—¿Estabas p-practicando? —escucho la voz tímida desde el otro lado de la línea—Si es así, p-perdón.... ¡No era mi intención molestarte!

Ambos eran adorables a simple vista, ambos unos novatos del amor  y con las ganas de experimentar de este con el contrario.

Ballet Love «hunhan»Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt